POV'S Aaliyah
Llevo toda la mañana desde las nueve de la mañana sacando cajas de mi cuarto para dejarlas en el coche. En serio que cuando digo que me duele la espalda de cargar peso, me duele.
Creo que después de esto iré por primera vez a un masajista.
Menos mal que cuando fueron a mirar los apartamentos, decidieron comprar dos que estaban prácticamente amueblados, lo único que faltaba era mi armario, que al final me he comprado uno de madera contrachapada con una capa de pintura blanca y en varias puertas tienen una especie de vidrio opaco que no deja ver que es lo que hay dentro, también hacía falta un colchón, lo mejor de eso es que voy a tener mi deseada cama de matrimonio por primera vez en mi vida para mí solita.
¿Entendéis?
Mía.
Mía.
Y sólo mía.
En la otra pequeña habitación, es una en la que más luz da, así que he pensado que allí podía cambiar lo que sería un dormitorio cutre en un lindo escritorio, donde seguramente me siente a estudiar y termine viendo una maratón de cualquier serie en el móvil. Tipical of me.
Para completar mi adorado estudio, en el que voy a poner un gran letrero donde ponga NETFLIX en letras bien grandes, he comprado un escritorio bastante grande que a simple vista parece un tablón de madera por el dibujo pero está en una escala de colores grises, un flexo por si me tengo que poner a estudiar o a hacer deberes por la noche. Porque los deberes los hago, puede que que a última hora, pero lo que cuenta es tenerlos a tiempo supongo.
No acaba ni de empezar la mudanza y ya quiero terminar, esto es cansado. Ayer cuando estaba de compras con Ruby, quedamos en que ella me ayudaría con la mudanza a cambio de quedarse de vez en cuando a dormir o pasar el día, digamos que no le gusta estar mucho en casa. Aunque aun así, sin que me ayudara, siempre que quiera puede venir, seguro que me sentiré un poco sola a partir de ahora.
Me pongo una playlist de Spotify, con canciones algo animadas para ver si le cojo ritmo a esto, porque si no termino el año que viene. Cuando ya la tengo, la conecto a un pequeño altavoz que me regalaron hace un par de años.
Lo enciendo y se conecta, pero no escucho música, que raro, enciendo el móvil y veo que supuestamente la canción se está reproduciendo.
Lo desconecto, lo vuelvo a conectar y nada. Y en uno de esos pequeños ataque de ira que me dan de vez en cuando, lanzo el estúpido aparato que no funciona a la pared.
¡PUM!
Sí, ese es el ruido que hizo mi culo cuando chocó contra la losa del suelo. Creo que más que ser un culo va a ser una pintura abstracta de Kandinski, de tonos morados, verdes y amarillos. ¿Porqué? Pues porque, la mierda de cahibache que supuestamente no funcionaba, empezó a cantar, y no a un volumen decente, juro que parecía que había una discoteca dentro de mi oído. Pues sí, me asusté, y me caí de culo en el suelo.
Enseguida me levanté y fui hacia el aparato para bajarle el volumen antes de que alguien llamara a la policía por escándalo público a o quien sabe que.
..............
Después de unas cuantas horas de duro trabajo en el que la mayoría del tiempo estuve con el móvil. Ya prácticamente he terminado.
Aunque es viernes por la mañana y mi madre se supone que trabaja, hoy se ha pedido la mañana libre para ayudarnos a terminar de empaquetar y llevarnos las cajas a nuestros respectivos apartamentos.
-Pásame la caja que está detrás de tí- me dice Wes. Me doy la vuelta y ahí está, creo, hay como tres más.
-¿Cuál, hay como cuatro?- le pregunté sin darme la vuelta, observando las cajas apiladas una encima de la otra.
- La que sea, total, hay que meter las todas- pues cojo la de arriba ya que es más fácil, sería un poco gilipollas si le doy la que está debajo. Alzo las manos para alcanzarla y tiro de ella hacia mí, y cuando cae todo su peso sobre mí, me doy cuenta de lo que pesa.
- Joder, como pesa, ¿que llevas aquí? ¿piedras? - de veras, esto pesa demasiado y mira que no es muy grande.
- ¡CUIDA ESA LENGUA QUE TE LA LAVO CON LEJÍA NIÑA!- escucho gritar a mi madre desde dentro de la casa, ups. Me escuchó.
-No, bueno, a ver, técnicamente sí. Quiero decir, creo que en esa caja está la colección de minerales que necesito para el trabajo de geología- tenía que ser una broma, enserio tenía piedras, e involuntariamente una risa empieza a escaparse de mi garganta, evitó que se me escuche en el barrio, pero creo que mis esfuerzos han sido en vano, el perro del vecino me está ladrando.
- Toma anda, don geólogo- y le entrego la caja.
Terminamos de guardar las cosas en el coche y nos montamos, estamos esperando a mamá.
- Si que tarda, esto sí que es nuevo, nosotros esperándola a ella- me da pereza ir a buscarla, así que voy a llamarla por el móvil.
Llamando...
Un tono...
Dos tonos...
Tres tonos...
...
Seis tonos...
-El tiempo de llamada ya se ha terminado, prueba de nuevo- Dice un tipo de contestador automático.
- Voy a ver donde está mamá, no me coge el teléfono- abro la puerta del coche y salgo al jardín delantero de casa, la puerta está cerrada así que saco las llaves del bolsillo trasero del jean.
Meto la llave en la cerradura y estaba atrancada, después de varios intentos consigo abrirla, entro en la casa y en el recibidor está su móvil, quizás no lo escuchó, oigo unas voces arriba, así que me acerco a las escaleras y las subo, me acerco a su habitación y la puerta está cerrada con pestillo, así que sin hacer ruido acerco el oído a la puertas
- Aún no es el momento, ya quedamos en un acuerdo, hicimos un trato, ¿te acuerdas? Ni se te ocurra romperlo- aunque susurraba logré escucharla, con quién estará hablando, escucho pasos así que me alejo de la puerta y hago como si estuviera llegando y no sospechara que hubiera escuchado algo. Abre la puerta y tiene el rostro pálido como si hubiera visto un fantasma, estaba nerviosa y parecía aterrorizada, cuando se percató de mi presencia, me regaló una sonrisa forzada, intenta hacerla natural pero no le sale.
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Editado: 24.11.2020