Me despierto, la verdad he dormido mejor que nunca esta es la mejor cama en la que he dormido. Levantándome giro la cabeza y veo a mi madre durmiendo plácidamente y esto es raro generalmente ella quien se despierta desde muy temprano, pero ahora está en un profundo sueño. Es la primera vez que la veo descansando cómodamente.
Salgo de la cama cubriéndome con la bata que tome de mi cuarto, salgo al pasillo y miro por la ventana y miro como hay varias personas que se están moviendo por el lugar. Parecen diferentes a los que vi en la noche. Estos parecen trabajadores, fijándome bien veo largas distancias de terreno llenos de pasto y lo lejos miro como unos jinetes salen a galope. Vuelvo a ingresar al cuarto para mirar desde la ventana.
–Hija. Buenos días –saluda mi madre levantándose de la cintura.
–Buenos días mamá –le sonrió –has dormido más que antes.
–No puedo negarlo –se hecha hacia atrás –esta es la mejor cama en la que he dormido. ¿Qué haces en la ventana?
–Estamos en una hacienda –respondo –por lo que puedo ver.
–Bueno eso es algo. Pero ¿Dónde? –pregunta mi madre.
Escucho unos golpes en la puerta –si ¿Quién es? –pregunto.
–Buenos días, permiso –dice abriendo la puerta –espero que hayan pasado bien la noche. –no responde.
–Confieso que ha sido un sueño rejuvenecedor –dice mi madre.
–Me alegro oírlo. El joven Logan las está esperando para desayunar –dice la mujer.
–No tenemos ropa –digo.
–No se preocupen. Revisen sus closets ahí encontraran, prendas de vestir para ustedes. El joven las espera –dice retirándose.
–¿Qué hacemos mamá? –pregunto.
–Bajemos y obtengamos respuestas –responde ella.
–Voy a bañarme –digo saliendo de la habitación de mi madre.
Ingreso a la mía y respiro el aroma a lavanda que tienen la habitación, miro la cama y la tentación me gana paso la mano sobre ella y es igual de cómoda. Me lanzo sobre ella.
–¡Que cómoda y suave! –digo. –debo bañarme.
Me levanto e ingreso al baño de mi habitación y quedo maravillada esto es una tentación, estoy siendo tentada por todo esto. Este baño es increíble tiene una bañera enorme, una ducha que al abrir el agua está justo a la temperatura.
Me quito la bata e ingreso bajo la ducha es tan deliciosa, el agua tiene la temperatura adecuada. Al terminar miro la bañera y me tienta llenarla e ingresar dentro, pero no lo hago. Reviso los cajones del baño sacando unas toallas secándome, cubriéndome salgo voy al closet y encuentro muchas prendas de vestir y algo que me sonroja es entender que.
Salgo de la habitación cambiada y al mismo rato mi madre también sale y en su rostro tiene la misma mirada que la mía.
–Es un pervertido –dice mi madre. –le diré unas cuantas cosas a eso degenerado.
–También mucho que decirle –digo con el mismo tono molesto.
Bajamos a la planta principal siendo recibidas por la mujer llamada Alice –síganme –dice ella.
La seguimos hasta la parte trasera donde ya se encuentra el pervertido sentando y por lo que veo no ha probado bocado su plato está vacío.
–Buenos días. ¿Cómo amanecieron? –dice con una mirada neutra, pero puedo notar una pequeña cursa en sus labios intentando sonreír.
–Muy bien. pero nos dimos cuenta de algo –dice mi madre.
–¿Qué es? –pregunta.
–De que eres un pervertido –suelto.
–Pensé que quedamos que era un loco –dice.
–Es lo mismo. Nos investigaste y todas esas prendas de vestir. Todas –hago énfasis en esa última frase –resulta curiosamente de nuestra talla. ¿Qué crees que debemos pensar?
–Debo aclarar muchas cosas –dice mientras Alice comienza a servir la comida. –primero. Si las investigue. Segundo, lo hizo una mujer. Tercero, Alice compro todas sus prendas. Yo no tuve nada que ver. Así que ¡por favor! Quiten ese pensamiento de sus criterios sobre mí. Me conformo con que me digan loco. Ahora podemos desayunar en paz.
Tomamos asiento y empezamos a desayunar, todo está delicioso. La mujer Alice es una buena cocinera tengo que reconocerlo y esto se siente muy agradable sentir la cálida brisa de la mañana.
Él se levanta –tenemos una conversación pendiente ¿cierto? –se limpia la boca con la servilleta.
–Así es. Nos dirás ¿Por qué estamos aquí? –dice mi madre.
–Las espero en mi despacho. Alice muéstrales –dice él.
Ella asiente –síganme –dice.
Ella nos muestra donde queda el despacho de Logan, pero antes subimos a nuestras habitaciones para cepillarnos los dientes y volvimos a bajar ingresando dentro, donde él ya se encontraba ahí sentando.
–Bien dinos. ¿Por qué estamos aquí? –dice mi madre.
Él se nos queda mirando junta sus manos inclinándose hacia delante –sé que tienen muchas preguntas y las voy a resumir en pocas palabras. Estoy seguro que ya descubrieron que están en una hacienda –confirmamos –no quiero que se sientan como unas prisioneras aquí, durante su estadía. Son libres de desplazarse por toda mi propiedad. Ya he notificado a todos los que trabajan aquí, que deben tratarlas con respeto.
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Editado: 14.10.2023