Siempre serás Tu

Capítulo 12

Al salir del Instituto y haber dejado a Mateo sorprendido por mis palabras. Fui a buscar trabajo, a mama la despidieron ayer, en la empresa que trabajaba se deshicieron de los más viejos. Y a esa edad mamá ya no conseguiría trabajo y menos con su enfermedad. Yo el mes que viene cumplire mis 18, mamá no quiere que deje el estudio y le prometi seguir haciéndolo pero no se si pueda.

Después de largo rato dejando mis datos por todos lados, regresé a casa.
Mamá estaba muy triste por ya no poder trabajar.

- mami no me gusta verte así- le dije abrazandola.

- hay hija mía, me siento una inútil; no es tu obligación trabajar tu sólo debes preocuparte por los estudios.

- tranquila mamá, ya vas a ver como voy ha hacer ambas cosas- le dije con una sonrisa finjida; ya no podía con el estudio menos podría después.
No le dije nada a mamá que me suspendiera una semana; así que le decía que iba al Instituto pero en realidad había comenzado a vender algunas pertenencias mías; sin no me llamaban por ningún trabajo y ya no teníamos dinero.

Al tercer día de estar en casa recibí una llamada a mi celular.

#Hola
#Hola esta Tamara Hidalgo?
#Si con ella habla.
#A hola soy Sergio del bar Monst, tu dejaste tus datos?
#si si lo recuerdo.
#me gustaría que mañana te pasarás por aquí para revisar algunos datos.
#si claro, dígame a que hora.
#te queda bien a las 20h? Es que quiero que veas un poco el hambiente.
#si claro no hay problema, mañana estaré allí.
#bueno entonces nos vemos mañana, adiós.
#adiós.

Al fin alguien había llamado, mañana posiblemente ya tendría trabajo.
Al día siguiente fui al bar y Sergio me dijo que hasta que no cupliera los 18 yo trabajaría limpiando el local, y debía hacerlo al cerrar el bar, a las 5am. No era muy buena la paga pero no me quedaba de otra. Desde ese día comencé a trabajar, el lugar era muy grande y sólo yo lo limpiaba, al terminar dw hacerlo terminaba muerta. Llegaba a casa directo a dormir pero a las 7:30 debia fingir que iba al Instituto. Cada día que pasaba el cansancio iba siendo mayor. Seba y Mateo ya no se me acercaban pero si me miraban muy tristes. Con Sofi hablaba muy poco, ya no prestaba atención a nada. Sólo me dedicaba a trabajar a las 5 y a las 8 estar en el Instituto, cuando salia vendía alguna pertenencia mia para comprar comida y medicinas para mamá.

 




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