En Números 34, Dios instruye a Moisés sobre los límites de la tierra prometida, Canaán, que será la herencia del pueblo de Israel. La frontera sur se extenderá desde el desierto de Zin hasta el mar Muerto, y luego hacia el sur hasta Cades-barnea y Asmón. La frontera occidental será la costa del mar Mediterráneo. Al norte, la frontera irá desde el mar Mediterráneo hasta el monte Hor y luego hacia el este. Hasta Hazar-enán. La frontera oriental comenzará en Hazar-enán, descenderá hacia el sur hasta Sefam y luego seguirá hacia el mar de Galilea y el río Jordán hasta el mar Muerto.
Moisés les explica a los israelitas que esta tierra será repartida entre las tribus por sorteo sagrado, excepto por las porciones ya asignadas a Rubén, Gad y la media tribu de Manasés al este del río Jordán. El Señor designa a Eleazar y Josué para supervisar la distribución, junto con un líder de cada tribu. Se enumeran los líderes designados para cada tribu que ayudarán en esta tarea.