Capítulo 24

Bastardo. Mil veces bastardo. Estoy harto de este juego voy a tomar lo que me pertenece ya sea por las malas. Es tiempo de poner las cartas sobre la mesa, mejor poner su cabeza sobre mi chimenea, en mi casa de campo. Disfruta lo último que puedas Logan, pronto estarás muerto y Ester será para siempre mía.

La puerta se abre –está todo listo señor –informa de mis hombres de confianza.

–Perfecto. Saben bien que hacer –digo con la voz severa.

–No se preocupe señor. La traeremos de regreso –confirma. –En cuanto a…

–A ese captúrenlo y enciérrenlo. Yo personalmente me encargare de que suplique por la muerte –respondo.

Asiente saliendo de mi oficina. Me giro sobre la gira mirando por los cristales, espero que este sea lo último de ese maldito. Perdí mucho tiempo, debí haber hecho esto desde un principio, me hubiera librado de él y tener a Ester para mí.

–Señor –escucho la voz de Estefanía por el teléfono.

–¿Qué sucede? –pregunto.

–Los accionistas quieren una junta de urgencia con usted –dice ella.

Giro la cabeza, algo confundido esto nunca había pasado. Me resulta muy extraño esta reunión.

–¿Quién la convoco? –pregunto. Debe haber alguien detrás de esto.

–Lo desconozco señor. Primero llamo el señor Sebastián, después la señora Rachel…

–Está bien prográmala para las –le corto.

–Ellos ya están llegando señor –responde cortándome.

Algo no está bien, lo presiento. Algo muy grande está a punto de pasar. En eso tomo mi celular y envió un mensaje a mis hombres de confianza y me responde con un emoji de un pulgar arriba.

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–Joven Logan –ingresa Alice sosteniendo una carpeta –lo tenemos –dice colocando la carpeta sobre la mesa.

–¿Son las pruebas? –pregunto.

Ella asiente. Finalmente, una buena noticia, esto está a punto de terminarse. Tengo a Oscar justo donde lo quiero en mis manos. Está vez me asegurare de refundirlo en la cárcel, como debió haber pasado en mi anterior vida.

–Ya sabes que hacer Alice –hablo levantándome del asiento.

–Me adelante a eso. La policía está al tanto y los inversionistas, deben estar rumbo a la empresa. Sugiero que hagamos lo mismo –dice Alice.

–Entonces no perdamos más el tiempo. En marcha –digo saliendo del despacho.

Llego hasta la sala donde me encuentro con Ester y su madre. No puedo evitar sonreír, al saber que ella finalmente podrá seguir con su camino, pero por otra parte estoy triste al saber que ella se va a ir de mi lado. En parte deseaba que este día nunca llegara, quería seguir teniéndola a mi lado, pero si hago eso. Estaría actuando como lo hizo Oscar y yo no soy como él, jamás lo seré. Todo lo que siempre quise era salvarla.

–¿A dónde vas? –pregunta ella.

–A la empresa. El día llego –respondo.

Ella me mira confundida –¿A qué te refieres? –vuelve a preguntar.

–Quédate tranquila –le sonrió –todo está bien. –Respondo e intento irme antes de que la preguntadera continúe.   

–Esas… esas son las pruebas –escucho a su mamá hablar y me detengo.

–¿Pruebas? ¿Qué pruebas? –cuestiona Ester. –espera –se pone delante de mí –tienes las pruebas contra el sujeto que está detrás de mí –habla con emoción.

–Pero no entiendo. ¿Por qué vas a la empresa? –su madre pregunta se queda callada y vuelve hablar –el tipo que estaba detrás de mi hija. es uno de la empresa –suelta ella directo.

–¿¡Qué!? –dice Ester mirando a su madre.

–¿Quién es Logan? –pregunta su madre.

–Es mejor que se queden aquí –digo para mantenerlas a salvo.

–Voy a ir –dice Ester.

–Ester…

–No trates de impedírmelo. ¿quiero saber sus razones? ¿Por qué estaba detrás de mí? –habla decidida.

Parece que no tengo otra opción, por lo que solo asiento y salimos en dirección a la empresa. No sé si sea buena idea el llevar. Oscar era esposo, el hombre que la secuestro, la torturo, amenazo y asesino. Por otro lado, estoy bien de que ella no tenga esos recuerdos. Eso por lo menos alivia mi corazón, ante el eminente destino que nos espera.

Llegamos a la empresa y subimos directo a la última planta ingresando a la sala de juntas donde todos ya se encuentra reunidos y el más crucial está sentado en la cabecera. Me mira con odio, ya se había tardado en demostrarlo.

–Bien a que se debe esta reunión –dice Oscar.

–Espero que sea algo importante. Estaba muy ocupado –dice Cristian que también está aquí.

–Lo es –digo tomando la carpeta que sostiene Alice –en esta carpeta hay pruebas muy graves contra nuestro presidente –arrojo la carpeta sobre la mesa.

Oscar me mira confundido y a la vez nervioso.

–¿Qué hay en esa carpeta? –pregunta Fernando.