Jane

Tres semanas después de volver de Paris las cosas eran iguales a antes de viajar. Trabajamos exhaustivamente, teníamos almuerzos de negocios. Y en los momentos en que el desaparecía sin explicaciones yo me centraba en seguir aprendiendo sobre los programas que implementaban en su empresa para poder ayudarlo en las propuestas de las nuevas corporaciones que se unían a Blacke I.T.

En las noches mi dolor por su silencio sobre lo que había pasado en Paris me pasaba factura pero nunca deje que me viera herida, nunca deje que viera mis lágrimas. Nunca iba a dejarlo ver que había roto en mil pedazos el mismo corazón que había enamorado solo en un par de días.

Estaba comenzando el verano. Había hecho amigos en la oficina, Jay secretario de recursos humanos, guapo, amante de la moda, gay y latin lover empedernido. Nos entretenía con sus historias de fin de semana y nos daba consejos de moda. Mary embarazadísima secretaria de Kaleb, una mujer de 35 años dulce, responsable y con ideas de la vida más que románticas. Leona una brasilera que reinaba en finanzas con puño de hierro pero que conmigo era una dulce amiga, divertida junto con su novia Evelyn que también trabajaba en la empresa y estaban juntas hacia cinco años. Éramos un grupo divertido que nos juntábamos cada vez que podíamos sin día fijo, en casa Jay o leona y después del verano Kaleb me sorprendió una tarde diciéndome que todos podían venir a usar la piscina los fines de semana ya que era una lástima que nunca se usaba . Después de eso cada sábado o domingo ellos venían a pasar todo el día. Cocinábamos algo y pasábamos la tarde nadando y escuchando música.

Estaba acercándose navidad cuando recibí una llamada que cambio las cosas para siempre.