I MISS YOU, MIN...

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      "Comenzemos con el final"

Te encontré cuando tu corazón fue roto,
Llené tú copa hasta que se derramó…
 

La música de fondo era la que retumbaba libremente por todo el escenario, donde no se escuchaba más que la melancólica letra junto a su melodía y los ojos expectantes degustaban de ver, a ese sobresaliente bailarín danzando con toda la seguridad de sus pasos y su glorioso cuerpo.

 

Me daba miedo dejarte solo.
Dije que te atraparía si caías.


 

Mientras los hombres y mujeres del público eran influenciados por sus hormonas e imaginaban distintos escenarios, algunos más morbosos que otros donde Jimin era la estrella… éste oía la letra y no podía dejar de pensar en él.

En Min Yoongi, el hombre que, sin ningún esfuerzo le había mostrando el amor y tantas emociones encontradas que nunca había experimentado.

Amor, odio, tristeza, celos, impotencia, dolor, rencor, falsas esperanzas, más dolor hasta que su pobre ser no pudo aguantar más.

Y los aplausos no se hicieron esperar cuando acabó todo.

Le lanzaban flores, le silbaban, gritaban su nombre y apaludian sonoramente haciendole entender que había hecho un trabajo exelente y amaban cuando lo veían danzar.

Una sonrisa falsa se asomaba, para hacer una venia y marcharse finalmente a su camerino.

Una vez adentro, se dedicó a retirar el maquillaje con sumo cuidado mirandose a los ojos directamente, inspeccionandose lenta y de manera tortuosa hasta que una lágrima se asomó por su mejilla; luego otra, y otra más tras la anterior hasta que arrugó su rostro y un fuerte quejido escapó de su linda boca. Dejando salir ese dolor que tenía acumulado.

No era feliz, aún haciendo lo que amaba y claramente sabía que algo hacia falta. Que había un vacío que ni la fama, ni las multitudes, ni los alagos constantes podían llenar.

- ¿Que te pasa, Park? ¿esa canción te ha recordado a él, al hombre que prometiste olvidadar?-

Se sentía estúpido al pensar en alguien que ya lo había olvidado, y es que para empezar NUNCA le abrió las puertas de su corazón.

-

Salió de su lugar de trabajo para tomar un taxi, y no fue grande su sorpresa al oir una bocina pitarle y luego un carro negro de alta gama acercandose a él.

- ¿Vas sólo, niño bonito?-

Era uno de sus maestros de artes, escritor, bailarín, cantante, dibujante; pero especializado en la pintura.

- Jin-Sombae -

- ¿Te llevo? Ya es tarde y peligroso…-

- Claro, ¿por qué no?-

El peli rojo dió la vuelta al auto para subirse y dejar su maleta sutilmente sobre sus piernas.

- Estuviste increíble esta noche, Jimin. Si sigues así llegarás lejos.

- Gracias, me alegra que me haya visto esta noche Hyung-

- No es nada - el mayor saca de una bolsa que tiene en los asientos de atrás, una enorme barra de chocolate y se la tiende al menor con una sonrisa-

- schogetten- susurra- Hyung, no tenías que…-

- No es nada. Sé cuanto las amas asi que te traje una como recompensa-

- Está bien. La comeré sólo porque usted me la trajo-

El mayor arrancó pasando a la autipista y luego a lo largo de la carretera que dejaba ver las enormes construcciones, los diversos rascacielos, algunos parques, estacionamientos y etcétera.

Jimin sostenía una conversación hacerca de cosas triviales con el mayor, tratando de ocultar la tristeza que le recordaba volver a comer ese chocolate que tantos malos recuerdos le traía.

Jin dejó a Jimin frente al conjunto "Train", donde vivía el menor.

Dejándolo pensativo ya que justo antes de llegar le había dicho en forma de sugerencia, algo que quizá sólo un profesional habria notado.

"Escogiste de tu "armario de las emociones", el sentimiento correcto para esa danza. Pero me inquietó durante unos minutos el daño que te hacía la letra, a tal punto que supuse, llorarías en el escenario. Hubiera sido fabuloso si esas lágrimas fueran fingidas y no de dolor Jimin".

-

Hizo su aseo personal para irse a tirar rendido sobre su cama, pensativo hacerca de su mayor quien había descifrado casi todo.

Esa misma noche, no pudo estar tranquilo.

Las horas pasaron hasta que se despertó a las 7 de la mañana con un sudor frío recorriendo su espalda, sus manos temblando y su corazón hecho un desastre. No podía seguir asi, hace mucho que esas cosas no le pasaban.

A veces eran sueños irracionales, a veces soñando con demonios que lo llamaban, otras veces con hombres extraños sin rostro, con bodas, entierros y cosas por el estilo. Pero esa noche había sido la ostia.

- Maldita vida infeliz - se dijo a si mismo tomando una pastilla para calmarse y respirar profundo.

Normalmente una persona olvida sus sueños poco después de despertarse pero Jimin se acordaba de cada jodido detalle, como si hubiera sido tan real…

-

Soñó con su amado, quien sorpresivamente lo llevaba de la mano a un lindo paseo por entre el bosque y la vegetación, donde las mariposas revoloteaban y todo parecía tan natural. Tan lindo.

Yoongi llamándolo tiernamente con apodos cursis y nunca soltando su mano. Cuando de un momento para otro, Yoongi habia vuelto a ser el mismo frío y amargado de siempre, señanlandolo una y otra vez.

" Tú me la quitaste, TÚ LA MATASTE"

Sus manos estaban llenas de sangre, cuando en menos de nada todo se tornó oscuro, los arboles murieron dando paso a una tierra seca y muerta. Destruida. En tanto aparecían unos cadáveres de mujeres jóvenes por entre los troncos secos, acorralandolo en el centro.

Gritó, bramó, hasta que por fin pudo despertarse.
 

- Sólo es un jodido sueño Park -

Se decía a si mismo.

Ya habían pasado unos meses desde que habia ocurrido toda esa masacre, todo ese dolor. Las mujeres desaparecidas, Taehyung y sus mentiras, su hermana muerta, Yoongi…