Capítulo 1

En momentos como estos me doy cuenta de lo afortunada que soy al tener todo lo que anhelo, y necesito y si es posible aún más de lo que quiero tener. soy plenamente feliz y me...

—Qué te levantes es hora de irnos. —me grita mi hermosa hermana, sacándome de mis hermosos sueños donde todo es perfecto. —Laysha, así es que quieres...

—Te quieres callar la boca... Ya, ya voy —dije, algo cabreada, hoy siento que será un día largo.

Mi hermana y yo somos muy unidas desde la muerte de mi madre (nuestra madre). Me levanto, me duele el cuerpo por el juego de ayer, si, juego basketball lo amo.

Me cepillo los dientes, me ducho y lavo el cabello y en 30 minutos, ya voy bajando las escaleras.

—Hola papi ¿Cómo amaneciste? — Le beso y me siento en su regazo. Mi padre es mi todo.

— Bien, preciosa. ¿Y mi pequeña mayor cómo está?

— En excelentes condiciones, sabes que en dos meses se terminan las clases y cada día las cosas son más difíciles pero estoy bien.

— Todo cuesta sacrificio mi reina ¿y tu hermana? —dice mi padre.

Subo mis hombros en señal de negación.

— Massiel! — grita mi padre y ahí viene mi hermana con cara de que le deben millones de dólares y no le pagan. Tenemos a veces un carácter de mierda.

— ¿Qué? — dice con su tono desagradable.

—Jovencita, bájale algo a su enojo... Mis amores lamento informarle que tengo que viajar del trabajo para capacitarme más... Ya saben.

Y siempre es lo mismo mi padre de viaje y viaje antes nos dejaba con una nana, pero ya hemos crecido y pues ambas nos cuidamos entre nosotras, no entiendo por qué tiene que viajar tanto pero por lo menos mi padre recibe un  buen  dinero para el viaje y al no gastarlo todo nos deja y resolvemos durante el esté de viaje. Gracias a Dios no tenemos problemas económico, claro no somos rico, pero mi padre devenga un buen sueldo.

Doy un suspiro y le respondo.

— Bueno, si debes ir y es tu empleo no somos quien para detenerte. —digo resignada y hago un mohín de tristeza.

—Mis niñas. — dice mi padre abrazándonos a ambas. —son asuntos que nos benefician a todos ¿sí?

Ambas asentimos en repuestas. 

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Voy llegando a la universidad y está mi amiga haciéndome seña como si fuera agente del tráfico. Si bien me engaño mi mejor amiga una vez, pero aún tengo amistades, nada es igual y no hay la misma confianza pero ahí vamos.

No bien aparcó cuando está como loca tocando el cristal de piloto.

— Vas a romper el cristal y si lo rompe lo pagaras efectivo, aunque tengo un seguro full. — le digo molesta.

— Disculpa, si sé que tienes ese humor tan horrible  mejor ni te molesto. —dice un poco cabreada.

Suspiro y le digo.

— Discúlpame Adela es que esta mañana no ha sido muy buena. —le digo apena.

— ¿Que paso, estas bien? — me dice con preocupación,  es que solo digo que algo no es bueno cuando realmente es muy mala la cosa.

— Sabes, hace ya un año mi padre no viajaba y se va por dos meses, eso es mucho. —digo y lágrimas salen de mis ojos. la muerte de mi madre caló muy fuerte en mi y he encontrado todo el soporte en mi padre y estar dos meses lejos de el enserio me duele. Si, si  pensarán que soy un show caminando, es que desde que mi madre se fue, mi padre es mi héroe, al que tuve que acudir cuando mi primer periodo, el que me aconsejó en mis amoríos, con quien llore el engaño de esos fulanos llamado ex-novio y ex- amiga. Él es mi todo.

Antes era una rutina viajaba por lo menos dos y tres veces al año, pero esta vez ha durado más para irse, y eso me ha reconfortado un poco.

Adela me abraza y me dice que me tranquilice que él vendrá y que no es como si se va para siempre.

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Nos fuimos al aula y la hora de clase pasó más lenta que una marcha de caracoles cojos, super lenta. Me duele la cabeza y aún tengo que ayudar al entrenador de basket de la universidad.

— Entrenador Carlos, buenas tardes. — le digo con un efusivo abrazo. no es por ser fanfarrona ni nada por el estilo pero soy muy buena en clases y basket y con el equipo docente de la universidad me llevo muy bien. 

— Buenas tardes, ¿Lay como estas hija? —responde y pregunta el entrenador.