Segunda Generación

Capítulo 3

El frio aire pega contra mi rostro de tal forma que parecería querer incrustarse en mi piel y formar llagas en mis mejillas; aun no comprendo del todo qué estamos haciendo aquí, esta mañana simplemente papá entró a mi habitación muy temprano, me dijo que me abrigara bien y me llevó prácticamente a rastras a una camioneta donde me sorprendí de ver a mis hermanos mayores ya dentro de ella, uno un poco confundido y el otro desinteresado como siempre; nada raro en el primogénito de la familia, sin embargo, las cosas en casa se han tornado bastante raras desde que mamá perdió al bebé que llevaba dentro y la abuela Margaret enfermó.

El camino hacia aquí fue más inusual de lo que suele ser, no solo porque venimos en la misma camioneta o mis hermanos viven en la academia, sino porque están aquí ahora, juntos en el mismo auto con papá el cual ni siquiera nos volteó a ver en todo el camino, simplemente se dedicó a manejar el automóvil en silencio mientras los escoltas nos seguían por delante y por detrás en diferentes camionetas.

Un pequeño suspiro de mi parte provoca que una pequeña nube de humo se forme frente a mí y salga de mi boca mientras llevo la mano a mi cuello y lo rasco con nerviosismo al darme cuenta que mamá no venía en ninguna de las camionetas, algo que ya suponía pero que también me preocupaba. El sonido de las pisadas en la nieve de los escoltas me pone los vellos de punta y hace que mi corazón lata lentamente y mis manos tiemblen con nerviosismo sin que nadie nos diga aun qué es lo que está sucediendo o cual es el propósito de que estemos aquí ahora a plena hora de la madrugada.

-Señorita Hallow le pido por favor que se cubra muy bien la garganta- escucho murmurar a uno de los subordinados de mi padre mirándome atentamente y con la voz firme, provocando que frunza el ceño moleta.

Ni siquiera me he descubierto, él no es nadie para decirme que puedo y que no puedo hacer.

Frunzo el ceño y arranco la bufanda de mi garganta de un tirón.

-Me pica- gruño lanzando la bufanda al suelo ignorando el frío que aquello provoca en mi garganta.

Aquel hombre cuyo nombre desconozco me mira con reprobación como si yo fuera su pequeña y malcriada hija, algo que me molesta más de lo usual al no estar acostumbrada a ese tipo de tratos por lo cual me cruzo de brazos y lo reto con la mirada cuando este saca de su mochila una bufanda nueva y seca para mí y me la tiende.

-Haga el favor de ponérsela- dice en tono firme provocando que mi ceño se frunza aún más.

-¿Sucede algo?- escucho preguntar a mi padre saliendo de la nada y posándose frente a nosotros, portando tan solo una enorme chaqueta con un gorro de piel, sosteniendo con unos delgados guantes un arma en alto cuando mira receloso al hombre a mi lado que lo mira esta vez a él.

-Lo siento Señor Hallow no sucede nada, solo le pedía a la señorita que abrigara su cuello- asegura  agachándose y tomando la mojada prenda del suelo que ha comenzado a absorber la nieve como prueba de lo que dice, sin embargo los azules ojos de mi padre se tornan oscuros ante su explicación.

-¿Y quién te crees que eres para darle órdenes a mi hija?- gruñe molesto dando un paso hacia él- Te recuerdo que es una legitima Hallow, mi hija y si alguien ha de darle ordenes seré solo yo- gruñe como si este lo hubiese insultado.

El vello de mi nuca se eriza al ver a mi padre en esta faceta, sin embargo no es algo raro en él ya que odia que se acerquen demasiado a mí o a mi madre y cuando algo así sucede, aquello saca su peor ser, eso siempre lo hace rabiar y volverse loco, es demasiado paranoico, en una ocasión uno de los guardaespaldas de mi madre se acercó demasiado a ella y por accidente tropezó a su lado haciéndola caer, papá no dudo ni un segundo en estampar su cabeza contra una pared y mandar a que lo llevaran al calabozo a ser interrogado y revisado como si aquello hubiera sido un acto terrorista; no sé qué sucedió con él en esas horas, pero después de ello, no ha volteado siquiera a ver a mi madre y se dedica a proteger la casa de verano lejos de nosotros. Nunca voy a entender por qué mi padre es así, nunca entenderé como es que puede ser tan sobreprotector o ha llegado a crear para mi madre una jaula humana y letal para mantenerla a salvo aun dentro de casa y volverse loco cuando no la tiene cerca, inclusive todos tienen miedo de él cuando tiene que salir a hacer entregas o a negociar porque según dicen, su humor se vuelve tan malo que no dudaría en matar a quien fuera que lo hiciera enojar y ahora… Es una de esas ocasiones.

La mirada de aquel hombre se vuelve totalmente diferente a la que era hace un momento conmigo, baja la cabeza un poco pero sigue mirando a papá a los ojos.

-Nadie mi señor…- responde como si fuera algún especie de Rey- sé que no soy nadie siquiera para dirigirle la palabra a la señorita Hallow- murmura con cuidado, eligiendo muy bien sus palabras y sin hablar de más, un gran acierto para estos momentos, sin embargo mi padre no parece muy convencido de aquello, aunque parece ligeramente satisfecho y sé de antemano que eso se debe a que habló con mamá hace tan solo unos segundos al teléfono, confirmando que se encuentra bien ya que ella dio el código que él le otorgó para hacerle saber personalmente que se encontraba bien y segura, de otra forma su humor sería mucho peor.



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En el texto hay: narcotrafico, espias, amor

Editado: 12.09.2019

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