Sebastian

CAPITULO 29

ADVERTENCIA: algo que puede ser hiriente para personas que han pasado por cosas como estas por ser de la manera en la que son sin culpa alguna, lean a discreción propia, de lo contrario, por favor pasen la conversación sin siquiera mirarla.

Pido disculpas por adelantado ya que se que esto es un tema muy sensible para muchas personas que han estado pasando por situaciones similares, mi mas sinceras disculpas y de verdad lamento que pasen por cosas como estas, mucho amor para ustedes, son verdaderamente fuertes y eso me hace sentir orgullosa de ustedes.

Les mando amor desde lo mas profundo de mi corazón, y ánimos, ya verán que las cosas pasaran y encontraran a otros quienes les acepten.

William Pov:

Entre Sebastian y yo las cosas no están bien, no están nada bien y eso me esta estresando mucho, me hace sentir como si fuera la peor persona del mundo. Yo se que no soy una persona fácil con la que lidiar, se muy bien que lo que estoy haciendo lo esta hiriendo y eso me esta matando, sin embargo no hay manera alguna en la que yo pueda ver que nuestra relación pueda continuar sin que mi familia este interfiriendo con mi vida, de alguna manera mis padres tienen el control sobre mi vida, tienen el control de lo que debo y no debo hacer, eso es algo que nunca he podido pelearles porque adoro a mi familia y porque tengo miedo de perderlos.

En un mundo perfecto, mis padres me aceptan tal como soy, sin condición alguna, en un mundo perfecto Sebastian y yo somos completamente felices y hasta estamos casados, tenemos hijos, cinco gatos y cinco perros, tenemos un hermoso hogar, tenemos una relación envidiable y envejecemos juntos, morimos juntos y nos entierran en el mismo agujero, en el mismo ataúd, uno lo suficientemente grande para ambos, todo el mundo querría tener una relación igual a la nuestra, nadie querría separarnos y nadie querría que lo nuestro muriera nunca porque estamos destinados a estar juntos.

Pero ese mundo no existe mas que en mis sueños, lo he visto tantas veces que abecés pienso que esa es la realidad, abecés pienso que mi madre no es una loca religiosa que quiere meterle la religion a todo el mundo por los ojos como si fuera obligatorio ser de esa manera, tampoco es una de esas mujeres estiradas que creen que por tener dinero el mundo debe doblegarse ante ella solo por unos centavos, es algo que he visto en varias ocasiones, aunque duela aceptarlo, esta es la madre que me toco tener.

En muchas ocasiones he estado a punto de hablar con Edmund sobre el tema de mi relación con Sebastian, pero eso es ser demasiado egoísta, el tiene demasiado con todo lo que esta pasando en su vida, con lo del secuestro de su esposa y ahora el enterarse de que su familia no es la que el creyó que era su familia, lo egoísta que son sus abuelos y los que creímos que eran sus padres, el ya tiene mucho con esa gente, tiene bastante con lo que lidiar mientras esta con su verdadera madre... y yo solo necesito a mi amigo, pero se que cuando Courtney vuelva el hablara conmigo y me ayudara a resolver el enredo de vida que tengo.

-Te ves en las nubes desde hace unos días- dijo mi abuela llamando mi atención- ¿Todo bien?

-Todo esta bien, abuela- dije recuperando la compostura.

-¿Como esta Edmund y su familia?- pregunto mi padre haciendo que lo mirara mientras comía un poco de pescado.

-Esta devastado, no puedo ni imaginarme lo que debe estar pasando por su cabeza en este momento- dije mientras jugaba con mi comida, es lo que llevo haciendo desde que me sente a cenar con mi familia.

Mi abuela había venido a visitarnos para cenar con nosotros, es lo que suele hacer al menos una vez al mes o cada quince días, a mi madre no le agrada, pero no puede decir nada porque mi abuela la pone siempre en su lugar.

-¿Que hay de ese chico, Sebastian?- pregunto ella mirándome juguetona, mi madre golpeo la mesa con la palma de sus manos llamando la atención de todos en la mesa.

-Ese nombre no debe ser pronunciado en esta casa, ese es un nombre maldito- grito como si fuera algo malo un simple nombre.

-¿Por que es eso?- mi padre pregunto curioso y confundido, eso me hizo sentir incomodo.

-Sebastian es mi amigo, mi abuela se refiere a Sebastian Walter, madre, no a ese otro Sebastian- conteste mirando nuevamente mi plato y jugando con la comida- Sebastian esta desconsolado, es su unica hermana, Carlo ni se diga, pobrecito, Courtney es quien se encarga de representar a ambos.

-Eso es terrible- contesto mi abuela- deberías estar al lado de ellos, estoy mas que seguro de que apreciarían el apoyo de un amigo.

-Si, pero no es algo que ellos quieran, son una familia muy discreta- suspire al recordar las veces que tuve que retirarme de su lado solo porque querían tener momentos en familia- Los Walters son una familia un poco sencillas, no son tan extravagantes y eso se nota en la manera en la que sus hijos se comportan en lo personal.

-Ese es el motivo por el cual están siendo castigados, ellos están por encima de muchas personas y ahora Dios los castiga al llevarse a su hija- contesto mi madre ganándose miradas sorprendidas de mi abuela y padre- Había escuchado que esa chica era una pecadora, tener coito antes del matrimonio con varios hombres, salir con el prometido de su prima y encima de eso casarse con el, ¡Que pecado mas grande!

-Primero que nada, madre, Courtney es una mujer independiente, segundo, es el siglo XXI, no todo el mundo vive en la época que tu vives en tu cabeza, las cosas son mucho mas modernas y liberales, tercero, tu no conocías a Ann, esa mujer era una pesadilla con la cual coexistir, ella le fue infiel a Edmund con varios hombres, y por ultimo, deja de hablar de personas que no conoces, tu también podrías ser castigada por Dios por las cosas que dices y por todo lo que haces fuera de la iglesia.



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En el texto hay: corazonroto, drama, amor

Editado: 19.11.2024

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