—Sentimientos a la Rossi—
DYLAN... ✒
La línea al final de: ¿Cómo combatir el olor de una bomba apestosa? Aún parpadea haciéndome burlas desde la iluminada pantalla del ordenador. He estado googleando en busca de algún método que lo quite en menos de una hora, pero es imposible. Los únicos dos que supieron responderme fueron usuarios de Yahoo respuestas.
Constructor dice: Usa agua con hipoclorito, él llamado “blanqueador” es de rápido efecto, pero no lo uses frecuentemente porque corroe el metal. Bueno, tampoco pensaba usarlo en los gemelos.
Y anónimo dice: Usa jugo de tomate XD. ¿Quien coño todavía usa él “XD” en pleno dos mil dieciocho? Miro la fecha y oh… Bueno, hace ocho años admito que también usaba él “XD”. Todo bien, anónimo. Bueno, jugo de tomate, menos mal que es natural… También podría pasar por un baño de spa… Algunas usan barro, leche… Agua de rosas, los gemelos usarán jugo de tomate.
Cierro la ventana del buscador y me dejo caer aún incrédula sobre el espaldar de la silla giratoria. ¿Que, qué habían hecho esas dos? Una bomba apestosa. ¿Como aprendieron a hacerla? Internet. ¿El porqué? Porque son unas traviesas… Castigadas, por supuesto y aunque pasen por la puerta de mi despacho cada dos por tres haciéndome mala cara seguirán así, dulcemente castigadas sin internet. Cierro suavemente la laptop y empujó con las pantorrillas la silla giratoria, Cara vuelve a pasar fugazmente por la puerta lanzándome dagas por los ojos.
Si siguen así Allegra se enfadara aún más con ellas. Todavía puedo escuchar el chillido ensordecedor que soltó cuando descubrió las pisadas lodosas sobre él mármol que tanto—palabras de ella—le costó pulir la semana pasada, tampoco es que la alfombra tuviera mejor suerte. Lodo, lodo y más lodo, la cosa número dos que Allegra odia en este mundo y si me preguntan cuál es la primera, es fácil: Viviana “culo postizo” Bianchi. No es secreto para la familia, ni para Marcello—mi primo y su prometido—que si alguien empujaria a Viviana en la calle para que la atropellara un tren… Esa sin dudas sería Allegra.
Tampoco es que me moleste, las llevo contadas y la próxima… La envolveré, le pondré un moño y se la regalaré a Allegra para que cumpla su sueño.
—Gesù e i dodici apostoli¹—exhalo. Yo no soy muy de decir este tipo de cosas cuando estoy a punto de caer como una piedra en el suelo, pero demo… “Grrrr”Ah, joder. Tengo hambre. Ladeó la cabeza hacia la ventana y noto que el cielo se va tiñendo de anaranjados y rosas, es tarde. Allegra ya debe estar haciendo la cena y yo tengo que ir al CONAD², ratas.
¿A los gemelos les molestaría mucho ese olor al dormir? Porque no es que esté soltando cohetes de alegría por salir… Bufo. Debería mandar a Marcello, pero no lo he visto desde ayer. ¿Porque cuando más necesitas a alguien simplemente no están a tu disposición? ¿Sebastian? No, debe estar con papá. Demonios. Debo ir yo.
♥♥♥
Empujó el carrito a través del pasillo de dulces y galletas indecisa… ¿Chocolate o vainilla? Bajo la mirada hasta la canasta del carrito y me muerdo la mejilla interna, quizás me excedí con el jugo de tomate, no creo que me alcance algo más allí. Quizás un par de paquetes de chocolate negro y uno que otro paquete de galletas… Oh señor. ¿Traje efectivo? Rápidamente me palpo la chaqueta de cuero café en busca de mi pequeña billetera y suelto un suspiro de alivio al sentirla en el lado derecho, la sacó rápidamente del bolsillo y cuando la abro veo dos tristes billetes de cinco euros.
Ratas. ¿Hay cajeros automáticos por aquí, verdad? Aunque no creo que los cajeros me permitan pasarme las cajas para ir con él carrito a sacar el dinero, también puedo pagar con la tarjeta, pero no sería inteligente de mi parte. No si no quiero a una nube de periodistas locales pegados a mi culo preguntándome: ¿Qué marca de papel higiénico utiliza Dylan Rossi para limpiarse el culo? No, no, no quiero tener que escuchar eso.
Suficiente tuve con él avasallamiento del periódico local hace dos semanas, ratas, cuando vas a la farmacia a comprar tus tampones jamás esperas que una parvada de periodistas te pregunten hasta: ¿Qué tipo usa? ¿Plus o Super Plus? Aún me cuestiono él hecho del porqué están tan alborotados, pero vagamente recuerdo las palabras del nonno:—Es simple, Leona. Quieren la lista de participantes, ya sabes… Tus compañeros… Celebridades… Ay, como si fuera la gran cosa que Fernando Alonso y Sebastian Vettel estén en el evento. Lo importante es el porqué del evento, la beneficencia. Ojalá los periodistas se interesaran por la lucha contra el cáncer de cuello uterino.
Como sea.
Meditó la idea de abandonar el carrito en medio del pasillo para ir directamente al cajero… Bueno, no tengo una mejor idea. Además no creo que ese montón de… Frascos de jugo de tomate cuesten diez euros. Mínimo me llevaría allí unos, un momento. ¿Cuánto costaba cada frasco? Oh, mierda. Empiezo a empujar el carrito en dirección contraria, directo al pasillo de pastas y enlatados, y con la mirada empiezo a buscar el estante medio vacío de jugo de tomate. Una pequeña mujer de… Calculo unos cuarenta años está con él ceño arrugado admirando él estante casi vacío que deje yo.
No sé si sintió mi mirada porque la dama en cuestión ladeó el rostro y me vio, bueno, vio la pequeña montaña de jugo de tomate que acapara la mayor parte del cesto.
—Con su permiso.—Murmuró al pasar a su lado estirando el cuello para ver el precio del jugo de tomate donde puedo leer con claridad —gracias a las gafas—el “Promoción. 3x1. 1.89€”. Oh, vaya. Calculando eso si fueran dos euros serían… En el caso que llevara veinte frascos—que dudo ciertamente—serían cuarenta euros… Eso sí en el caso que llevara veinte frascos. Mínimo necesitaría unos doscientos euros para no preocuparme.