Abrí la puerta con ayuda de la llave ignorando por completo las miradas coquetas y meramente insinuantes que un tipo, más específicamente mi vecino, me regalaba sin ningún pudor.
Siempre lo hacía el morboso, pero justo hoy, no estaba para aguantarme esta vida de mierda junto a este tipo de mierda.
La llave hizo su crujido dejándome entrar, entonces le dirijo una de mis peores miradas al hombre ya mencionado, quien sigue con sus insinuaciones y sus ojos pegados a mi culo. Bufé haciendo reir al rubio mayor de gran altura y porte claramente extranjero. Su sonrisa la pude ver hasta que cerré mi gloriosa puerta.
Dejé mis tennis al lado de la alfombra, justo en la entrada. Caminar con medias era lo mejor del universo.
Abrí mi pequeño refrigerador rogando al altísimo que hubiera algo que hecharse al intestino, pero me encontré con media bolsa de leche, algunos paquetes pequeños de galguerías, un plato con desperdicios, una que otra fruta y la olla del arroz con unas sobras.
- aiishhh- saqué la bolsa de leche, crema de leche, lechera y leche en polvo. Puse el agua a hervir junto a la leche, poniendo una cuchara de cada sustancia que había sacado.
Me tiré al sofá de lado izquierdo, mirando mis redes sociales sin ningún interés.
Sólo eran algunos idiotas hombres molestando. También habían mujeres pero ellas eran menos intensas y la verdad no me causaban asco como aquellos tipos.
- ¿¡Por qué me persiguen los pendejos!?- apagué el teléfono acto seguido mirando al techo con ira.
El agua hizo su peculiar ruidito avisando que ya estaba caliente asi que le puse azúcar y café instantáneo a la cargada mezcla. Asi me gustaba el café a mí.
- Al menos no te vas a morir de hambre, ¿eh?
Me senté justo al lado de la ventana con la taza en las manos, sintiendo la brisa fría que me erizaba deliciosamente. El humo de mi taza se sentía calentito en el rostro. La vista no era la mejor, debo decir. Pero TODO era perfecto hasta que mi teléfono sonó.
Me levanté con pesadez, tomando el aparato mientras me sentaba en el sofá y contestaba.
- Si, ¿diga?- esperé unos minutos pero nada. Justo cuando quise colgar...
- Mi lirio...- En ese momento traté de respirar pero ya me había mandado un sorbo de café y casi me ahogo. ¿Que quería ese idiota? Mínimo está detrás de la puerta y ya me localizó.
- kim. ¿Qué quieres?
- Amor, estás en peligro.
- JAJAJJAJA tell me pretty lieeesss, look me in the faaaceee- canté con una sonrisa. Obvio no le creía.
- Por favor, escuchame. Tienes que salir de allí.
- Aja, ¿y luego?
- ¿No me crees... verdad?
- Divino y adivino.
- Escuchame por favor, esto no es un juego. Él va a ir por tí, y va encontrarte pero yo NO voy a poder protegerte. Si nos encuentra juntos, nos mata. Y-yo... yo lo siento mucho. E-es- borré mi sonrisa. Él estaba tartamudeando. ¿Tenía miedo?
- E-es que yo creí que todo iba a ser fácil Jimin. Sólo era hacer el trabajo sucio mientras él se encargaba de la policía, pero nada salió de acuerdo al plan. Todo ha sido una maldita mentira. No es una casualidad que justamente YO te haya llevado conmigo, ¡DIOS! ¿por qué nunca sospechaste nada? - oí como se aguantaba las ganas de llorar. Me preocupé.
- Y-yo sólo tenía que engañarte, distraerte en tanto él venía por tí. - ¿Él? - p-pero no me aguanté ¡MALDITA SEA! me enamoré de tí. Me enamoré Jimin. Eso fue lo peor que pude hacer.
- ¿Pero de qué hablas? ¿Estás ebrio?
- Jimin Park, te amo. Perdón por no poder protegerte, perdón, perdona a éste cobarde, te lo pido.
- ¿¡Pero de qué demonios hablas!?
- Mi vuelo sale en unos minutos. Tengo que salir ilegalmente del país, porque él está tras de mí igualmente. Es arriesgado y quizá nunca vuelva a verte pero me duele aún más saber que lo último que hicimos fue pelear. Pero ésta es la vida que elegí Jimin. Yo lo tenía todo contigo y fuí feliz, ¡pero no eras mío!, no fuiste hecho para mí.
- K-Kim, d-deja de...
- Te lo ruego, por tu bien. Sal de ahí, porfavor. Recuerda, recuerda que te amo demaciado. Tú siempre vas a ser mi precioso lirio azul, brillando desde la lejanía, presumiendome tu belleza e inaccesibilidad. Eres alguien a quien sigo codiciando mucho. Te amo Jimin. Te amo demaciado pequeño.
- T-tae... ¿A-aló?
- El número marcado, no corresponde al servicio, te invitamos...
- ¿QUÉ? NO, NO, NOOO!- marqué el número desconocido pero ya no era accesible. Intenté en medio del desespero escribirle al whatsapp pero no tenía una cuenta registrada.
- Mierda, mierda, mierdaaaaa!!!!!- me cogí los cabellos dando vueltas por la pequeña sala. ¿A quíen acudo ahora?
Parece que Tae decía la verdad...
¿Será... que ese tal Gloss tiene algo que ver?
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Editado: 27.05.2020