Abigail.
El encontrarme con Brando todos los días supone un gran esfuerzo para no caer en su seducción. Pienso que esas personas no sentirán nunca amor de verdad, sólo lo hacen por divertirse y por hacerse el más popular.
Por eso no pienso enamorarme de el, no quiero ser utilizada como un juguete o podria devolverle el juego, aunque creo que soy incapaz de ser tan buena en esto del sarcasmo.
Sería muy bueno que sus acciones se vuelva en su contra, para que se de cuenta de lo que hace sufrir a las demás.
Su ego desaparecería.
Mi imaginación desprende sus historias locas.
Amo leer por eso creo que soy tan creativa, los libros te llevan a otro mundo en el que no puedes ir jamás en la vida real. Te teletransporta a otro cuerpo y otras circunstancias.
- ¿En qué piensas?
Saray Marín, mi mejor amiga camina junto a mi a la plaza mayor del pueblo.
- Sólo pienso en lo diferente que es este lugar a donde yo vivía.
Mentira.
- Se que puedes sentirte extraña aquí, pero te acostumbraras.
Afirmo con la cabeza.
- Hoy te lo pasarás genial
Sonríe amable mientras me coje de la mano.
- ¿Tu crees?
- ¡Claro! Esto es la fiesta más reconocida, una mujer dice el nombre de un chico, quien supuestamente será tu futuro esposo.
- Ya claro...¡Me gusta estar soltera!
- No digas eso, estar sola es muy aburrido.
Alzo una ceja.
- ¿Quién dijo que estoy sola? Tengo a la comida.
Saray me miro por unos instante y comenzó a reírse.
Su cabello se movía ligeramente con el movimiento de sus hombros, tapó su boca con la mano.
Mi risa se convierte en una línea recta al encontrarme con la fría mirada de Brandon.
Es tan difícil mantener tu mirada fija en la suya, es como si mi cerebro no lo aceptará.
Instantáneamente miro hacía otro lado, y ahí estaba el, vestido de azul oscuro con vaquero ajustados. Sus manos en los bolsillos, su piel blanca y sus pómulos rojizos.
- ¿Me persiguen?
Se acerca rascando su parte trasera de la cabeza.
- El mundo no gira en torno a ti, Brandon.
- Podría decir que mi mundo eres tú.
Tu puedes hacerlo Abigail ¡planta cara!
- Soy inalcanzable para ti, como Saturno para la Tierra.
Una sonrisa torcida se forma en su perfecto rostro.
- Mirame.
¿Que intentas hacer?
- ¿Por qué tendría que hacerlo?
Muerdo mi labio inferior.
- Si no lo haces me estarás dando la razón de que te pongo nerviosa.
Mierda, no te muerdas el labio.
Alzó mis ojos hasta encontrarme con los suyos.
- Ahora dime que soy inalcanzable para ti.
Mantengo mis ojos en lo suyos, explorando su rostro, es hermoso.
- Soy inalcanzable para...
Dilo Abigail.
- Lo sabía.
Otra vez se dibuja la sonrisa torcida, cepilla con los dedos su largo y liso cabello hacia atrás dejando visible su cara completa.
Le miro despistada mientras se da la vuelta para irse.
- ¡Brandon!
Se gira sutilmente, metiendo sus manos en los bolsillos.
Me acerco a el, hasta rozar la punta de la nariz con la suya. Puedo notar el calor que desprende su cuerpo, mis manos rozan las suyas. Intento no acelerar la respiración.
- Soy inalcanzable para ti.
Me separo al instante antes de que me pusiera más nerviosa su presencia.
Saray me agarra del brazo y comienza a jalarme.
- Vámonos, Abigail.
El agarra mi otro brazo, quedando acorralada por los dos.
- Tu serás inalcanzable para mi, pero no yo para ti.
¿Me está diciendo que está enamorado de mi realmente?
- No, no confundas la cosas.
Que ¿como supo lo que pienso?
Se acerca a mi oido.
- Te aconsejo que no pienses en voz alta.
Muerdo de nuevo mi labio inferior.
Antes de irse me da una sonrisa de boca abierta expresando la alegría que sentía de derrotarme de nuevo en estas estúpidas batallas que le tenía por costumbre hacer.
Todavía sin reaccionar, noto como mi corazón palpita acelerado, mi respiración entra y sale a la velocidad de la luz mi pecho sube y baja alterado. Es muy difícil de controlarse cuando tienes a Brandon cerca, te atrapa entre sus garras y hace que digas todo lo que el quiera, siempre le sale perfecto, aunque parece que no sabe lo que hace a veces, sutilmente te absorbe a su mundo oscuro y frío lleno de estrictas normas.
El saca mi lado grosero, nunca intenté dejar a otra persona por los suelos pero con el es diferente. Me hace sentir especial y eso es malo, muy malo, no quiero ser parecida.
Por esos momentos me olvidé de que Saray estaba ahí detrás de mi, mirando mi reacción, metiendo sus manos en los bolsillos de la polera que trae, el humo frío saliendo de su boca y sus frágiles labios castañeaban.
- Deberíamos irnos.
Me pregunto que pensara Alexander de esto. Aunque nuestro amor se acabará, siempre quedarán cenizas que pueden volver a prenderse en llamas.
Nota:
Ajam ¿Que pensáis de lo último?
Bueno ya va siendo hora de que estos dos vaya a más...pero no expresamente con el amor (No spoiler)
Los que me seguís por Instagram sabréis que ya he empezado las clases, por eso intentaré actualizar todos los fines de semanas.
Gracias por todo!!
Adiós!!