Rubby
Siete meses después todo se hace realidad, todas las visiones de Tamara fueron un hechizo de Lucifer y todo se volvió realidad absoluta. No deseo que todo se haga realidad, tengo miedo de creer, pero… Ya es demasiado tarde.
Quiero que la vida me demuestre que todo puede cambiar, aunque no siento que eso pueda ser así. No puedo más, no quiero más, no puedo seguir pensando como si las cosas fueran como antes.
Ya no hay problemas tontos en mi vida, ahora son mucho más grandes y no puedo hacer nada para que eso cambie. Sé que no voy a poder sanar, estas heridas con más dolorosas que las que alguna vez me hicieron físicamente.
Siempre me imaginé que todo era solo una porción de lo que conocía, pero después de tanto tiempo me he dado cuenta de que solo conocía un pedacito mucho más pequeño del que me había imaginado. No puedo creer que haya mucho más fuera de este mundo.
Quiero creer en muchas cosas, pero no sé cómo hacer para ganar la batalla. Deseo saber la mitad de las cosas que ahora sé, es como una enorme contradicción, pero todo es demasiado y sé que todavía falta mucho para aprender más y más.
Ya no puedo soportar el funcionamiento de esta vida, quiero que las cosas cambien, pero no puedo hacer nada. Me pregunto millones de cosas, pero no tengo ninguna respuesta a mis interrogantes. No lo creo justo, bueno, nada es verdaderamente justo.
Quizás algún día podré saber todo sin terminar muerta o como la nada y el todo. Quiero seguir siendo yo, pero también quiero cambiar para aprender del nuevo mundo. Este mundo en el que ahora vivo es mágico, es muy especial y, al mismo tiempo, es todo lo que está mal.
¿Por qué me pasan estas cosas a mí?
Siento que soy demasiado egoísta para ponerme a pensar en estas cosas, pero creo que puedo hacer una gran diferencia hacia el mundo. No puede ser tan complicado dejar de pensar en el pasado, no puede ser más difícil que no poder vivir el presente o el futuro de nuestras vidas.
Siento que la vida nos va a dar alguna clase de impulso importante que nos hará dar cuenta de un montón de cosas que no sabíamos al respecto. Quizás no lo podamos ver del todo bien al principio, pero seguro de que va a suceder algo así.
Una vez me dijeron que eso tiene un nombre específico, creo que se llama… No, ya no lo recuerdo. Ahora hay cosas que ocuparon esa parte de mi cerebro. No puedo creer que haya zonas del cerebro que se pueden cambiar y acumular información, pero en momentos, no podemos recordar.
Creo que las cosas van a cambiar y todo será por un bien, solo espero que no un bien común, ya que de ese modo, sé que vamos a perder a muchas personas, solo para salvar a la mayoría de ellas.
Es muy complicado de explicar, es como si la vida de cinco personas no valiera más que la mitad de las vidas del planeta. Es algo horrible, pero eso tiene el nombre de: el bien común. Solo se termina salvando un enorme porcentaje, pero se pierden unas pocas vidas.
—¿Encontraron a Tamara? —Pregunta Luke a Castiel.
—No, Castiel dijo que si no recibe una invitación al infierno deberá...
—Debe esperar, Luke... tú, tú puedes hacer la invitación.
Ojalá que él nos pueda ayudar.
—Yo no puedo...
Luke no puede terminar con su oración, ya que Castiel se lo impide.
—Solo los príncipes del infierno pueden hacer una invitación.
—Así es —responde Luke con seriedad.
—Tú eres el hijo de Lucifer ¿No puedes hacer nada?
—Quisiera poder, Rubby.
—Lo sé... —Asiento tomando la mano de Luke.
Luke quita con rapidez mi mano y me pongo de pie para comenzar a caminar hacia el balcón; observo por la ventanilla con el ceño completamente fruncido. El mundo ya no luce como lo hacía hace años atrás, mejor dicho, hace siete meses. Sin embargo, el mundo ya había cambiado bastantes antes de que todo esto pase.
—Rubby, ¿todo está bien? —Pregunta apoyando su mano sobre mi hombro.
Es Luke.
—Sí, bueno... en realidad, no, bueno... no lo sé. —Digo nerviosa y ruedo mis ojos con temor de mostrar mis sentimientos más escondidos—. Luke, tengo mucho miedo, quiero ver a mi mamá...
Me duele abrir mi corazón a un ser que no tiene el suyo, pero hay muchas cosas que me conectan completamente a Luke. Sé que no lo sé por completo todavía, pero lo siento así.
Quiero que esas cosas también se mejoren, quiero saber lo que le ocurre y que se enfrente a ese nuevo mundo que no conoce. Puede que él tenga varios años más que yo, pero estuvo encerrado en un mundo prisión por mucho tiempo y ahora tiene que empezar a vivir.
No me imagino lo que será vivir por mucho más tiempo en esos mundos horribles, no me lo quiero imaginar y no solo por miedo, también por la soledad que debe acompañarlo. Quizás esa es una de las razones por las que detesta estar mucho tiempo solo.
—Tranquila. Pronto la verás, créeme.
Es bueno dando apoyo, seguro que en el mundo prisión no lo tuvo y ahora trata de dármelo para demostrar que no es mal sujeto.
Nunca creí que él fuera malo, pero sé que muchos todavía deben creerlo.
—Gracias... —Sonrío levemente y regreso hacia el sofá junto a mi padre.
—¿Todo está bien?
—Así es. —Luke y yo repetimos al mismo tiempo y luego agrego—: ¿No te habló más por el subconsciente?
—No, ella está demasiado débil, hija.
—No va a morir ¿Verdad?
—Claro que no... —Responde Castiel tratando de animarme, pero es inútil, ya que creo que algo muy malo sucederá.
Observo a Castiel cerrar los ojos profundamente como si cayera en un profundo sueño del que no despertara aún. No me agrada cuando hace eso, no es que siempre…
¿Qué es lo que le está sucediendo a mi padre?
Nunca lo había visto hacer eso, creo… Ahora ya no sé lo que está pasando. No puedo perderlo también a él.