Séptimo capítulo

Con todo lo que ganó compró más cigarrillos y más gaseosas, al otro día iban muy temprano en la mañana y terminaba su venta en menos de dos horas y con las ganancias traía más y más productos hasta que pudo instalar un negocio con víveres.

En aquel pueblo se puso un market y por la cantidad de personas y necesidades que había en esta parroquia él obtuvo una gran ganancia y pudo solventar los gastos del embarazo que afrontaba sin ningún problema, es así que fueron pasando los días y  meses en donde tuvieron todo lo necesario y nunca pasaron hambre ni necesidades hasta cuando llegó el día del nacimiento, cuando Ruby sintió un fuerte dolor en su vientre, fue un domingo muy por la mañana donde ella ya sabía que llegaba la hora y tenía que llamar a Armado, el cual fue de inmediato para llevarla al Hospital y en menos de una hora se oyó el llanto de una bebé, la cual era una hermosa niña a la que llamarían por nombre Belén y Armando al verla sonrió y abrazo a Rubí, embriagado en la felicidad del momento.

Al cabo de unas horas le dieron el alta y al ser Rubí una adolescente recaía en ésta una mayor responsabilidad de cuidar al nuevo ser, donde es bien sabido que las mismas por dicha edad sufren discriminación con diferentes señalamientos y exclusiones que se les hace en sus barrios y comunidades. Esta madre adolescente llevó la gran parte de responsabilidad con su hija, debido a que Armando tenía que salir a trabajar todos los días, para poder solventar los gastos de su  hogar.

Al cabo de unos cuantos meses el ambiente no le favorecía para continuar con una vida saludable a Rubí conjuntamente con su bebé, las condiciones climáticas no eran las más adecuadas, ya que, el agua contenía un alto grado de líquidos contaminantes que afectaban a los alimentos que consumía ella y por ende le trasmitía a su hija Belén por medio de la lactancia, causándole así enfermedades en su proceso de desarrollo.