Si supieras

Capítulo 3

De inmediato se apagaron las luces del bar, todo estaba completamente oscuro, me pare en el centro del estrado, Isaac estaba sentado en la batería en el lado izquierdo y en la derecha estaba Mike con el bajo.

- Listos muchachos, empezaremos!!! - grité

Tocamos canciones de los Enanitos Verdes "Lamento Boliviano", así estábamos en el bar, creo que era el único lugar donde podía ser yo mismo, mi timidez desaparecía completamente, sonará raro pero así ocurría.

- Y yo estoy aquí, borracho y loco y mi corazón idiota, siempre brillará - la gente gritaba en coro con nosotros

El bar empezaba a estar vacío, ya que eran alrededor de las tres de la mañana, solo quedábamos Isaac, Mike, Soledad y yo.

- Pero que noche, tocamos bien? - pregunté un poco preocupado

- Estás loco o que? - dijo Soledad

- Estoy sano, mírame - respondí

- Tocaron bien, la gente aplaudía - dijo guiñando el ojo

Todos nos empezábamos a despedir, yo como siempre me iba a pie ya que mi casa quedaba cerca del bar.

Cuando llegué miré a Sofía bajar de un carro de un viejo, sabia que estaba andando en malos pasos, pero jamás pensaría que estaría con un viejo rabo verde, esperé a que ingresé, mañana recién hablaría con ella por lo sucedido.

Subi a mi dormitorio, me quite la camisa y me di una ducha para poder dormir, después de lo que había visto, tenía que pensar que iba a hacer.

La luz del sol entraba infragante, por la ventana, tome un polo cualquiera me lo puse y baje.

- Buenas noches, dormilón - me dijo mi mamá con una sonrisa

- Mami, tienes que estar en reposo - respondí, dándole un beso en la frente

- Hijo, es que me aburro - dijo un poco triste

- Hay, ya pero no te esfuerces

Tome asiento, vi como bajaba apurada Sara.

- Buenos días, chau a todos - dijo cogiendo un pan

- Siempre dormilona - dije riéndome

Dirán que hermano, como aguanto a cinco mujeres, lo sé, es complicado, pero son las únicas que aguanto, Sara se fue rápido porque hoy tenía partido de prueba en fútbol, a mi mamá le encantaba coser, pero por la enfermedad tuvo que dejarlo.

Subi, decidido a hablar con Sofía, toque la puerta y no respondía, así que interrumpi, abrí la puerta, solo miré una carta sobre la cama.

- JODER, esta sonsa que habrá escrito - me dije en la cabeza.

Tomé la carta, decidí leerla luego, solo que estaba preocupado que le iba a decir a mamá, no podía recibir impresiones fuertes.

 




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