Saskia sabia dos cosas, una de ellas era que no podía comportarse como idiota ahora. Era su momento para demostrarle a todos lo madura que podía llegar a ser y también mostrar que no es una simple adolescente insegura, ha heredado los poderes de su madre por algo y demostrará a todos los que la trataron como bruja sin magia o una humana que evidentemente tiene algo de magia.
Pero también sabia que su poder alimentaba toda su curiosidad con migajas por lo cual en el fondo de ella quería salir corriendo y tocar a todos los que se cruzara. Especialmente a la mujer que atiende la cafetería del instituto, estaba segura que esa mujer ve muchas cosas.
Bueno, pero primero debía de buscar activar su poder sin excitación.
Bastante vergonzoso seria pedirle que la provoquen nuevamente.
Tenia tantas cosas para hacer y descubrir, que todos creerían que ella estaba preparándose, o al menos minimamente intentando leer el Sabbat.
Pero no, no estaba haciendo nada. Se sintió tan frustrada por todo lo que debería hacer que literalmente fue a una hamburguesería, pidió la mas grande y comenzó a ahogar sus penas en ello.
—Estoy triste porque no paro de engordar.
Hunter estaba frente a ella. No porque había decidido acompañarla sino porque Saskia se sintió tan sola lejos de su hermano que literalmente lo obligó a acompañarla.
—Nunca entiendo a las mujeres, dicen estar gordas y nunca lo están. —Blanquea los ojos, aburrido.
—Es para que le digas que está flaca y así aumenta su ego. —Pongo los ojos en blanco. —Realmente eres un idiota a veces.
—Probablemente.
Saskia mordió su hamburguesa y la terminó, miró con los ojos entrecerrados a la mesera y debatió internamente si podía pedir otra.
Suspiró rendida y mejor prefirió no comer otra, no quería llegar rodando al aquelarre.
Aquelarre...
Aquelarre...
¡Aquelarre!
Saltó de su asiento de un golpe. Hunter, que casi estaba quedándose dormido en su lugar brinca en su lugar asustado por el repentino movimiento brusco.
—¡Llego tarde! ¡Adiós!
—¡Te olvidas los libros! —Gritó alzándolo en el aire.
Saskia suspiro y volvió para coger sus libros, Hunter la miró divertido mientras ella corría sujetando los libros del instituto hacia la salida. En cuanto sale, choca contra alguien y cae al suelo, no le da tiempo ni siquiera a disculparse que sujeta sus libros nuevamente y corre hacia la estación de taxis.
Quince minutos después llega al instituto, donde entra prácticamente corriendo. Todos giraron a verla tan apresurada y ella se detuvo en seco, acomodó su falda y caminó con la poca dignidad posible hacia el ascensor donde presiono el botón y lo esperó.
El ascensor llega abriendo sus grandes puertas grises y entra, presiona el botón nuevamente e iba a cerrarse las puertas de no ser que una mano se posiciono entre las puertas a mitad de cerrar y volvieron a abrirse, en cuanto se abren Cole entra al ascensor
—Te he buscado por todos lados. ¿Por qué no atiendes mis llamadas? —Preguntó, tenia unas ojeras indicando que no había dormido bien— Necesito hablar contigo.
—¿Qué?— Respondió mirando hacia otro lado, cruzándose de brazos presionando los libros contra su pecho.
—Lo siento tanto, realmente lo siento. Es que ya sabes, siempre hemos sido nosotros dos y ahora parece que somos más, tenemos una familia inmensa. Somos afortunados. —Dice, con completa simpatía y alegría. —Es agradable, y olvidé completamente que somos dos, le di tanta atención a los demás y casi te alejo de mi.
—Me alejaste. —Le recordó.
—¿Me perdonas?
—Cómprame una hamburguesa y dos batidos de plátano y negociaremos tu perdón.
—Hecho.
Las puertas del ascensor se abren y Saskia sale, dejando atrás a Cole. Llega a la puerta de la oficina de Blair y golpea la puerta, él abre sin tardarse mucho.
—Hola, Saskia. Pasa, justo estoy hablando con la profesora Warren. -
Abre más la puerta y ella pasa. Cole, aún entre las puertas del ascensor mira con curiosidad como su hermana entra a su oficina. Dentro, Saskia camina hacia las sillas y toma asiento.
—El líder me ha contado que ha heredado el poder de Anna, tu madre. Es fantástico, debes sentirte muy honrada, felicidades.
—Ya no soy una bruja inútil ¿Eh?
—Lamento eso. —Admitió.
—¿Has traído lo que te pedí? — Preguntó Blair.
Saskia dejó sobre la mesa los libros pedidos. Todos eran de su familia, se los había prestado su tío —o mejor dicho se los robó—. No supo muy bien para que le había avisado que los quería, sin embargo no replicó y los llevó.
—¿Para qué son?
—Buscaremos que te comuniques con ellos o que veas algo que nos diga que sucedió la noche de su muerte.
—¿No fueron asesinados por un cazador?
—¿Alguna vez has tenido una visión con ellos?—Le preguntó la señora Warren.
Saskia se tensó mirándola, ¿Debía decírselos? Confiar en ellos. Blair nota que duda por lo cual le dice suavemente
—Solo queremos entender porque han muerto. Si no te sientes segura puedes echarte para atrás, no hay problema.
—He tenido una visión...—Accede.—Ellos discutían en la cocina, Cole y yo eramos solo niños. Mi madre le decía que iban a morir por el libro y mi padre estaba muy terco queriendo seguir escribiéndolo.
—Sabían del peligro que traía el libro. —Murmura pensativo Blair. —¿Qué piensas sobre ello?
—Creo que mi padre pensaba que el libro no nos iba a condenar a que nos busquen, sino que iba a protegernos. No lo sé, él estaba muy seguro que el libro iba a salvarlos.
—Pero no los salvó.—Le recuerda Warren, llevando una mano a su boca.
—Lo sé. —Susurró.
—Quizá planeaba algo y no resultó bien al final.
-¿Los Hewitt siendo vencidos? -Se ríe de ironía Warren. -Por supuesto que no. Algo debió suceder, los planes de ellos nunca salían mal. Algo sucedió. Estoy segura.
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Editado: 13.11.2020