Siempre tú, Petra

Capitulo 1

Viento y sol, eso es lo que disfrutaba ahora que estábamos en pleno verano aquí en Londres. Aunque para muchos el frío era mejor, para mí se hacía insoportable, así que prefiero mil veces el calor. Me sentía ligero, de buen humor y muchas cosas más, todo gracias al clima. 
Caminaba relajado hasta la plaza que estaba frente a mí. Estaba tan sumergido en mis pensamientos hasta que noté como mi mejor amiga, Layla Evans, venía toda emocionada hacia mí.

—Dime que vas. — Dijo.

—Hola Laylah, ¿Cómo estás?. Oh, me alegro, yo también estoy muy bien.

—Hola Allen,¿Cómo estás?. Yo muy bien. Ahora dime qué vas.

—Que vas. — No pude evitar reír por mi mal chiste. —Yo también estoy muy bien. 
Me miró con su mejor cara de poker y rodeó los ojos.

—Por tus chistes malos es que estás soltero. —se burló.

Ouch eso dolió.

—¿A dónde va Allen?— Se sumó Alec Klein, mi mejor amigo.

Habíamos quedado en juntarnos en una plaza para luego ir a mi casa y ver alguna película o pasar el rato.

¿Cómo describirlos?
Por un lado estaba Laylah de 20 años , 1.65 de estatura, tenía el cabello negro, tez morena pero no tanto y también era la alegría del grupo, si necesitabas algo, por muy pequeño que fuera, ahí estaba ella con su sonrisa, dispuesta a ayudarte. Precisamente así la conocí, hace dos años, necesitaba ayuda con unas cosas del supermercado ¿Loco, no?.

Luego estaba el irresistible Alec que era lo opuesto a mí, rubio, tez blanca, 1.80 y un imán para las chicas, pero buen muchacho, a diferencia de Laylah. Lo conozco hace un par de meses por una fiesta de amigos que teníamos en común.

Salí de mis pensamientos para contestar.

—El festival del fin de semana, y no voy. No tengo ganas.

Cuando por fin llegamos Laylah y Alec fueron los primeros en entrar y tomar asiento en uno de los sofás negros. 
Mi casa era bastante simple: dos pisos, cuatro habitaciones, cuatro baños, pero lo que más me gustaba era que tenía un jardín y un árbol, perfecto para leer o simplemente tomar un descanso. Los chicos solíamos comer fuera si el clima lo permitía y esos eran momentos en los que sentía que todo estaba bien para mí.

—Allen piénsalo bien, no quiero arrepentimientos después.— 
Alec alzó ambas cejas, él solía decirme que si no iba a tal parte después no me hablaría, y sí que lo ha hecho, pero duraba solo unos días, porque es obvio que no puede vivir sin mí.

—¿Cuándo es?— Pregunté a Laylah, quien tenía unos folletos con toda la infomarción.

—El sábado. —contestó, entregándome el folleto.

—Tienes hasta el sábado en la mañana para confirmar, iremos a la hora de almuerzo hasta que se haga de noche.

No era muy fan de quedarme hasta muy tarde, pero sí de ver a mis amigos felices, así que lo haría por ellos.

—Y bien, ¿Quieren ver una película?—
Les pregunté mientras me paraba del sillón para ir a la cocina a preparar unos snacks.

—Por eso estamos acá. —ambos contestaron al unísono.

Me llevé una mano al pecho simulando que m había ofendido sus respuestas. 
Me dirigí a la cocina para preparar unas palomitas y unas cuantas cosas más.

Una vez tuve todo listo lo llevé a la sala de estar.

—¿Me ayudas? — Pregunté a Laylah, quien respondió extendiendo sus brazos para recibir la bandeja con comida y bebidas mientras yo acomodaba la mesa que teníamos frente a nosotros.

Después de un rato decidiendo que película veríamos nos decidimos por tres y las tres eran de terror. En esta casa se amaba el terror y todo lo relacionado a ello.

(…)

—Ay es obvio que la va a matar. —susurró Laylah mirando atentamente la pantalla.

—¿Ya la viste?— Preguntó Alec de la misma manera.

Laylah despegó la mirada de la pantalla para poder responder pero de ésta salió un grito y acto seguido se vió como la protagonista moría en manos del asesino.

—¿Ves?, te lo dije. —alzó sus hombros.

—Bueno a mí me pareció muy buena. —opiné. 
—Es porque tú te emocionas con todo. —Alec río.

—Excepto con las relaciones.—

—Laylah… —

Debía reconocer que esto último si me había dolido, sobre todo porque siempre hacía bromas respecto a mis problemas en relaciones anteriores.
He tenido varias relaciones pero ninguna pasa del año, creo que es una maldición de alguna de mis exs, quien sabe.

—Sabes que te amo, y no lo digo de mala manera, son solo bromas.

—Bueno chicos ya es hora de que Laylah y yo nos vayamos, mañana tengo que llevar a Sam al veterinario y ésta niña se ofreció a acompañarme. — Nos interrumpió Alec.

Me despedí de ellos y les pedí un Uber porque ya se había hecho muy tarde y no quería que les pasara nada. 
Una vez estuvieron en el auto me volví a despedir.

—Me avisan cuando lleguen a casa, por favor.—

—Claro que sí, como siempre. — Contestó Laylah y el auto arrancó. 
Entré a casa. Me dispuse a ordenar un poco y ver la tele ya que mañana no tenía nada que hacer. Había sido un gran día y estaba agradecido de haber compartido con mis mejores amigos.

Estaba acomodando los cojines del sillón cuando me entró una un mensaje de los chicos avisándome que ya habían llegado a sus perspectivas casas y que estaban bien. Respondí con un Que bueno, descansen. Me senté en el sillón para ver la tele. 
(…)

El viernes lo pasé solo, pues los chicos tenían que ir al veterinario con el perro de Alec.

Era sábado, y sí,  Alec a las 8:00am me llamó exclusivamente para saber mi respuesta. Después de dudar unos minutos, finalmente dije que sí, después de todo, ¿Qué podría pasar?



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En el texto hay: tristeza, romace, amor

Editado: 15.06.2021

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