El Señor dio instrucciones específicas a los sacerdotes descendientes de Aarón. No deben tocar los cadáveres de la mayoría de los parientes, excepto de sus padres, hijos, hermanos y hermanas vírgenes sin esposo. Se les prohibió raparse la cabeza, recortarse la barba o hacerse cortes en el cuerpo. No deben casarse con mujeres impuras por prostitución o divorcio. El sumo sacerdote tiene reglas adicionales, como no acercarse a los cadáveres, y solo puede casarse con una virgen de su propio clan. Además, ningún sacerdote con defectos físicos puede oficiar en el altar, pero puede comer del alimento ofrecido a Dios. Estas instrucciones se transmitieron a Aarón, sus hijos y todos los israelitas.