3. El arte de la confesión.

«Hay una diferencia entre reconocer y confesar. Reconocer supone suavizarlo, poner excusas para algo que no puede excusarse; confesar solo menciona el delito en toda su crudeza.» 

—Verónica Roth.

Con esas hermosas palabras dichas por la increíble Verónica Roth, creo que ya sabemos el significado de reconocer y confesar. Pero ¿Será delito confesar amor por alguien?

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Confesar tu amor por la persona que tanto te encanta aveces suele ser muy duro, sientes la adrenalina correr por tus venas y tu corazón a mil latidos por segundo, te quedas esperando su respuesta sin saber si será buena o mala, le pides a los dioses esperando a que sea buena y quisieras morirte cuando es un rechazo, a casi todos nos pasa, y digo casi, tal vez otros corren con la suerte de nunca haber sido rechazados.

Nunca será buena cuando la persona confesada (el receptor) es un ignorante, está con todos a la vez, se aprovecha del físico, no quiere estabilidad, ni es alguien realista.

Existen casos en los que no tenemos la dignidad suficiente para dejar de hablarle al que te rechaza. Sientes la posibilidad y el deseo de estar con quien tanto te gusta pero al que no le atraes ni un poco, que ni aunque te escriba o le sigas escribiendo, podrás gustarle. 

Es duro de asimilar, pero perderías tu valioso tiempo en un individuo que no valdría la pena.

Si la respuesta llegara a ser buena, disfrútalo, vive el momento sin prejuicios ni preocupaciones. Tan solo mantente al margen de lo que haga con los demás, podrás estar con la persona, pero tal vez la persona esté con alguien más y sólo seas una de sus opciones, ¡OJO! No digo que impliques los celos en estas acciones; si te demuestran el verdadero valor de la confesión amorosa, no tengas miedo, deja que fluya.

Es mejor prevenir antes de caer en el hoyo de los lamentos.

🌟Si hay amor, no hay celos; si no hay celos, la confianza es infinita. Si hay celos, y todo se basa en ello, no hay amor, hay una nube tóxica🌟.