S de Soltera

Capítulo 8.

¡Estoy más que contenta! Mi papá está a punto de llegar y desde que fuimos a jugar bolos no he tenido señales de Daniell, además no pensaba responderle por todo lo que me ha molestado estos últimos días.

Estoy sentada en la sala, esperando como si fuera un cachorrito a que su amo regrese, he verificado más de cien veces  en el calendario que hoy es sábado, no sé porqué pero por alguna razón me siento un poco nerviosa, mi papá siempre me cumple las promesas, pero hay algo que se siente un poco extraño.

De repente, la puerta se abre lentamente, yo sigo el movimiento de la puerta con mis ojos, hasta que veo a papá del otro lado con una enorme sonrisa, se nota que está cansado, pero aún así él me sonríe como si yo fuera lo único que le importa en éste momento.

Salgo corriendo a abrazarlo, eso siempre me ha calmado, y sobre todo siempre me ha hecho sentir protegida de cualquier cosa. Papá baja la maleta al suelo, extiende sus largos brazos hacia mí y dice:

-¡Cookie! Te extrañé tanto, creí que la semana nunca se terminaría.

-Yo también te extrañé mucho, dime, ¿Hasta cuándo te irás? 
-Me voy el lunes por la noche, no te preocupes pasaremos mucho tiempo juntos.

-Lo sé pa, quizás debas cambiarte primero ¿no crees?, después podremos tener nuestra propia pijamada. 

-Por supuesto Cookie, en seguida vuelvo, debo ir a dejar mi maleta a la habitación.

Papá empezó a subir las escaleras, yo estaba sentada en el sofá frente al televisor, ya tenía preparado todo tipo de comida chatarra, si eso hace a mi mamá enloquecer por supuesto que lo comeré.

Kate sale de la cocina, con un plato de “comida vegetariana” y con el tonto de su novio pegados de las manos, es divertido pero pareciera que estos dos fueran siameses o algo así, no se despegan nunca, todo el tiempo están tomados de la mano, secreteándose, besuqueándose o ¿manoseándose? En fin, me pregunto ¿cómo harán cuando tienen que ir al baño? 
Como sea, Kate se sienta a mi lado y dice:

-¿Ya vino papá?

-¿Por?- digo secamente, no porque odie a mis hermanas, pero sí. Me enfurece cuando intentan hacerse las mojigatas ante papá y mamá, como si sus nombres no fueran a aparecer en el estúpido testamento.

-Nada, sólo quería saber- dice mientras toma el control remoto del televisor.

-Bien, ahora si me disculpas hice una reservación con papá, vamos a ver películas clásicas- digo mientras le quito el control de regreso- y me importa un bledo si a ti no te gustan. 

-¿cine clásico? Qué patético, pero olvidas que yo soy mayor que tú- dice mientras me vuelve a quitar el control y cambia el canal- por lo tanto yo puedo decidir si lo que miras es bueno o no. Te aconsejo que vayas y te alimentes junto a las tres bestias que tenemos que mantener por tus caprichos.

-Oh, lo siento, no sabía que tú eres la que trabaja para mantener ésta casa, quizás debas irte tú a otro lugar con la mascota que tienes por novio- miro a Francis, el pobre ha aprendido por las malas a quedarse callado cuando peleamos, ya que una vez intentó meterse entre nosotras y salió con la nariz reventada y unas patadas ahí abajo. Nunca comprobaron que fui yo.

-¿Disculpa? Cuando tengas un novio, si es que llegas a conseguir uno claro, vienes y se lo cuentas a alguien que si le importe.

-¡Ya basta Katherine!- ¡Ja! Ni siquiera se dio cuenta cuando papá entró en la sala y escuchó todo, por eso no utilicé mi vocabulario de pelea porque ya lo había visto entrar.

-¡Papi! Hola, ¿qué tal has estado?- dice mientras corre a abrazarlo y con el bobo de Francis aún sosteniendo su mano.

-Bien, espero que tus calificaciones lleguen a mi despacho el lunes por la mañana, mi secretaria me informó que ya las entregaron.

-Oh, por supuesto que te las enviaré, pero acabo de recordar que Francis prometió llevarme a recoger unas telas para un proyecto que debo entregar, lo siento mucho, si nos disculpas… - dice mientras sale huyendo de la sala y ni siquiera dejó que Francis se despidiera.

-¿Qué harás si las volvió a reprobar todas?- pregunto mientras regreso el canal a video uno y subo mis pies al centro de mesa.

-Quizás me lave las manos y le deje el sermón a tu madre, prefiero que se entienda con ella.

-Sabes que no la castigará ¿cierto?

-Nunca dije que no la iba a castigar, ya no es una niña pero aún así le puedo congelar las tarjetas de crédito.

-Ya, pero quiero ver el berrinche que hará, como sea, ¿Con cuál empezamos primero?

-No lo sé, tú escoges primero.

-Sí señor- Empezamos con nuestro maratón de películas, normalmente Henry nos acompañaba pero está en Harvard estudiando aún, quizás no venga a pasar las vacaciones con nosotros otra vez.

Estábamos empezando a ver Pretty in  pink, cuando entra Deby, ni siquiera se da cuenta que papá está a mi lado porque pasa de largo, no tengo idea de dónde viene, es casi mediodía y ni sabía que había salido sin permiso ya que mamá está de turno en el hospital.




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