“Hey, ¿Por qué esa cara? ¿acaso te paso algo cuando estábamos en la escuela? Sé que los otros son pesados, pero también no deberías estar con todo eso, no es bueno para ti…. Qué tal si jugamos un poco y tal vez puedas platicar un poco sobre ti, ya que eres el primero que conozco en el colegio, y no te podría dejar ahí porque es un poco triste. Se nota que eres callado y algo tímido, pero no importa, es el modo que siempre los niños nuevos vienen por primera vez a la escuela. Ven, te llevare a un lugar que me gusta mucho, no ah nada que temer…”
Cuando salías de ese santuario que no tuviste la menor idea porque yacían todos esos objetos, incluso la que saco muchas dudas cuando lo tocaste y se mostró esa frase tan larga. Llegaste a un sitio nuevo que estaba al otro lado de donde estabas, y con solo escuchar cuidadosamente unas pisadas húmedas por el otro lado, te agachaste y comenzaste a caminar hacia el frente sin hacer el menor ruido posible hasta estar muy lejos de él, a simple vista podría provocarlo y todo saldría mal para ti. Miras a tu alrededor para saber por qué camino debías ir y poder regresar en el principio del todo este cementerio, ninguna parte hay otro cartel que te pudieras regresar al otro lado, pero sin toparse con esa monstruosidad que va acercándose poco a poco, a un paso que era escalofriante y casi indetectable, por ahora tuviste mucha cautela por todo el camino.
Mientras que tomabas diferentes senderos hasta poder encontrar algo útil por este laberinto. Te fijas en algunas tumbas y santuarios que eran tan diferentes de los que estaba antes, al contrario, estas estaban casi al borde de caerse en cualquier momento, muchas lapidas que estaban rotas y esparcidas por todo el camino, y sin decir que debía pasar por unos santuarios que era un atajo más rápido hacía el otro lado. Nunca había visto tanta destrucción en estos sitios que te daba mucha mala espina en cruzar por ahí, pero de otro modo esa cosa puede aparecer en tu camino y hay muchos senderos que dirigen a un callejón cerrado, hace poco rato dejaste de escuchar los pasos que daba esa cosa hacia este sitio y dejándote muy confundido que tus sentidos estaban al acecho, diciéndote a ti mismo que estaba seguro mientras que no escuche sus respiros atemorizantes, podrías mantener tus nervios estables por un buen rato posible.
Cuando de repente te encentras con un objeto misterioso en el camino, directo hacia un santuario que estaba abierto y no hechos pedazos. Te diriges hacia él y tomas el objeto sin saber qué es lo que era y te refugias rápidamente en el santuario, sabiendo que tus sentidos estaban vueltos locos, era lo más apropiado en poder estar por un corto periodo hasta saber si en donde estaba era lo más seguro posible y también tener tiempo de ver lo que tenía en sus manos. Mientras que investigabas lo que era el objeto botado en el suelo y un poco mojado por la lluvia, era una camarada con una linterna instalada en una parte del espejo, también con una modalidad de visión nocturna que le pudiera ayudar en unos lugares que serían difíciles de ver sin ningún poco de luz, cada función tenía un corto periodo de tiempo antes de esperar un minuto mínimo para que puedas usar nuevamente, era algo complicado de manejar para estas situaciones, pero no tenías otra opción en poder seguir con la poca iluminación que desciende poco a poco.
Cuando comenzaste usar la cámara que encontraste tirada en el suelo. Viste con más claridad por donde debías ir, los caminos se veían más claros y con el alcance de la linterna era suficiente para ver desde lo más lejano, esta camarada le tenía intriga porque en hace poco rato no te detuviste por unos minutos porque tu mente te mostro una visión tan peculiar que incluso supiste de quien era esa frase del diario, por la conmoción que pasaste por unos minutos no pidas pensar en otra cosa que no fuera por lo que sucedió. Pero incluso tu mente lo veía tan borroso que no pidas distinguir su figura o alguna característica de esa persona, lo único que tienes es una cámara que es una de esas.
Cada vez el viendo era un poco más denso, y las gotas se detenían y volvían a caer. Los senderos que vas y cambias eran espeluznantes, cada paso que dabas era más pesado que el anterior e intentas que la presión no te invade, solo se escuchaba las gotas caer y ninguna señal de esa bestia por allí, y eso te hacía temblar por el miedo que aparezca en cualquier lado. Con todo tan silencioso que era en el sendero que tomaste hace pocos minutos atrás, ves nuevamente las flores sin pétalos y completamente muertas a tu alrededor, y justo al fondo en donde estabas apuntando con la cámara. Se veía brillando otra flor celeste, la misma que tienes guardado en tu bolsillo, esta se encontraba colgando en unas raíces muertas que brotaban del santuario que estaba más o menos destruido por el tiempo, al acercase se veía un árbol que yacía justamente encima del santuario, pero no tiene tanta visibilidad por la oscuridad y le quedaba pocos segundos para volver usar la linterna de la cámara.
Vio entre la visión nocturna de la cámara y vio que nada se movía por estos lados, ni siquiera se oía los pasos de alguien acercándose por aquí, los cual se podría decir que era seguro o no, pero daba más presión quedarse en un lugar por mucho tiempo. Entonces te dirigiste rápidamente por la flor celeste y al llegar hacia ella y sacarla de esas ramas que no tenían tanta dureza, la sacaste y la guardaste con la otra en el bolsillo, con tener la flor segura y saber que debía volver de nuevo al santuario que no estaba muy destruido como los otros, te diste la media vuelta y…
“(sniff, sniff) … ¿Por qué tuviste que compórtate de esa manera? ¡¿Por qué?! … (sniff)… siempre está conmigo todo el tiempo y estas alegre, no sé porque tuviste que jugarle esa broma horrible… casi muere por tu culpa… y todo por… (sniff, sniff) … ¿Qué? ¿Querías que yo…? No… fue mala idea haberte conocido en primer lugar, y todo por no tener nada de confianza en nosotros. De seguro tienes tanto odio que… ya no puedo… no puedo… (sniff, sniff)
Editado: 08.10.2020