Silencio

Capítulo 10 - Hospital

Quería que es ese beso durara para siempre pero no pudo ser así, tomé un taxi y fui directo al hospital para ayudar ya que teníamos una emergencia. En todo el camino no pude dejar que pensar en la asombrosa noche que pasé con Luzbel, la cena, las charlas, las estrellas y el beso... ese beso. No podía dejar de sonreír lo cual causó que se me adormecieran las mejillas y para colmo me hizo que quisiera sonreír más. ¿Qué iba a pasar? ¿Qué somos ahora? ¿Qué pasará con mi madre? Ella me matará, ni siquiera entiendo por qué le desagrada tanto Luzbel, es un ángel, bueno... Si no se entera ella no podrá decir nada, además, ¿Qué tan difícil puede ser esconder una relación? y ahora, ¿Cómo se lo diré a Luzbel? Pero aún no somos algo creo... wow que lio.

El taxi se detiene, le entrego un billete y me dirijo rápido al hospital, al entrar veo algo muy extraño, veo muchos heridos, algunos de gravedad, y veo a muchos de los doctores correr de un lado a otro, veo a mi madre dirigirse a mí con una bata de doctor.

―Que bueno que llegaste, todos llegaron con heridas de balas o cortadas muy profundas, algunos no están gravemente heridos, los de tercer año los están cuidando. Nosotros nos encargaremos de los gravemente heridos ―caminos deprisa a la otra sala, le dejo mis cosas a Janeth, la secretaria.

Mi madre abre una cortina en donde veo a un chico, este está muy quieto, miro a mi madre me da la orden para que me encargue de él y se va, me acerco a examinar al chico.

―No sabemos que es lo que tiene y por su estado inestable no lo examinamos al 100% ―una asistente me explica nerviosa

― ¿De qué año eres? ― le pregunto mientras examino el cuerpo, solo veo unos golpes pero nada que sea de suma importancia.

―Te...r...cero ―responde muy nerviosa―. Soy Lauren

―Bien Lauren, si vas a ser doctora debes estar cuerda siempre, esto es importante y no puedes titubear, intenta calmarte y Ayúdame ―la chica asiente y me ayuda a buscar una marca o algo.

―Bingo ―al buscar por el cuello, pude notar una mancha de sangre al seguir la línea llegué a la conclusión que tenía un disparo en la cabeza―. Tiene una bala en la cabeza, debemos operarlo

Con ayuda de los asistentes trasladamos al paciente a la sala de operaciones, el tiempo era oro, necesitaba demasiada concentración, el estado el paciente era crítico la bala se encontraba en una parte delicada del cerebro pero milagrosamente no dejo daños al pasar, con unas pinzas especiales tenía que sacar la bala, estaba nerviosa por dentro, un movimiento erróneo podría tener grandes consecuencias, los segundos parecían horas, ya estaba muy cerca de la bala, el pulso del paciente se estaba acelerando peligrosamente, cerré los ojos y tome la bala, la saqué lentamente y los asistentes se encargaron para que el paciente vuelta a estar estable. Luego de trasladar al paciente a un cuarto para que descansara, fui a ver a otro paciente, me sentía como en la serie de SALA DE EMERGENCIAS, estar aquí era una cosa de locos, vi a mi madre hablando con Janeth, me acerco a ellas

―Escuché que tu operación fue un éxito ―mi madre me mirada―. Claro, yo lo hubiera hecho más rápido ―bromea.

―Si aja, acéptalo abuela, te estoy destronando ―Janeth y yo chocamos los 5, las tres reímos.

Atendí a un par de pacientes más, estaba agotada y necesitaba una baño, tenía que ver a un último paciente, mi madre dijo que este paciente era importante así que tenía que dar lo mejor de mí por ayudarlo, aunque según leí no tiene heridas graves pero era mi último paciente así que no me quejo, corro la cortina y saludo al paciente.

―¿Mala noche? ―digo sarcástica y me acerco a la camilla aún sin mirar al paciente.

―Nos vemos otra vez ―levanto la mirada y frente a mí se encontraba Jason―. Hola ― me sonríe de una manera extraña, no es la sonrisa de Luzbel, no sé explicarlo pero cuando lo vi sentí los escalofríos recorrer mi cuerpo.

―Oh, hola ―saludo cortésmente―. Veamos qué es lo que tienes ―Jason se quita la camiseta que se encuentra manchada con sangre―. Explícame que es lo que pasó, ¿Conoces a los demás pacientes?

―Eso no es tu incumbencia linda ―se voltea y puedo ver cortadas en su espalda, nada grave―. Solo cúrame ―dice con un tono frío y directo.

Primero tuve que desinfectar las heridas, las heridas sangraban un poco, algunas tenía que cocerlas y a otras solo ponerle gasas, Jason fue valiente, no quiso que le pusiera anestesia. Su pecho y espalda tenían muchas cicatrices y tenía mucha curiosidad por saber qué es lo que le pasó a todos. Luego de terminar con Jason fui a la sala de doctores para descansar, mi madre y otros doctores entran minutos después.

―Hiciste un buen trabajo Ada ―me felicita uno de los doctores.

―Gracias, ¿Alguno sabe qué es lo que les pasó a todos los chicos? ―pregunto.

―Ninguno quiso decirnos, esto ya es tema de la policía― afirma una doctora.

― ¿Cómo te fue con Jason? ―pregunta mi madre.

―Bien, es algo...  ―no puedo terminar mi oración porque no encuentro la palabra.

―Quiero que revises sus avances y que vayas con él al baile, viene de una familia importante y queremos hacer tratos con él, sé amable con él, hija ―dice como si nada mi madre.

―NO ―respondo subiendo un poco la voz―. No haré eso.

―Adara, aquí no ―toma mi brazo apretándolo y me saca de la sala para ir a un lugar más privado―. Yo no te pregunté si la harías o no, yo te lo ordeno ―me mira desafiante.

―Yo tampoco titubeé, no voy a ir con él madre, ya tengo 22 años, no puedes estar obligándome a hacer ciertas cosas contra mi voluntad ―la miro desafiante y me pongo firme, ella suelta una risa amarga.

―¿Y con quién se supone que irás, con Luzbel? ―Se sigue riendo sarcásticamente, yo me quedo callada y eso responde su pregunta, ella deja de reírse y me mira muy seria―. NO Adara, NO IRÁS CON ÉL, TE LO ADVIERTO.

―No puedes hacer nada para que cambie de opinión ―me alejo enojada.




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