Unos seis días después
Mónica había estado pasando tiempo con Christopher y su hermana, cada vez lo conocía más, pero Fiorella, la hermana de Mónica, le insistía para que le dijera su secreto, pero Mónica no quería porque creía que Christopher no la aceptaría y se alejaría de ella por miedo, ellos se iban a ir en tren, que duraría casi cinco horas en llegar a Colonia, a Mónica la emocionaba ya que tenía muchos años sin subirse a uno, le gustaba el actuar como una humana y en cierta parte ser ella misma delante de Christopher, y le gustaba la idea de irse a vivir con él por un tiempo.
Mónica termina de guardar su ropa a las ocho de la mañana, su tren salía a las diez de la mañana, y quería entregar su habitación antes para no causar problemas, por lo que al terminar de guardar su ropa en su maleta, mete su celular en el bolsillo de su pantalón y sale, camina lentamente hacia el ascensor, espera que se abra se sube y presiona el botón al lobby, se había preguntado donde se encontraban Christopher y Giselle, suponía que ya estaban esperándola en el lobby.
Y así fue, al llegar al lobby, ya estaban allí, ambos estaban sentados en un sofá y al verla, se acercan a ella.
- ¡Mónica! ¡Qué bueno que bajas! Ya entregamos la habitación, tenemos que apurarnos, un taxi nos llevará a la estación de trenes.
Mónica asiente y va a donde estaba el hombre que le había dado su llave, se la entrega, éste anota en una computadora y la mira.
- Esperamos que haya disfrutado de su estadía en el hotel, esperemos verla pronto. - Y cuando dice eso, Mónica se acerca a Christopher y a su hermana cargando su maleta.
- Ya estoy lista.
Christopher comienza a caminar saliendo y Giselle le agarra la mano a Mónica, al estar afuera del hotel, Christopher se acerca a un taxi que los había estado esperando, le abre la puerta a Mónica para que se siente en la parte de atrás, y cuando Mónica y Giselle ya están adentro, Christopher guarda su equipaje en el maletero y se sienta como copiloto en el taxi.
- Gracias por esperarnos, iremos a la estación de trenes. - Le dijo Christopher al taxista que arranca y en unos pocos minutos, ya estaban en el sitio.
- Gracias. - Le dijo Christopher para sacar unos billetes de su bolsillo y pagarle.
Una hora después
Christopher, Giselle y Mónica se suben al tren, Mónica se sienta en frente de Christopher y Giselle al lado de Mónica, apenas estuvieron dos horas dentro del tren, Giselle se quedó dormida, Mónica la acomoda haciendo que acostara su cabeza en sus piernas y comienza a ver por la ventana.
- ¿Es la primera vez que te subes a un tren? - Le pregunta Christopher.
- No, ya me había subido hace unos años, pero igual, no me acordaba cómo se sentía. - Dijo Mónica sin dejar de ver por la ventana.
Christopher se da cuenta que la piedra de su dije comienza a parpadear, por lo que él se extraña y ladea su cabeza.
- ¿Es normal que eso parpadee? - Le pregunta Christopher a Mónica.
- ¿Qué cosa?
- Tu dije…está parpadeando, primera vez que veo a un dije que parpadea…
Mónica saca su celular del bolsillo de su pantalón, y se pone a ver a través de la pantalla que seguía apagada, vio como palpitaba su dije, cosa que la extrañó bastante.
- Qué extraño, es la primera vez que lo hace. - Dice susurrando, a los pocos segundos deja de parpadear y guarda su celular en su bolsillo.
- No me habías dicho que tenía pilas. - Dijo Christopher.
- …Ni yo sabía que tenía pilas. - Dijo Mónica mirando a Christopher, Mónica comienza a acariciarle lentamente el cabello a Giselle que seguía durmiendo tranquilamente sobre las piernas de Mónica.
Dos horas y media después
El tren había llegado a Colonia, Mónica despierta a Giselle, y se bajan del tren, Mónica cargaba su equipaje en una mano y con la otra sostenía la mano de Giselle, Christopher agradecía la ayuda de Mónica en cuidar a su hermana, ya que éste cargaba dos grandes y pesadas maletas en sus manos, Christopher deja las maletas en el suelo, y estira su mano para pedir un taxi que llegó rápidamente, guarda las maletas en el maletero y cuando ve que su hermana y Mónica se suben en la parte de atrás del taxi, se sube, le da una dirección y el taxi arranca.
- Iremos a la casa de mis padres para dejar a Giselle y luego iremos a mi apartamento que queda muy cerca. - Le dijo Christopher a Mónica.
Mónica no responde y se pone a ver por la ventana, estaba en la ciudad que deseaba visitar desde que tenía memoria y estaba maravillada con todo lo que veía, sí que disfrutaría el estar en esta ciudad por un tiempo.
A los pocos minutos, llegan un edificio de varios pisos, Christopher le paga al taxista, se baja, saca las maletas del maletero, Mónica y Giselle se bajan y Mónica le agarra la mano a Giselle.
Entran al edificio, Christopher se dirige al ascensor, cuando esto se abre, Christopher entra seguido por Mónica y Giselle, presiona el botón número dos y se cierran las puertas del ascensor.
- ¿Estás emocionada de ver tus padres, Giselle? - Le pregunta Mónica a Giselle, ella asiente y bosteza, ella se sentía cansada por el viaje.
Al llegar al piso, Christopher camina hasta detenerse en frente de una puerta, le da varios golpes y abre un hombre de cabello rubio y ojos azules.
- ¡Christopher! ¡Giselle! ¡Bienvenidos!
- ¡Papá! - Gritó Giselle mientras saltaba a los brazos de su padre, en eso sale una mujer de cabello castaño y ojos azules.
- ¡Mami! - Grita Giselle emocionada.
- Mamá, papá, quiero presentarles a una amiga, Mónica, estos son mis padres, Johann y Nicole Mack. - Le dijo Christopher a Mónica.
- Es un placer conocerlos. - Dijo Mónica con una sonrisa sobre su rostro.
- Igualmente, por favor, entren, los invitamos a comer, deben estar hambrientos. - Dijo la madre de Christopher abriendo un poco más la puerta.