Agradezco el día que llegaste a este mundo...
Mi tesoro divino... mi milagro...
Y milagro hermoso el que nos sucedió.
Casualidad al fin nos unió...
Te encontré... y encontré amor verdadero.
Recordaré siempre tu mirada...
De la primera vez en que nos vimos.
Cambio la vida para mí.
Entre la multitud de personas, brillaste.
Fuiste la mejor predestinación, y creció un bello romance.
Fuimos uno, tu y yo.
Siempre guiarás, para armonizar mi vida con una palabra de aliento.
Aprendí a superar cualquier obstáculo.
Aprendimos a escucharnos, y cada día a crecer.
Brindando consejos y sabiduría al otro.
Hablándonos como grandes conocedores,
Hallamos sorpresas en nuestras palabras...
Nos unimos en un amor incondicional...
Se describió un cambio, un placer y nuevos horizontes.
Cantamos, reímos, lloramos y bailamos.
Me revelaste tus secretos y abriste tu corazón.
Tristezas pasajeras y alegrías sin fin.
Aprendimos incontables lecciones.
Y en cada desesperación, amargura, siempre nos contenemos con un gran abrazo.
Siempre me ayudaste a encontrar mi identidad y valoraste cada letra que escribí.
Me brindaste el regalo más grande que puede ofrecerte una persona...
Tiempo...
Nunca existió el miedo, siempre el valor para volver a amar...
Y más allá que a este mundo llegamos solos y nos vamos solos, en individualidad...
En un futuro, en esta senda llamada vida... envejecer juntos...
Feliz final, ya escrito está.