¡Leah! – Sabine se encontraba alistándose, esa noche vería a su primer y único amor hasta ahora. Después de seis años eso ya era historia. La cremallera de su vestido término de cerrarse sola, estaba dando unos últimos retoques a su maquillaje.
Leah estaba caminando distraída hacia la habitación de Sabine, esa noche la dejarían en la mansión Kurtz, Tyler y ella seguirían su camino hasta la casa del bosque de Ethan Henderson el padre de su futuro hijo. Pero tenía nervios y miedo. Ethan no sabía que sería padre.
Cuando levanto a ver a Sabine quedo en shock y abrió demasiado los ojos. El cabello negro de Sabine estaba trenzándose solo, habían objetos levitando por la habitación y segundos después pego un gritito, apenas había sonado. Si antes estaba asustada y tenía nervios hasta en los huesos. Ahora estaba petrificada.
Sabine Kurtz reacciono en el mismo instante en el que escucho el grito de Leah. La chica no recordaba que su nuevo huésped no tenía idea de lo que era o de lo que era capaz. Dejo todo en donde la gravedad lo ordenaba y se dio la vuelta caminando hacia Leah que se encontraba de rodillas tirada en el piso mirando el espejo en donde momentos antes se reflejaba Sabine.
La reacción de la asustada Leah fue tomar un largo respiro como si acabara de salir de debajo del agua. Sabine la ayudo a ponerse en pie y a sentarse en la otomana que estaba cerca de la puerta de su habitación. Leah miraba al infinito preguntándose si había sido alguna alucinación causa de su prematuro embarazo o si lo que vio era real.
¿Qué… Sabine? - Dijo Leah en voz baja, en ese momento Tyler entro a la habitación, estaba recién duchado y su perfume lleno el aire.
“Lo vio” Pensó Sabine sin saber que hacer o decir, en su hogar no tenía que cohibirse de nada, solo eran Tyler y Philip. Y los dos eran casi como ella. Así que no tenía nada que esconder. Tyler se acercó lentamente a Leah.
¿Qué viste? – Tyler tomo el rostro de Leah entre sus manos. Sabine se sentó en la otra otomana mientras se ponía los zapatos; lo que estaba sucediendo era importante. Pero no debía llegar tarde.
Yo… Creo… No lo sé. Estoy delirando. – Sabine miro a Tyler, él estaba totalmente concentrado en la reacción de Leah.
¿Qué viste Leah? – Pregunto de nuevo, esta vez su voz fue un poco más dura.
Habían cosas en el aire, moviéndose. Pero… dios, es imposible… ¿No? El cabello de Sabine trenzándose por sí solo. Estoy delirando. – Sabine se levantó en ese momento y se agacho al lado de la conmovida chica tomando su mano. Estaba fría y temblaba demasiado.
Lo que viste fue real, cariño. – Le dijo Sabine suavemente. Tyler suspiro. Leah no debía enterarse de esa manera, debía asimilar antes que habían cosas que eran posibles. Quizá no existieran los hombres lobo, vampiros o demás. Pero Sabine era una elemental, una Nereal de sangre pura y eso era posible. Y decía que quizá no existieran esas cosas pero nada era imposible, nada.
No… No es posible – Leah miraba a Sabine a los ojos. Tyler estaba sentado en la cama de Sabine agachado. Sabine se levantó y acerco la poltrona en al que se había sentado antes.
Lo es. Hay cosas que aún no entiendes. O que no has percibido, pero eres igual que Tyler, igual que yo Leah. Por eso estas aquí. Hay cosas que creemos imposibles que son realmente posibles solo que no creemos en ellas o simplemente no las vemos. Y lo que viste es tan real como el hecho de que tenemos explicaciones científicas para ciertos sucesos. – Leah parpadeo varias veces asimilando, Sabine aun tomaba su mano y sentía un suave cosquilleo por todo su cuerpo, calor. – Y prometo –
Prometemos – Interrumpió Tyler.
Prometemos que te explicaremos esto con más calma y te ayudaremos a descubrirte. Pero, por ahora, los tres tenemos cosas importantes que hacer. – Tyler se levantó tomando el abrigo de piel de Sabine. - ¿Vamos? – Leah asintió suavemente.
Los tres bajaron a la primera planta de la casa. Leah estaba distraída y ¡cómo no! Tenía la mente hecha un lio completo. Philip pasó la arcada que dividía la sala principal del vestíbulo.
Señorita Sabine. Su madre llamó. Sonaba algo alterada – Anuncio Philip con las manos en la espalda, era la postura normal que siempre mantenía.
O vas sobre el tiempo. O ellos llegaron demasiado temprano. – Dijo Tyler riendo.
Le dije que usted se había marchado hace un rato, pero hubo un accidente sobre la autopista y que seguramente estaba estancada. – Sabine sonrió acercándose a Philip, ese hombre siempre la salvaba.
¿Y el accidente? – Pregunto Leah frunciendo el ceño. Era obvio que si la madre de Sabine veía las noticias vería que no existía accidente alguno.
Oh. Si sobre eso, deben tomar la ruta 13 y salir hasta retomar en la 15. Un camión se volcó trancando la autopista. – Sabine abrazo a Philip susurrando un suave gracias, al cual él respondió.
Los tres jóvenes salieron dejando a un Philip solo en una casa grande. La camioneta que conducía Tyler siempre mantenía aparcada al frente de la casa. El auto de Sabine estaba en revisión, y no se lo entregarían hasta el otro día.