¡¿Es necesario comenzar de nuevo?!
Olvídense de todo lo que leyeron en el prólogo, olviden cada palabra que fueron viendo, olviden mis sueños, las ganas, la ignorancia, de parte de una niña de once años, explayándose sin darse cuenta de la realidad, la cual era cruda y amarga, para nada lo que realmente le esperaba al cumplir los 15 años de edad y enfrentarse a la verdad, la prparatoria, donde las personas no eran más que unos simples acarriados, sin ganas, mejor dicho, con ganas de joderle la vida a quien se cruzara por su camino, ¿quieren la verdad? Vamos a ella.
VERANO ANTES DEL PRIMER AÑO DE PREPARATORIA.
Mi mejor amiga y yo habíamos estado pasando el último año de secundaria en fiestas, y socializando con la mayoría de las personas que estarían con nosotras en la escuela el siguiente semestre, me llenaba de emoción el saber que pasaría mis mejores tres años de mi vida al lado de mis mejores amigas, éramos cinco, y aunque con todas me llevaba de maravilla, sólo hay una mejor amiga, y ese puesto se lo llevaba Audrey, me había acompañado desde pre-escolar, nuestros padres eran íntimos amigos, su padre y el mío eran co-presidentes de la misma empresa. ¿Lo ven? Todo era color de rosa.
Hasta ese día, en el que mi madre decidió llevarme lejos en el último verano antes de la preparatoria, tenía tantos planes, a tantas fiestas qué asistir, no ir era una falta grave, enorme, pero ni pensarlo podría decirle que no a mi madre, era un campamento para porristas, debía entrenar duro si quería el puesto de líder. Nada haría que mi madre cambiara de opinión, debía seguir con la tradición, mi abuela se había puesto muy feliz cuando supo que sería niña, otro niño suponía adiós al linaje de las porristas, a menos que algún hermano fuera gay, o realmente no dudara de su sexualidad como para postularse a ser porriste, aunque de igual forma no era lo mismo para mi familia, era la única mujer nieta, ni siquiera mis tías habían tenido niña, puros varones en la familia, todos felices, menos mi madre y abuela, ellas estaban frustradas con la vida, hasta que llegué yo.
Debo decir que siempre fue un sueño en el que quise participar sin duda alguna, pero, irme lejos en estos momentos era dejarle mi reputación en manos de extraños, aunque cofiaba ciegamente en Audrey y las chicas, sabía que ellas no me defraudarían, peor, me difamarían.
Las cosas que se habían inventado de mí, era casi gracioso, de no ser porque nada era verdad, nada de lo que se había dicho aquel verano era cierto, ni siquiera que tuve novio cinco años mayor que yo, ni que m e metí con el instructor de porras en el campamento, ni que me había besado con todas las chicas de mi escuadrón, eran tonterías mla infundadas, puro chisme, pura mierda, debo decir. Patrañas, a no más poder. ¿Quién era el responsable de tanta porquería? Nada más ni nada menos que yo, por haber confiado en unas personas que no merecían mi amistad, mi lealtal, nada merecían de mí, absolutamente nada, siempre les abrí las puertas de mi hogar, mi corazón, la cocina de mi madre baja en calorías, mi cuarto, ropa, mis hermanos. Pero ni una supo el valor de una amistad y la lealtad que se le debe tener a una amiga de la infancia. Fue como si en esos meses se habían olvidado de mí y la ''nueva'' Bree hubiera salido de un basurero, todo mundo me veía feo, murmuraban sobre mí, me señalaban, era el hazme reír de toda la ciudad, de toda la escuela, todo por mi culpa , y haber soñado en grande, sin pensar en que posiblemente, todo pueda echarse a perder, por unas simples palabras, por simples rumores, hechos por tus mejores amigas, las personas que se supone saben todo de ti, y que sólo ellas saben, entonces, cuando los rumores comenzaron a expandirse, Audrey no negó nada, es más, ella comenzó cada uno de los chismes que se hicieron sobre mí, las personas sólo fueron agregándole más al cocido.
Un chisme puede hacer mucho daño, puede echar a perder una vida entera.
COMIENZO DEL VERANO ANTES DE PREPARATORIA.
-Audrey, no seas tonta, no puedo escaparme de mi madre -Le dije claramente, después de que me pidiera escaparme del aeropuerto con ella para irnos a la primero pre-party del año escolar.
-¡Vamos Bree! No ir es como suicidio escolar, y lo sabes, incluso tus hermanos te lo dijeron, te han preparado para esto, no podemos quedarnos atrás, nos pueden ganar el puesto de las más populares.
-Eso jamás va a pasar, calmada, ustedes vayan, simplemente sigan hablando de mí, de mi preparación como porrista, llegando conseguiré el puesto y las cinco estaremos en la cima -Le guiñé el ojo, sabía que tenía razón, aunque en el fondo moría de miedo si algo diferente pasaba.
Audrey me abrazó, las chicas llegaron después, antes de tomar el vuelo, con una cobija y almohadas para el camino, oficiales de la escuela, me miraron irme, me saludaron a lo lejos, el amor que me tenían, puedo jurar que era como el de hermanas, todas habíamos crecido juntas, unas llegaron antes de otras, pero al final, todas nos amábamos incondicionalmente.
PATRAÑAS.
Llegué al campamento, y en mi celular no había señal, había ciertos días en que nos llevaban a una zona con señal para poder hacer unas llamadas, pero debías ganarte ese privilegio, siempre me lo ganaba, parecía estar hecha para ser porrista, y aunque había muchas chicas celosas de mi desempeño, siempre supe cómo hacer amigas, para eso me sobraba talento.
#4042 en Novela contemporánea
#11106 en Thriller
#4470 en Suspenso
locura y asesinatos, falsas amistades, depresion y descontrol
Editado: 20.10.2019