"¡¡HYUNG... hyung mío...!!"
Jimin...
"Hyung, tengo algo que decirte. Algo muy importante, hyung"
J-jimin, yo... y-yo también tengo algo que decirte.
"Hyung, yo ** ***"
¿Tú que jimin? ¿JIMIN?
"Que yo ** *** Hyung, ** ***, ** ***"
Jimin, no entiendo. Jimin, ¿puedes ser más claro?
Por favor... Jimin... Jimin te lo pido. ¿Sigues hay? ¿Jimin?
Jimin, no me dejes...
- No me dejes, no me dejes Jimin, por lo que más quieras. Quédate conmigo, Jimin, ¡Jimin yo...!- El peli negro de un corrientazo se sentó en su lugar inmediatamente, con el sudor empapando su ropa y su preciosa piel. Su pecho estaba agitado, enloquecido, y sin importarle que su novia estuviera a su lado, admitió lo que ya no podía ocultar. Por lo menos no de él mismo.
- Te amo Jimin Park...
De inmediato se acordó de todo, y no perdió tiempo para safarze del débil agarre de la peliroja para levantarse e ir a la habitación de al lado. Llegó a punta de zancadas pero grande fue la sorpresa, y se le fue el aire como cuando te dan un fuerte golpe en el estómago.
- Esto debe ser una jodida broma- sus manos palpaban el lugar con desespero, como buscando algo- mierda, mierda, mierda, mierda- ésta y unas cuantas maldiciones peores fueron saliendo de sus labios en tanto revisaba todo el lugar dos y hasta tres veces, sin creer que del rommie que alguna vez tuvo, no había quedado el más mínimo rastro.
Metió sus dedos entre las hebras de su cabello, luego se pegó dramaticamente a la puerta para deslizarse e ir cayendo hasta chocar con brusquedad sobre el suelo, sumido en el miedo y la ansiedad que lo recorría de a poco, un dolor minucioso.
Jimin no estaba, Jimin no estaba, no estaba maldita sea, se había esfumado.
- ¿Que demonios...?
Su mirada decayó, pero luego en el suelo algo llamó su atención. Algo que brillaba.
Y levantándose, tomó aquel objeto con melancolía, puesto que en repetidas ocaciones lo había visto. Un collar de oro cencillo y elegante pendía de sus dedos en tanto lo observaba con más detalle. Una clave de sol se balanceaba levemente.
Sin dudar, se lo puso en el cuello y lo escondió en su ropa.
- ¿Yoongi...? Amor, ¿dónde estás?
Salió de la habitación el nombrado, cerrando la puerta tras de sí. Su chica estaba algo despeinada, con su sedoso cabello rebelde cayendole por el rostro, junto a su cuerpo (perfecta obra maestra, representante de la más delicada feminidad), envuelto en una camisa blanca de botones que sería un delito no mencionar. Esta criatura sobresalía en un millón.
- Estaba buscando algo...
Ella no era ingenua, sabía lo que Min buscaba, por ello se sintió algo inferior puesto que esperaba total desinterés por parte de Min hacia Jimin el desaparecido.
- ¿Y lo encontrase? - la pregunta en sí, le hizo mucha gracia, pero su mirada inocente la supo mantener.
- Si. Era algo pequeño.
- Está bien- a paso lento se fue arrimando a su novio, para pasar sus manos tras su nuca y sonreirle. Él mantenía su mirada gacha y como algo automático, rodeó a la chica con los fuertes brazos- ¿vamos a desayunar?
- Dale.
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El sol ya se había marchado hace algunas horas, en la cuales el frío se hacía más intenso de lo normal, e incluso llegaba a ser insoportable.
¿Y qué mejor que meterte entre las sábanas para que tu cuerpo se caliente, junto a ese ser que te tiene ambas cabezas hechas locas? Ahhh, no era el caso de nuestro protagonista, ¿eh?
La mano que tomaba, lo sujetaba fuertemente en tanto seguían un camino sin rumbo acompañados de un silencio incómodo, ya que cada uno estaba sumido en sus mundos, en sus angustias, que su mente mandaba señales a su cuerpo de caminar. Sin embargo estar allí sin sus cinco sentidos puestos en la otra persona, hacían todo dificil.
En la mente de Min, se hacían cada vez más borrosas las imágenes del extraño sueño que lo había mortificado toda la noche.
Jimin y él, se encontraban en un tren de lo más normal y realista posible. Degustando una deliciosa comida y sosteniendo sus manos calidamente. Un aura tranquila y meramente romántica los envolvía. Pero todo de convirtió en pesadilla cuando Jimin se levantó de la mesa con la excusa de ir al baño, sin embargo los minutos pasaron, y Yoongi se levantó para ir a su búsqueda.
El vagón donde estaba, fue separado de la parte activa del tren que seguía en movimiento en tanto él, se quedaba estancado.
Jimin al otro lado, se sujetaba asustado y desconcertado, con su manita estirada hacia Yoongi.
Saltar no era una opción.
Y se gritaron mutuamente hasta que Jimin se alejó, entrando por una oscura cueva, que desde su frialdad, se tragaba la enorme máquina junto a Jimin.
Y allí fue cuando despertó.
- ¿Yoongi?
- ¿Si?
- Este... ¿te dieron el trabajo?
- Si, claro.
- ¿Pero si te fue bien? Es que te noto algo extraño amor...
- Estoy bien- el chico la miró por unos segundos para volver su mirada al frente- Aunque tú no me has dicho que fue exactamente lo que te pasó...
- Oh, pues...
Una historia "chafa" era la que le salvaría el pellejo. Ya había visto mucho netflix como entrenamiento previo, por si algo.
- Es que ese día salí del trabajo tarde, y pues si sabía que un loco se robaba a las chicas pero no le dí importancia. Sin embargo esa noche un auto me seguía.
- ¿Por qué no llamaste?
- Lo iba a hacer, pero estaba corriendo. Al final el hombre me llevó.
- Pero te golpeó, o...
- Me confundió con una chica que estaba buscando con desesperación.
- ¿Pero todo este tiempo?
- Si, es que el tipo estaba loco.
- ¿Pero no viste más chicas...?
- Nada. Porque siempre estuve encerrada. Aunque ya que estoy aquí sana y salva, a tu lado, quería hablarte de una vez hacerca de algo importante. Dejemos todo eso atrás y enfoquemos nuestra atención en algo que sí vale la pena.
- Dime.
- ¿Te acuerdas de nuestros planes? Antes de todo esto...
- Eh...-
Min hacia cara como de que trataba de recordar tanto tiempo atrás, sin embargo en su mente estaba claro. Ellos planeaban casarse, y lo habían estado pensando con cabeza fría desde hace un tiempo.
Todo era perfecto porque ¿qué mejor que casarse estando jóvenes, con su juventud en el mejor momento para tener bebés y sobre todo estando enamorados? Aunque más que eso, el matrimonio era una pequeña empresa, y ellos tenían ese punto claro. No todo era casarse por "amor", porque eso se acaba algún día y lo tenían claro.
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Editado: 27.05.2020