"Noche "

Distingo las estrellas fugases pasar, sin pena tu perfume desaparece.

Viviendo de recuerdos robados, en este anochecer adentrado.

¿Nuestro amor no simbolizo nada para ti?

Solo encuentro respuesta en mi dolor fulgurado en la penumbra.

La noche es testigo de mi pesar, sufriendo en mi triste pesadilla.

Tu presencia incompleta se llevó mi satisfacción.

El néctar de tu dulce boca, arrastró mi último aliento.

Si algún día percibo tu figura en una calle atestada…

Lo primero que sabré es cuanto te amé.

Sin dormir en un lecho de soledad, acaricie las sombras del pasado.

Conmemorando recuerdos a flor de piel, que no cierran la historia.

Oscuridad absoluta, que en silencio aguardo acechándome para devorarme.

Castigando mi corazón…

Retando a que tu rostro se desvanezca.

En la tiniebla de mi alma…

El amor duele de maneras infinitas.

Amor, que se transforma en dolor agigantado.

Mi corazón solo late al compás de tu nombre...

Y tu voz solo punza en mi espíritu.

Quisiera ser el viento que entrelaza tus cabellos dorados,

Para luego presumir que mis manos poseen tu dulce perfume.

Nuestro amor se convirtió en una amarga realidad.

Ahora comprendo tu voz callada, ausente y distante.

Como pétalos caídos, marchitos y despojados.

Así lenta y dolorosamente…

Te apartaste sin dar marcha atrás.

Si quedara frente a ti te diría: recuerda el ayer, recuerda el amor y recuerda el fuego de la pasión.

Dentro de mí el vacío que resopla la herida enmascarada.

Jadea en mi mente repitiendo “sabes que no vendrá”

Tu sonrisa vivaz en mi memoria.

La historia de un libro roto, al cual arrebataste sus delicadas hojas escritas.

Busco tu rostro, tus ojos, perdiéndome en esta búsqueda interminable sin sentido.

Me encuentro sola, en la cornisa, sin poder respirar.

Observo nuevamente las estrellas solitarias.

Mi satisfacción y mi ferviente deseo…

Es que tú las observes en este mismo instante, en esta fría noche.

La estrella con brillo eterno, resplandece una y se destaca entre las demás.

En este cielo inmenso de heladas sinfonías.

Le pido un favor en el silencio reinante y le ruego por tu olvido.

Y no escucha mis plegarias.

Recurro a la noche, la invoco para poder olvidarte.

Oscurece con violencia, respondiendo mi suplica.

Sombría noche como mi alma.

Tomo conciencia de que ella sufre la igualdad de esa palabra llamada desamor.

Dejo fluir mis pensamientos, aceptando que la noche me devore.

Ella entendió el significado que me agota y me quema.

Mi existencia ahora es de ella.

Aceptó mi padecimiento.

Me deje llevar por sus brazos hundiéndome en la agraciada tenebrosidad.

Dejando reposar el resplandor de mi voluntad perdida.

La noche se unifico a mi cuerpo etéreo, las dos unidas, convirtiéndonos en una sola.

Libero mi vida y halle paz.

Profesé alivio, y a continuación alegría...

La noche me abrazo en su oscuridad.

Y desaparecimos, convirtiéndonos en una sola sombra.