Agradecimientos

Primeramente, quiero agradecerle a Dios por el simple hecho de haberme pensado y creado. Hoy soy lo que soy porque Él lo quiso. Le doy gracias por haberme escogido y haber puesto en mi la pasión por leer y escribir.

Como cristiana, desde que acepté a Jesús como mi Señor y salvador y empecé a llevar una vida de iglesia siempre me pregunté cuál era mi llamado. Anhelaba ser útil en su reino y debo admitir que siempre anhelé en grande. Muchas veces me frustré por no conseguir nada de eso hasta que entendí que lo primordial era amar a Dios y buscar su reino. Ser una discípula y una cristiana eficiente haciendo lo que podía con lo que tenía en el lugar que estaba. Así entendí que podía honrar a Dios, aunque sea desde el lugar mas inhóspito en la casa de Dios y fuera de ella. Mi personalidad, mis actitudes, mis palabras, mi manera de vivir debían reflejar a Jesús.

Me preocupé tanto en querer tener un llamado grande que no podía ver que dentro de mi estuvo siempre el potencial y un llamado. En el 2012 sentí ganas de escribir una novela porque me apasionaba leerlas, pero no lo pude hacer porque Dios tenía que sanar en mí muchas cosas de las cuales hoy me sorprendo de mirar para atrás y ver que no soy la misma de antes. Quizás te preguntes cómo pude saber que este era mi llamado y te voy a confesar que me estoy enterando ahora escribiendo estas líneas. Toda mi vida empecé cosas que nunca pude terminar. Nada me convencía y dejaba todo a media. Carreras, proyectos, etc.

Y escribir me daba miedo. Sólo pude impulsarme a hacerlo cuando sentí paz en sentarme a narrar una historia cuando nunca lo había hecho. Me dejé guiar por su Espíritu. La historia de Tyler y Andrexa no fue un invento mío. Parece loco, pero vi la historia completa en mi corazón. Sólo soy el instrumento vivo que lo llevó a cabo. Es la palabra viva en un testimonio ficticio para decirte que vale la pena creerle a Dios y esperar en Él.

Quiero dejarte esta palabra y anhelo sea de bendición para tu vida.

Salmos 37:4-5

«Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.»

Cuando le creemos a Dios y nos deleitamos en su presencia el cumple sus planes que de hecho son buenos y nos prometen un gran futuro, nos dan esperanza, pero también nos ama y quiere cumplir nuestros anhelos más profundos.

Te insto a confiar en él. Yo lo hice y puedo decirte que Dios es bueno y que lo que me ha prometido lo ha cumplido. Aunque he pasado por valles de oscuridad creer en Él fue lo que me mantuvo de pie siempre. Así que si estás pasando por alguna situación difícil busca la luz y encontraras con Él, el camino.

También quiero darte las gracias a ti, por ser el receptor del mensaje que quiero darte. Espero que la historia te haya gustado y que Dios te haya hablado en cada capítulo como lo hizo conmigo. Te bendigo.

Quiero agradecer también a mi casa “Cita con la vida” y a mis pastores Máximo y Alicia Pérez Rosa que con sus enseñanzas me acercaron a Jesús y me enseñaron a ser más como él. Agradezco a Dios por sus vidas porque con amor nos transfieren una manera correcta de vivir día a día.

Otra persona que alentó este proyecto y que no puede faltar en esta pagina es “My best friend” Maira Bonaveri. Te agradezco por el hecho de ser mi amiga. Ese pilar que me sostiene. La que soporta mis días grises donde, aunque sea pesada, me levanta y hasta soporta la euforia de mis más alegres días y grita, canta, llora y salta conmigo. Mi felicidad es la suya y viceversa. Te amo a montones y no está de más decirte que te bendigo y que pido a Dios que cumpla esos deseos que atesora tu corazón de una manera tan especial creyendo fielmente que Dios puede hacerlo posible haciendo uso del arma más poderosa, la fe.

Y para finalizar quiero dedicar las últimas líneas a una persona muy especial para mí, Rodrigo Castro.

No te dejo al último porque seas el menos importante sino al contrario. Le agradezco cada día a Dios por tu vida y por ponerte en la mía. Eres esa persona que, aunque nos separen kilómetros te encargas de acercarnos por todos los medios posibles. Estás para mi en las buenas y en las malas. Eso es importante. Eres mi mejor amigo y delante de Dios puedo decir que esa definición te queda corta. Te convertiste en esa persona que no quiero perder nunca. Fuiste mi inspiración desde el inicio de esta historia y sé que lo vas a seguir siendo.

Gracias por ser como eres conmigo, por nunca dejarme sola y aguantar mis locuras. Realmente puedo decir que nos encontramos cuando decidimos buscar a Dios primero. Y que los kilómetros no significan nada cuando Dios une corazones.

Gracias por ser parte de mi vida y apoyarme en cada paso que di en esta historia.

Te quiero mucho hasta el cielo ida y vuelta en cacarol.