Para los padres de Yumiko el final de aquella noche los había dejado anonadados, nadie en aquel recinto hubiese pensado que Julián pediría aquel collar, ellos no dejaban de hablar acerca de si debían respetar la tradición o no, de cualquier forma era un extranjero, la tradición no contaba para ellos así que nadie culparía a su hija por no respetarla, pero ella pensaba algo diferente ¿y si fue el destino la que la condujo a la playa aquella noche?, ella se negaba a creer que lo que había tenido que pasar este día o lo que había tenido que sufrir por casi un año fuese en vano. Si el destino había llamado a su puerta aquel día ella contestaría con toda la fuerza de su corazón. Así que para tratar de calmar a sus padres mientras miraba el horizonte les dijo: Nada está claro el día de hoy, lo que les puedo decir es que Julián es mucho más de lo que nos quiso hacer creer y si es digno o no del collar eso lo decidiré yo, tengo hasta que el juez llegue la próxima semana, así que en este tiempo tomaré una decisión y cuando la tenga solo les puedo pedir que me apoyen en ella, sea cual sea. Después de eso el vehículo quedo en silencio, para sus padres era claro que su niña se había transformado en una mujer sin que ellos se pudieran dar cuenta. Al llegar a la casa la abrazaron muy fuerte y por mucho tiempo, ellos sabían que los próximos días serían muy duros para su pequeña pero no estaría sola, ellos siempre estarían ahí para ella y así se lo hicieron saber, al escuchar esto Yumiko no ocultó sus lágrimas de alegría, por fin sabía que no estaba sola, por cerca de un año su familia se había alejado pero ahora estaban juntos nuevamente, gracias a lo sucedido aquel día, gracias a Julián. Al llegar a su habitación organizó las cosas de Julián sobre su escritorio, una guitarra negra bastante desgastada, un estuche que serbia de maletín, dos pescados asados y algunos ingredientes no era mucho para comenzar a conocerlo, como sea nuevamente abrió el estuche extrañamente bien organizado como maleta, tenía todo lo necesario para viajar ligero, pero nada más logró descubrir, en verdad que era un chico misterioso. Nuevamente organizo el estuche y se dispuso a dormir, estaba tan agotada que cayo dormida sin haberse quitado la ropa.
Para Irene conducir a casa a esta hora no era para nada usual, solo lo hacía para atender algún parto u otro tipo de emergencia médica y más inusual era ver a su hijo mirar al piso sin saber cómo disculparse por el incidente de hoy, así que para tranquilizarlo un poco le dijo: lo que hiciste lo hiciste por las razones correctas pero en el cómo lo hiciste es que estuvo mal, en una pelea debes ser un mar tranquilo, una roca ante la tormenta, pero ciertamente estoy muy orgulloso pues no dudaste un instante en hacer lo correcto, gracias a dios nadie resultó muerto. Mientras tanto en el asiento trasero viajaba un joven profundamente dormido aferrando fuertemente el collar que había pedido como obsequio, Irene intuyo que estaba muy acostumbrado a dormir en cualquier lugar y como pudiera pero lo que realmente le asombró de este chico fue como pudo hacer frente a los muchachos de la preparatoria y más aun a su propio hijo, aun no terminaba de convencerlo las explicaciones que había dado aquella noche, en parte por eso había insistido en que se quedara en su casa, pero también estaba el hecho que no quería que un extraño se quedara a solas con una anciana como la señora Hisui. Al llegar a la casa su esposa los estaba esperando en la entrada, se sorprendió mucho al ver bajar del auto a otro joven de la edad de su hijo y más sorprendida quedo al escuchar el relato de su esposo sobre lo ocurrido en la playa y el por qué este muchacho se quedaría en su hogar, pese a no estar muy convencida era claro para la señora Mian que era un asunto de honor, ella lo comprendía perfectamente así que con la mayor amabilidad que pudo le dio la bienvenida a su huésped y se dirigió a preparar el cuarto de invitados, Julián agradeció la hospitalidad y se despidió rápidamente pues estaba profundamente agotado, Yuto hizo lo propio, al final los dos esposos se quedaron conversando un rato más sobre lo que había pasado aquella noche y poco tiempo después también se fueron a dormir.
Para la capitán Yuu el conducir a casa aquella noche no la tranquilizaba, estaba segura que cuando llegara la pelea entre su padre y su hermano ya estaría en su punto más alto, esta noche nuevamente debería disculparse con los vecinos. Pero al ingresar a su hogar estaba misteriosamente callado, se podía escuchar el aleteo de una mosca, Yuu no sabía si aquel silencio era una buena o mala señal, al entrar a la cocina encontró a su padre tomando un vaso con jugo, estaba solo, callado, meditando, cuando la vio llegar le comentó como después de dejar la estación su hermano se había disculpado profundamente por lo que les había hecho pasar no solo esta noche si no todo este tiempo, y les pidió que cualquiera que fuera el castigo se lo comentaran mañana pues estaba terriblemente agotado y maltrecho, le comentó también lo triste que estaba por los acontecimientos de esta noche pero que a la vez le estaba muy agradecido con el destino porque su hijo por fin había tocado fondo y ahora estaba dispuesto a cambiar a ser el chico que una vez fue y a hacer el hombre que estaba seguro que podía ser, aquellas palabras tranquilizaron a Yuu que en medio de la charla le dijo a su padre que necesitaba un trago a lo cual le respondió que nunca más encontraría una bebida en esta casa, si su hijo necesitaba una luz en el camino él estaba dispuesto a dársela, a incendiar el camino si era preciso o a morir en el intento. Yuu lo abrazó, le dio un beso en la frente y le dijo que no se preocupara que Juu tendría tres luces iluminando su sendero así que no estaría solo en esta tarea y diciendo esto se despidió y se marchó, en aquel momento solo su cama le llamaba la atención.
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Editado: 13.05.2021