Seres Extraordinarios. El diario de Ceci. Inari Masga.

18. Segundo mes.

~ DIARIO ~

  • Toda la ropa le quedaba gigante para la pequeña Arielle.
  • Sus movimientos comenzaron a ser más vivaces chupaba constantemente su puño y la ropa comenzó a reconocer su propio nombre.
  • Se le colocaron sus aretes; sin embargo, los perdió el primer día.

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¡La inmensa ansiedad de la señora Veatriz al percatarse de que le faltaba uno de los aretes a la bebé!

Cuando desperté me encontré con toda la casa patas para arriba, toda la ropa, los cojines, las alfombras...todo tirado de manera desordenada. ¡Tedio el mío en ordenar todo en una minuciosa búsqueda del arete perdido!

 

Tuve que recostar a Arielle en la mecedora de bebé en lo que recogía la sala, cargarla en mi espalda en lo que limpiaba las alfombras, y, finalmente, encontré el arete mientras barría una de las esquinas. En cuanto lo hallé se lo coloqué, pero comenzó a llorar y por más que la mecía y le ofrecía el biberón, siguió llorando hasta que su madre despertó y le ofreció el pecho. Me embargó una nostalgia inmensa, me sentí impotente al no poder consolarla por la sencilla razón de no ser su madre; la señora Veatriz me mandó a dormir, ya que ella no volvería a conciliar el sueño y como yo ya había logrado terminar la limpieza, que podía descansar. 

Más no lograba quitarme esta sensación de desconsuelo que me había quedado, ¿por qué la vida no me habrá permitido ser madre? Sé que aún soy joven y podría concebir, sólo no he hallado a un buen hombre. Lloré para sacar todo este sentimiento hasta que quedé profundamente dormida. 

 




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