Mónica llega a su habitación, abre la puerta y se asombra, dentro había una pequeña pared que dividía la habitación en 2, donde se encontraba su cama con dos mesitas de noche, Mónica comienza a caminar y ve una pequeña nevera y una pequeña sala donde habían un sofá de color naranja pastel, al igual que el color de las paredes, también había un balcón, Mónica deja la maleta en el piso se asoma al balcón, le encantaba la vista porque se podía ver un hermoso jardín adornado, sí que disfrutaría estar esa semana en Berlín.
Mónica recuerda que iba a cenar con Christopher y su hermana, por lo que sale del balcón, lo cierra, sale de la habitación, cierra la puerta y va corriendo al ascensor, no sabía por qué tenía tantas ganas de ver a ese chico, pero tenía demasiadas ganas de verlo.
Entra al ascensor, llega al lobby y pregunta a una persona dónde estaba el restaurante, esta le explica rápidamente y Mónica va corriendo hacia esto, agradecía que el restaurante quedaba muy cerca del lobby.
Al llegar, ve a Christopher en la entrada viendo su reloj junto a una pequeña niña que tenía el cabello rubio por encima de sus hombros, además de tener los ojos azules al igual que el mayor.
- ¡Christopher! Disculpa por llegar tarde, me quedé viendo la habitación. - Dijo Mónica riendo un poco avergonzada por llegar tarde.
- No te preocupes, no tenemos mucho de haber llegado, Giselle, quiero presentarte a una amiga, se llama Mónica. - Le dijo Christopher a su hermanita.
- Es un placer conocerte Giselle. - Le dijo Mónica mientras colocaba sus manos en sus rodillas para bajar un poco su espalda y verla mejor.
- Nice to meet (Encantada de conocerte). - Dijo Giselle en voz baja con pena.
- Bueno, entremos. - Dijo Christopher para agarrarle la mano a su hermanita y entrar, se acerca un mesero que los dirige a una mesa y se sientan, el mesero les da los menús a Christopher y a Mónica y ambos comienzan a leerlo.
- ¿Qué pedirás? - Le pregunta Christopher a Mónica mientras la miraba de re ojo.-
- Ehm…pediré lo mismo que tú. - Le dijo Mónica sin dejar de ver el menú, el desayuno y la cena estaban en el paquete que pagó por lo que le salía gratis (aunque ella no comiera, quería disimular un poco por si los botones o el hombre del lobby no la veían comer).
- Yo pediré un Gebratene Fleisch (que es carne que se fríe en aceite sin sacar el cuero) y a Giselle le pediré un Kartoffelbrei (que es puré de papa al cual se le suele agregar sal, pimienta o nuez moscada). - Dijo Christopher mientras miraba el menú y le decía al mesero que pediría, que anota y luego los mira.
- ¿Algo más? - Pregunta el mesero.
- Yo tomaré un refresco. - Dijo Mónica mientras le entregaba el menú.
- Que sean 2 refrescos y una cerveza. - Dijo Christopher mientras le entregaba el menú al mesero, que rápidamente tomó nota y se fue.
- Entonces…Mónica, ¿de qué parte de Italia eres? - Le pregunta Christopher colocando sus manos sobre la mesa.
- Soy del sur, mi pueblo se llama Venosa, ¿y tú de dónde eres Christopher? - Le pregunta Mónica también colocando sus manos sobre la mesa ya que ella se había sentado en frente de Christopher al ser una mesa cuadrada.
- Soy, digo…somos de Colonia, ¿has oído hablar de esa ciudad?
Mónica abre un poco más sus ojos y se coloca su mano izquierda riendo.
- No puedo creerlo, ¡esa es la ciudad donde planeo ir!-
- ¿En serio? Si quieres puedes quedarte con nosotros, bueno, mejor dicho, conmigo, yo vivo solo en un apartamento.
- Pero… ¿con quién vive tu hermana? - Le pregunta Mónica mientras acostaba su barbilla encima de sus manos que estaban levantadas y entrelazadas.
- Vive con mis padres, tuve suerte que me dejaran traerla. - Dijo Christopher para dar un largo suspiro, recordaba lo mucho que tuvo que hacer para que sus padres lo dejaran llevarse a su hermana de vacaciones por lo menos por unas dos semanas.
- Qué bueno, ¿y cuándo se van?
- En una semana, ya tengo una semana aquí, ¿y tú Mónica? ¿Cuándo te irás de la hermosa ciudad de Berlín? - Le pregunta Christopher mostrándole una sonrisa, Mónica ríe y mira a Giselle que se había puesto a jugar con el teléfono de Christopher.
- En una semana. - Dice Mónica volviendo a mirarlo a los ojos.
- ¿Y qué edad tienes?
- Tengo 24, ¿y tú Christopher?
- Tengo 27.- Le dijo sin dejar de sonreír.
Mónica sentía como su corazón palpitaba con fuerza, el ver a Christopher a los ojos, le provocaba un calor dentro de su pecho que se le hacía extraño, pero a la vez agradable, cada segundo que pasaba hablando con él, le encantaba, y no quería que se terminara.
A los minutos, llega la comida, Mónica y Christopher quitan sus manos de la mesa y comienzan a comer en silencio, Giselle le entrega el teléfono a su hermano mayor y comienza a comer mirando a Mónica, le agradaba como se portaba con Christopher, nunca había visto a una chica tan amistosa y buena como Mónica, y tenía algo que la hacía ver diferente, no sabía qué, pero le gustaba.
Ellos terminan de comer, van al lobby y se meten al ascensor, Christopher presiona el botón del piso, carga a su hermana que se estaba quedando dormida y Mónica ríe.
- Qué hermosa se ve durmiendo. - Susurra.
- Ella siempre se queda dormida después de cenar. - Dice Christopher también susurrando.
Llegan al piso y Mónica los acompaña hasta su habitación.
- Iré a acostarla, espera un momento. - Dijo Christopher mientras abría la puerta de su habitación.
Mónica asiente y espera a que Christopher vaya a acostar a su hermana en su cama y se apoya en la pared dando un largo suspiro, había tenido que comer a pesar de no tener hambre, de no poder sentir la comida, esa era una de las pocas cosas que odiaba de ser fantasma, así que tuvo que fingir que le gustaba la comida y luego hacer como si estuviera llena, que bueno que ya el momento se había acabado.