Saga El ángel

Capítulo 18: “La visita"

 

Tamara

 

Se oyen fuertes gritos de dolor que retumban por todo el Infierno, de tal forma de confundir a todas las almas en pena del lugar. No me agrada quedar confundida, pero es una buena oportunidad para hacer lo correcto de un modo mejor al que tenía planeado.

Nada es lo que parece, eso es lo que aprendí con Castiel, quizás lo que pienso está mal de algún modo, pero de muchos  otros no lo está. Nadie sabe la verdad detrás del gran espejo de la vida.

Quiero pensar en un mundo mejor, en que las personas pueden cambiar y volverse diferentes. Quiero ser parte de la diferencia y siento que Castiel debe estar junto a mí para que yo pueda lograr lo que tanto deseo. ¿Acaso es mucho pedir una ola de esperanza?

Sé que yo hace un tiempo atrás, pensaba que los seres no podían cambiar, pero me di cuenta de que el cambio es posible. Todo lo que se propongan esos seres es posible, pero ellos no lo saben y eso es lo que tanto me duele, me destruye que piensen que son más débiles que nosotros, porque no es así. Los mundanos son todo lo que mi hermano hizo bien, lo que nos ofreció para darnos la fe que habíamos perdido.

Hay muchas cosas que todavía no entiendo, pero debo seguir adelante para poder encontrar el modo de ayudar a los demás. Creo que todavía no es tiempo para morir, nadie de este mundo debe caer.

No hay tiempo para sacrificios, pero juro que haré uno si las cosas no salen como pienso que pasarán. Las cosas que pasan lo hacen por algo, pero cuando hay un sacrificio es muy diferente, ya que eso no está programado.

Nadie se espera algo así, nunca pasan esas cosas por arte de magia, ya que siempre hay cosas que perder y esas cosas suelen ser muy importantes para la autora del sacrificio. Hay que pensar muy bien antes de actuar, puesto que puede fallar y, de ese modo, perderías mucho más.

Nunca me puse a pensar en esas cosas, solo una vez y ya vieron el resultado, no funcionó. Casi muero y mi hermano también, no fue una buena experiencia. La verdad, ya no quiero ser parte de todo eso.

Me gustaría olvidar todo lo que pasó, pero me es imposible dejar el pasado atrás. Creo que soy parte de eso y él me consume por dentro, soy así gracias al pasado, no puedo cambiarlo ni olvidarlo, así seré siempre. A menos que tenga que hacer un sacrificio de los que valen la pena.

Tengo que hacer todo lo posible para poder ayudar a Castiel, tengo que darle mi apoyo moral. No puedo dejarlo solo por la vida, él me necesita como yo a él. Castiel es el único que me comprende, no puedo dejar solo.

Tengo que encontrar el modo de ayudarlo, sé que también debo preocuparme por Rubby, pero sé que ella está bien. Al menos mejor que nosotros debe estar, no puedo creer en las palabras de mi sobrino.

Suelto un suspiro sonoro de mis labios, trato de sostener el aire hasta que sale de mis pulmones directo a mi boca. La sensación se siente bien, no voy a dejar de respirar y no puedo dejar que Castiel deje de respirar.

Tengo que ser fuerte para no dejarlo caer, él es parte de mi vida, más de lo que me había imaginado. No puedo dejarlo solo sabiendo que tengo las herramientas suficientes para levantarlo del suelo.   

Al entrar en el subconsciente de Castiel, puedo sentir cada una de las cortadas que le producen con su Chin, lamentablemente a Castiel le afecta demasiado. No puedo dejar que él siga sintiendo lo que le produce el dolor, tengo que hacer algo para que piense en algo bonito mientras que está siendo torturado.

—¡Ya basta! —Comienzo a gritar fuertemente, ya que sé que me escucharán y no tardarán en venir y dejar solo a Cass.

Al menos de ese modo, sé que él va a tener la oportunidad de pensar en otra cosa que no sea el dolor.

Puedo oír las pisadas de los sujetos acercarse lentamente hacia mí. Lo primero que hacen al llegar, es verme directo a los ojos esperando algún tipo de respuesta a mi pedido, pero no sucede nada de lo que yo espero.

Dos de ellos me sostienen de los brazos, otros dos de las piernas, uno de ellos sostiene mi cabeza de lado para que el sexto se acerque hacia mi cuello. En este momento, sé que si el veneno llega a mi sistema, sería mi fin.

Lucifer sabe que lo único que me puede matar es la sangre de Jenna, es la sangre del Anticristo. No hay otra cosa que me mate, al menos, no en el Infierno.

—¡No! —Grito fuerte haciendo que los cinco sujetos queden aturdidos.

El grito lo puedo desplazar directamente hacia el sexto antes de que clavara la jeringa en mi vena. Sé que Castiel me hubiera ayudado a salir de esta circunstancia, pero ahora él no puede hacer nada.

Lo veo por un segundo, pero ni lo pienso y salgo hacia donde se encuentra Cass. No puedo creer que sea él, es imposible: todo ha sido bastante sencillo para ser real.

—Cass, Cass, Cass —digo al verlo atado a una silla completamente sangrando, herido y casi sin vida.

Mi corazón se cae a mis pies, no puedo creer que lo esté viendo en un estado como este. Se siente tan mal, no me gusta saber que está solo.

—Vete, salva a Rubby.

—No, no te dejaré solo. No de nuevo.

No puedo creer que él me esté diciendo algo como esto. No quiero escuchar esas palabras sin significado personal para mí, no pienso hacer tal cosa, pero tengo que hacer lo posible para salvar a los dos.

—Por favor, yo estoy... ¡Tamara!

Dejo de ver a Castiel talatrasnportandome al cielo con rapidez. Comienzo a caminar por aquel lugar con el ceño completamente fruncido. Me doy cuenta de que las cosas no han cambiado demasiado desde la última vez que había pisado este lugar sagrado para mi hermano.

Decido caminar directamente hacia el jardín, aquel lugar tan importante para mí. Al llegar, tomo asiento al lado de Dios, niego con la cabeza tan solo una vez; mi mirada está dirigida al frente y siento cómo él toma mi mano.



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En el texto hay: angeles y magia, dios, oscuridad y luz

Editado: 24.05.2021

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