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Rouses

Siete de la mañana estoy de pie cambiado y preparada. Elegí unos cómodos jeans, unas deportivas y una blusa ligera.

Cuando salgo Alessio sigue durmiendo.

—Te he ganado —Le digo al oído

—Presumida —Dice somnoliento

Sonrió.

—Voy a ver a Erick.

Antes de salir, el pequeño terremoto entra. Mira a su papá con el ceño fruncido. Me sonrie.

—Buenos Días —Me dice —Papá vamos a llegar tarde.

—Voy —Dice poniéndose de pie lentamente

—Venga, vamos a desayunar —Le digo a Erick

Erick y yo bajamos y nos unimos a la abuela. Maritza le dice algo y ella solo asiente.

—Ayer llamo la abu Vicky —Dice Erick —Dijo que estaba mejor

Miro a mi abuela, pero ella solo aparta la mirada.

—¿El tratamiento funciona?

—Eso es lo que están comprobando, pero no se hacen esperanzas —Bebe su taza de café

—¿Podemos ir a verla?

—si quieres puedes ir, pero yo ya vi a dos de mis hijos muertos, no veré a un tercero —Deja la taza de lado y sigue con lo suyo

—Y si tienes que —Levanta la vista

—Pues lo hará, pero ahora ella no se esta muriendo. No me necesita

—Yo creo que sí —Digo muy bajo

El desayuno transcurre en silencio. Cuando estamos por terminar, Alessio aparece con unas gafas de sol y se sienta a mi lado. Su mano queda sobre mi rodilla.

—Ya terminé —Dice Erick —Voy a lavarme los dientes

—Yo por mi bolsa —Indico

Me pongo de pie y voy con él arriba. Antes de ir a mí cuatro voy al de Brad y Kate. Al entrar los encuentro dormidos.

—¿Están bien?

—Bien muerto —Escucho que dice Brad —Tú no pareces tener resaca —Niego —¿A dónde vas?

Le cuento lo de anoche y las veinticuatro horas muy rápido y que nos vamos ala zoo.

—Solo lo tendré por veinticuatro horas

—¿Estarás bien después? —Me pregunta y niego —Hay querida, pero porque lo haces

—Porque quiero sentir eso que no siento con nadie —Le digo —Esa corriente, esa energía. No cancelará el matrimonio y yo no me quedaré con el cómo su amante

—Eso esta bien, pero esto te lastimará —Agacho la cabeza —Pero si es lo que quieres, estaremos aquí

—Procura que Beyno no se vaya —Asiente

—Le diré que necesitaremos palas y escobas para ti. Disfruta de este día cariño, del hombre que dice que te ama y al final toma tus cosas y vete con dignidad. Sin mirar atarás, con la cabeza en alto porque te mereces más que ser el plato de segunda mesa

Abrazo a Brad mientras escuchamos a Kate roncar. Me despido y voy a mi cuarto donde lavo mis dientes, aplico bloqueador a mi rostro y manos y salgo con mi bolsa. Abajo a dos copias idénticas paras al filo de las escaleras, esperándome solo que una es más pequeña y risueña.

Erick tiene puestas unas gafas de sol idénticas a la de su padre. Yo les sonrió.

—Lo siento, estaba guardando algunas cosas —Me disculpo —Estoy lista

—Bien vamos

Alessio tomó a Erick y salimos hasta su auto donde pone a Erick en la parte de atrás en el asiento para bebes. Yo subo al frente y observo que no hay seguridad.

—¿Y los de seguridad?

—Solo seremos nosotros tres este día —Dice cuando sube al auto —Ese es el privilegio de salir conmigo

El auto arranca. Erick aplaude y Alessio me extiende unas gafas de sol idénticas a la de ellos. Las tomo y me las pongo.

—Las compramos para ti —Dice Erick —Ahora estamos iguales

Alessio prende la radio y viajamos con música hasta el Bioparco. Cuando llegamos Alessio estaciona el auto. Salgo y ayudo a salir a Erick. Mientras, Alessio saca un coche de la parte de atrás del auto. Sienta a Erick ahí y caminamos hasta la entrada. Ya hay fila cuando llegamos, pero avanza muy rápido. Hay muchas familias y turistas.

Al entrar nos dan un folleto de la ruta que podemos seguir y empezamos nuestra aventura. Caminamos por horas bajo el sol que comienza a hacerse más fuerte a medio día, paramos a almorzar.

Vimos Leones, tigres, jirafas, hipopótamos, cocodrilos. Alessio había llevado a Erick en sus hombros un tramo para que viera a los leones por la cantidad de gente que había alrededor. Había tomado fotos de todo y todo.

La estábamos pasando bien, pero mis pies exigían descanso. Cuando me senté en una de las mesas del lugar de descanso dentro del zoológico me solté el cabello. Erick me extendió los brazos para que lo tomara

—Dame unos minutos

Estaba algo inquieto en su transporte, me hice una trenza rápida y lo tomo sentándolo en mi regazo. Alessio llegó con un recibo y nos miró.

—¿Ya están cansados? —Pregunto

—No —Hablo Erick —Podemos seguir ¿Verdad?

—Verdad —Le respondo, aunque quería decir que quería un masaje de pies —Mira Erick, hasta que este la comida, podemos ir al granadero a ver más animales

Alessio

Erick se va emocionando con Rouses y yo me quedo en la mesa. Verlos es raro, cualquiera diría que si son madre e hijo. Rouses hace que toque a los animales y les dé de comer. Ella le tenía afecto a Erick, lo sabía, pero mi hijo estaba enamorado de ella.