La mañana era sumamente fresca y con ese toque veraniego encantador, fascinante, junto al canto particular de los párajos revoloteando y llevando en sus picos las lombrices para sus polluelos. Ese olor a pino fresco te transmitía relajación, y mucha; mucha paz.
Tal era la belleza que rodeaba la casa de Min.
En la puerta de dicho lugar, una joven de diez y nueve años tomaba de la mano a su pequeño inquieto, de rubios cabellos y apariencia angelical, como la de un príncipe; ésta una y otra vez insistió tocando la puerta, hasta que un adormilado Min Yoongi se asomó. Su sobrino no le dió tiempo de nada, pues cual cañón y con fuerza sorprendente se abalanzó sobre el pálido chico, éste perdiendo el equilibrio para caer al suelo.
Pocas veces lo había visitado, pero el niño estaba sumamente encariñado con él, y viceversa. Tan bien le caía, que hasta lo llamaba papá, y Yoongi no se podía resistir a cumplir sus caprichos. ¡Es que esos ojitos rasgados eran su perdición!
- ¡Papiiii!- el pequeño brincaba sobre Yoongi con energía, en tanto este reía.
- Perdonalo, pero se moría de ganas por verte.
- No importa- hablaba Min desde el suelo, en tanto el niño le tomaba los cachetes y sonreía en grande. - Ustedes son bienvenidos.
Yoongi se levantó y cargó al niño en brazos para acomodarse sobre los sillones al igual que su hermana menor.
- Me caíste de sorpresa, ¿qué haces en Daegu?
El menor jugaba con los mechones despeinados de su tío.
- Pues el padre de Bill tenía planeado ya sabes, lo de nuestras vacaciones y la verdad no quería dejar a Bill en casa.
- Ahhh, me viste pinta de niñero
- ¿Papi va a ser mi niñero, mami?
- Si- respondió Yoongi.
- ¡Siiii!
El pequeño rubio llenaba se besos a Yoongi con mucha ternura y éste solo se dejaba.
- Sólo será una semana, oppa, vendré por él. Gracias por aceptarlo - la chica peli negra de bonitas facciones sonreía viendo a su retoño tan encaramelado con su hermano.
- Si, no hay problema. Creo que a Jimin le gustará cocinarle a él también.
- ¿Quien es Jimin?
- Si papi, ¿quién es Jimin? ¿Un hermanito? - los ojitos de Bill se volvieron una línea.
- Es mi rommie, y amigo. Es muy amable y sabe cocinar bien.
- Woh, no me dijiste que tenías un rommie.
- Si, bueno...
Los pasos en las escaleras se oyeron cada vez más cerca, hasta que el pelirojo hizo precencia, su cabello estaba despeinado junto a una pantaloneta negra que llevaba y posteriormente no portaba camisa. Dejando ver sus fuertes brazos, su abdomen marcado pero no de manera tan exagerada y unos lindos pezones rozadito claro.
- Buenos dí...- se detuvo en seco para frotarse sus ojos hinchados para mirar con más claridad.
- ¿Jimin, que haces sin camisa?
- Es que hacía calor Hyung...- la mirada avergonzada de Min y Amelia eran notorias, sin poder despegar la vista, en tanto el menor con la boquita abierta detallaba al hermoso chico allí parado.
Para él, no había chico más guapo que su papi Yoongi, pero ese que estaba detallando en ese momento era... es decir, se veía más esponjosito y sexy. Una mezcla extraña pero que le quedaba bien, junto a esos labios, esos ojos azules y su cabello naranja/rojo que lo hacía ver muy, muy lindo.
Se levantó de las piernas del mayor caminando hacia Jimin embobado para luego sonreirle con dulzura, éste lo miró y lo cargó en sus brazos cuando Bill le extendió los suyos.
- ¿Y tú cómo te llamas bebé?
- Billy, pero mi mami me dice Bill.
- Parece que le gustaste.
Bromeó Min sonriendo ahora sentado de lado. Jimin rodeó el sofá para sentarse junto a Yoongi y empezar a hacerle caballito al pequeño. Éste reía en carcajadas.
- ¿Tú eres Jimin?
- Ah, si. Lo siento no me presenté. Soy Park Jimin, el rommie de este anciano.
Bill empezó a reir más estruendosamente, ahora acompañado de Jimin.
- Que bueno- la chica sentía un aura rara proveniente del tal Jimin. No lucía como un chico normal, pero prefirió no hacer preguntas. -¿Pero donde está Charlotte?
La pregunta en sí, hizo helar a Jimin y Yoongi por igual. Aunque esta vez el pálido no sentía dolor. No tanto.
- E-ella...-
- Hey Billy, precioso. ¿quieres que te haga unas galletas?
- ¡Si!!!
Jimin los dejó solos para que hablaran en más confianza. Llevó al niño a la cocina para sentarlo en una silla alta junto al mesón.
- No te muevas de hay precioso, o te vas a caer.
- si, está bien.
- ¿Te gusta el chocolate?
- ¡Si, mucho, mucho¡
- Vale, entonces tendrán mucho chocolate- el menor aplaudía animado.
Jimin sacaba los ingredientes en tanto le hacías caritas al niño, encantandolo más.
Mientras tanto en la sala, a unos pasos de allí...
- Ella desapareció, la secuestraron hace unas semanas, y... no lo sé. Creo que no la vamos a encontrar...- se sinceró el pálido chico mirando al suelo, en tanto su hermana denotaba preocupación en su rostro.
Preocupación por Yoongi, por que sabía lo muy dependiente y aferrado que estaba a esa chica, su única novia de toda la vida, sin embargo... su hermano parecía de hecho muy calmado, porque para su sorpresa, Yoongi debería estar super estresado, abrumado, con todo hecho un desastre, al borde del colapso...
Pero no. Su casa estaba más que despampanante, su apariencia no se veían afectada por la tristeza. ¿Se había enamorado de otra chica?
- L-lo siento mucho. Ella era muy linda y agradable... ¿p-pero la policía que ha dicho?
- El primer día me rechazaron la denuncia por que no habían pasado 24 horas. Me enojé mucho. Luego la anexaron a los casos de chicas desaparecidas y de allí no ha salido.
- Pero tú...
- Yo me dediqué a buscarla por mi cuenta. Tsk, tan iluso ¿No crees?
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Editado: 27.05.2020