5. No debes llorar.
1 año después.
El ambiente en Artemia se sentía tenso, el día de la prueba había llegado, 20 rubíes, 400 participantes y muchos obstáculos. Las pruebas se realizaban para definir qué tan hábiles eran los jóvenes, cada rubí era una habilidad adquirida y también era lo que definía su edad.
Los de alto mando esperaban con ansias la aparición de los jóvenes que lucharían por destacar o por el contrario serían unos completos fraudes, confiaban que habría sangre, sudor, gloria y ruina, y ellos morían por verlo.
Elainey acomodaba sus guantes cuando la entrenadora entró a su cuarto dando un portazo para avisar que ya era hora de salir, ella no se sentía completamente lista y su entrenadora insistía en que nunca iba a estarlo, sin embargo, daría todo de sí misma para intentar ganar la prueba, habiendo ganado otros rubíes antes Elainey era consciente de que pasar esas pruebas no era imposible, solo supremamente difícil.
Tomo su mochila de la mesa y algo cayó a su lado, abierta en la última página escrita se encontraba su bitácora con una corta frase:
"Espero que algún día deje de ser solo un sueño"
Una mueca melancólica se asomó en el rostro de Elainey cuando recogió la libreta para ponerla en su lugar.
—Yo también —susurró antes de abandonar la habitación.
* * *
3... 2... 1..
La campana sonó por los altavoces dando inicio a la prueba, Los competidores se adentran en el espeso bosque atiborrado de todo tipo de trampas y obstáculos que deben atravesar lo más rápido posible, Elainey corre rápidamente sin prestar atención a los demás, rodea, salta y trepa los primeros obstáculos que le aparecen, se detiene justo cuando está a punto de chocar con un gran muro de madera encendido en llamas, es cuando inicia la parte difícil de la prueba.
Supervivencia:
Elemento: Fuego. Componente: Muro. Ventaja: Ninguna. Desventaja: Oxigeno/Tiempo.
Un muro de madera en llamas rodeado por árboles.
Las llamas crecían con cada segundo y bañaban a los participantes en sudor, la falta de oxígeno se empezó a notar, el tiempo era limitado y el fuego con el humo confundían la vista. Elainey se acercó al muro y lo tocó, un ardor recorrió su brazo y lo separó de inmediato, sin embargó notó que había pequeños lugares a los que el fuego aún no había llegado, de pronto una idea cruzó su cabeza, sacó dos navajas que traía en su cintura y escaló enterrándolas con algo de dificultad en el muro, lo más rápido que pudo, casi en la cima tomó un impulso y saltó al otro lado, las llaman ardieron en su cuerpo y quemaron parte de su ropa, pero mientras estaba en el aire vio en el horizonte cómo el sol se ocultaba y algo miraba en su dirección.
Mucho más allá de Artemia Elainey observó tres sombras gigantescas que se alzaban en las montañas al tiempo que el atardecer caía y su cuerpo impactaba fuertemente contra la tierra, cuando estuvo en pie volvió la vista hacia las montañas, pero no había nada, continuó de nuevo en la prueba, ahora adolorida y con quemaduras, pero sin detenerse, sogas y púas aparecieron delante de ella, corrió más rápido tomando impulso y atrapó una soga entre sus manos, saltó para tomar la otra y de repente un impulso la lanzó bruscamente al suelo, la caída la tomó desprevenida, cayó sobre las púas inevitablemente.
Centenares de gritos se escucharon y el golpe seco de los árboles al caer hizo vibrar la tierra, miró en dirección al ruido y se dio cuenta como el fuego se expandía rápidamente por los árboles dañando varias partes de la prueba, solo había una respuesta en su mente:
Eso no hacía parte de la prueba.
—El fuego se expande! ¡Salgan de la prueba! —avisó una firme voz.
— ¿Qué está pasando? —susurró consciente de que nadie iba a responder.
Se puso de pie, aún respirando de manera agitada por la adrenalina, intentó correr de vuelta, pero un árbol cayó cerca de ella e impidió el paso, corrió por donde venia antes tan rápido como sus piernas heridas le dieron, paso a través de las púas, cables eléctricos y las flechas de la prueba que volaron por el aire, intentó esquivar cada uno y observó una salida cuando escuchó otro estruendo aún más fuerte seguido de miles de vidrios rotos que cayeron desde el cielo, se cubrió todo lo que pudo con sus brazos.
Un grito seco salió de entre sus labios cuando los vidrios rasgaron sus brazos, Elainey sabía que no debía gritar, estaba prohibido demostrar dolor.
"No debes llorar, no debes demostrar dolor"
—No debes demostrar dolor, no debes demostrar dolor, no debes...– respiro e intento contenerse todo lo que pudo, aunque sus ojos ardieron en dolor, a pesar de todo contuvo las lágrimas.
Un ardor recorrido su pierna, un cuchillo de la prueba se había enterrado en su muslo, lo agarró sin pensar, sacándolo en un solo movimiento y rasgó parte de su camisa para cubrir su herida.
Continuó con las fuerzas que le quedaban, y se mantuvo de pie a pesar de las explosiones que aún seguían ocurriendo a su alrededor, observo por un momento lo que dejaba atrás, el fuego arrasaba con el bosque rápidamente, todo era un desastre, escuchó un crujido en frente de ella muy tarde para darse cuenta que estaba cayendo por un acantilado, alzó la mirada lo justo para divisar el vacío, escuchó el agua correr antes de caer por completo, sintió el impacto y el frio liquido recorrer sus heridas, el agua entraba por su fosas nasales, los vidrios lastimaban su piel y sus brazos en un intento por salir combatieron contra la corriente una y otra vez hasta que todo se oscureció por completo.
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