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"August"
La noche era serena y fresca, con un viento que transportaba el olor dulce de las flores las cuales se abrían, desprendiendo el agradable aroma por todo el lugar.
Los árboles se mesían en un vaivén lento y armonioso semejante a una ola creada por las hojas, el ambiente nocturno era tranquilo y refrescante.
Y en tanto todos yacían en el país de los sueños y las pesadillas, Jimin era observado por unos ojos color caramelo los cuales brillaban con la poca luz disponible, entrando sutilmente por la ventanilla de la alcoba.
El azabache, de hermosa y elegante figura masculina y atrayente, alta e imponente, metía en una bolsa de plástico los cabellos que con mucho cuidado le arrancaba al ángel dormido. Éste acarició un poco la mejilla contraria disfrutando con sus largos dedos, la esponjosa y suave textura de la piel contraria.
- Eres tan hermoso como tu hermana, -da un suspiro para hacercarce más al rostro del dormido joven - pero te prefiero a tí.
Unió sus labios arriesgando su pellejo, tomando de la barbilla a Jimin para abrir esos carnosos labios y deslizar su lengua con más facilidad al fondo. Besaba esos labios gustoso ladeando su rostro para tener mejor acceso, para finalmente morder con dureza y sacarle un gemido ahogado a Jimin.
Pero para su mala suerte, cuando despertó, se encontró solo en su habitación junto a su ventana abierta y su cabello alborotado.
Suspiró cansado creyendo que quizá era sólo un sueño de esos que se ven muy reales, y tras arroparse, se quedó dormido de nuevo.
Mientras un auto Renault negro se alejaba por el camino de piedra para perderse en la espesura de las tinieblas.
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- ¿Entonces no te quedas para desayunar?
- Lo siento mocoso, tengo algo muy importante que hacer.
- mmm - Jimin mordía el interior de su mejilla haciendo un tierno puchero, con ojitos de perro triste- Pero al menos vas a estar para la cena…?-
El hombre mayor todo atareado y con el corazón a mil, se detuvo a mirar un rato a Jimin para hacercarse y tomarlo de la barbilla, a lo cual obtuvo una gran mirada de sorpresa como respuesta.
- Te prometo llegar para la cena. Cuídate.
Y sale con su abrigo en el antebrazo, para dejar a Jimin alterado y viendo luces con fuegos artificiales sin exagerar. ¡Dios santo, Min lo había tomado de la barbilla! Y lo había mirado tan fijamente!!!
Ya, Jimin cálmate.
- Corazoncito, no es hora de latir como loco. Vamos a buscar una buena receta para esta noche, asi es.
El peli rosa se dió media vuelta para ir a por unos libros de cocina de su madre, los cuales puso sobre la mesita de centro y se sentó elegantemente con sus piernas a un lado, y una taza de té, la cual bebía de a poco tranquilamente.
Ding Dong
Ding, Dong
La puerta fue tocada.
Jimin se levantó, y abrió a la puerta con una sonrisa dulce para encontrarse con un chico uniformado alto y fornido de imponente figura.
Sus ojos café claro eran resaltados por sus largas pestañas y su blanca piel perfecta. Al bajar su mirada, se encontró con esos labios bien definidos y traviesamente teñidos de un rosado tirando a rojo…
- Disculpe, se encuentra el señor… August?
August…
- Emm, no señor. Pero si quiere pase…
El joven le regaló una sonrisa ladina aceptando la amable oferta del menor. Jimin no observó alguna patrulla, sólo la moto del policía.
- ¿Quiere un poco de té?
- Claro- el joven se sentó para observar a Jimin en silencio. Definitivamente no era de Daegu, o ya lo habría conocido…
Jimin le tendió la tacita para sentarse frente a él y seguirle sonriendo. No iba a negar que era un hombre sumamente caliente.
- ¿No eres de acá, verdad?
- En efecto. Soy de Busan, pero vine a Daegu por la academia de artes.
- ahh, ¿pintas?
- jajaj, si pero me especializo en la danza- Jimin abrió sus ojos y soltó una risita meramente pasiva- Jajaj perdón, no me presenté. Me llamo Jimin, Jimin Park-
El azabache le entiende la mano con una sonrisa para sostener su mano por un momento acalorado.
- Me llamo Jeon Jungkook, y soy el encargado del caso de los secuestros en Daegu. Creo que ya sabrás hacerca… de todo esto
- Si, algo. Mi rommie me comentó.
- ¿No vives sólo?
- Nop. Esta casa es de mi rommie, Min Yoongi. Aquí no vive ningún August, Hyung Jeon.
- Oh, que raro.
- El policía extendió una foto, era el carro de Yoongi por detrás - Con ayuda de la placa encontré esta casa.
Jimin la tomó. Era el carro de Yoongi, no de ningún August.
- Parece que Yoongi les mintió.
- En efecto.
El policía se levantó para mirar un poco la casa y unos cuadros que estaban colgados en las paredes. Luego dirgio su mirada al menor.
- ¿Esos son libros de cocina?
- sipi. Me gusta cocinar, sobre todo postres. Aunque la cocina coreana no es mucho lo mío- el menor rió junto al mayor- quizá algún día guste venir como mi invitado, ¿que dice?
- Si tu me invitas estaré más que encantado precioso…- la voz de Jeon salió en un tono mas gruesa de la habitual, Jimin tomó color rojo.
Le pasó un papel al policía junto a una pluma.
- ¿Me das tu número?
- Claro, encantado. Jeon escribía con una sonrisa para tendersela con sutileza. - Bueno, tengo que irme.
- Oh, claro. Fue un placer.
- El placer es mío. Gracias por el té Jimin. Si ves a August o a Yoongi, como se llame, dile que lo necesito.
- ¿Está en problemas?
- No. Es otro asunto, tranquilo.
Se hicieron la venia y Jeon salió en su moto.
Jimin mantenía sus manos en sus mejillas calientes, ya que se encontraba apenado. Jeon era como el hombre de "sus sueños" de adolescente.
Con una sonrisa, miraba las ojas del libro recordando cuando era más joven. En un cuaderno había escrito todas las características que debía tener un chico para ser su novio y extrañamente Jeon encajaba en ese perfil.
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Editado: 27.05.2020