―¡NO! ―Luzbel despierta agitado, su pecho subía y bajaba, estaba sudado.
―Ey ey, solo fue un sueño ―me levanto y lo abrazo―. ¿Estas bien?
―Sí, si... fue un sueño ―frota su rostro con sus manos, yo le doy un pequeño beso en el hombro y le froto la espalda.
―¿Quieres hablar de eso? ―lo miro preocupada.
―No preciosa, tranquila ―me regala un beso―. voy a tomar una ducha― se levanta de la cama y se mete al baño, yo me tumbo en la cama y suelto un suspiro, ¿Qué fue eso?
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Luzbel y yo desayunamos en la habitación, quise hablar con él sobre su pesadilla pero él insistió que fue solo un mal sueño, nos quedamos toda la mañana en el cuarto viendo películas y charlando, yo empecé a avanzar mis últimos proyectos y Luzbel me ayudaba con algunos detalles aunque mayormente hacíamos bromas. Como comimos muy tarde decidimos no almorzar y salir de frente a pasear en bote, Luzbel me lo quería mostrar desde que llegamos y por fin lo veremos.
El camino al río fue interesante, fuimos acompaños de algunas otras personas, me sorprendió lo sociable que era Luzbel con todos, en el camino se ponía a hablar con la gente y con los guías, como si se conocieran de toda la vida, al llegar al río nos dieron una lancha a cada dos personas.
―Luzbel yo nunca me subí a un bote― confieso un poco asustada
―Tranquila preciosa, yo estoy aquí― me ofrece su mano para subir al bote y la tomo gustosa―. Muy bien linda
Al principio todo fue muy lindo, el agua estaba tranquila pero luego se empezó a poner caudaloso, el bote se movía bruscamente y me empezaba a asustar, las demás personas se divertían, que personas tan locas ¿No aprecian su vida acaso? Cerca nuestro pude ver unas rocas y el agua estaba más caudalosa.
―Ara, estoy aquí contigo, no va a pasar nada― y si pasó, nuestro bote chocó con un piedra y caí del bote.
No puedo describir lo que pasaba en ese momento, todo pasó muy rápido.
Estaba desesperada, el agua me arrastraba y me hundía por ratos, hasta que choqué con algo, con algo muy duro, me dolía la cabeza, estaba cansada. Empecé a cerrar los ojos, no tenía fuerzas.
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Siento pequeños golpes en mi pecho, todo está oscuro y no veo a nadie pero podía escuchar voces, una voz en especial, Luzbel.
―¡Preciosa despierta, por favor!― sentía como me sacudían pero no podía moverme
Nuevamente sentí una fuerte presión en mi pecho, algo salía de mí y por fin pude abrir los ojos, ya podía respirar.
Mucha agua sale por mi boca y empiezo a toser desesperadamente, busco más aire para mis pulmones, siento como alguien me golpea suavemente mi espalda.
―¡Dios! casi muero del susto― Luzbel me abraza como si no me hubiera visto en años
―¿Qué pasó? Me duele la cabeza― toco la parte adolorida pero me duele un poco más
Empecé a ver mí alrededor, muchas personas me veían preocupadas, el guía hablaba por teléfono y Luzbel buscaba mi mirada, él estaba a mi lado acariciando mis mejillas.
―Caíste del bote― me mira triste―. la corriente te llevó y te golpeaste la cabeza con una piedra, un bote que estaba muy cerca tuyo te recogió― me toma las manos- lo lamento tanto Ara
―No fue tu culpa― cada palabra me dolía, mi garganta me ardía y mi cabeza me mataba del dolor
―Sera mejor que te lleve a un hospital― sugiere Luzbel, no tenía ganas de negarme, necesitaba algo para el dolor, así que solo asentí.
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Ya me encontraba en un hospital, me hicieron unas pruebas pero todo estaba en orden, me dieron unas pastillas para el dolor de cabeza.
Le pedí a Luzbel que no fuéramos directo al hotel, quería caminar, necesitaba aire fresco, en el camino no hablamos casi nada pues fue un día algo intenso. Pero disfrutaba de su compañía, caminar y apreciar ese momento, porque a veces es eso lo único que uno necesita, estar en SILENCIO y tener una buena compañía.
―¿Cómo te sientes?― me pregunta Luzbel, caminábamos tomados de la mano, yo apoyaba mi cabeza en su hombro
―Mejor ahora― le sonrío
―Ara lo lamento, debí cuidarte mejor― se detiene y me mira triste―. no sé qué hubiera hecho si algo malo llegaba a pasar, si...
―SH... no pasó nasa, estoy contigo― lo interrumpo―. todo está bien, nada de lo que pasó fue tu culpa
Lo abrazo y le regalo un beso, un dulce beso, de esos besos que te transmiten tranquilidad, uno suave y con mucho amor. Nos quedamos mirando y pude ver el amor en sus ojos, sé que él también lo vio en los míos, no me cansaba de perderme en sus ojos.
Mi teléfono interrumpe aquel mágico momento entre nosotros, veo mi celular y me exalto al ver que era mi madre quien llamaba, ¿Por qué siempre interrumpe estos momentos?
―Hola mamá― intento sonar lo más tranquila posible―. ¿Qué tal?
―Bien Adara! ¿Cómo estás?― pregunta mi madre, rápidamente se me viene a la mente la imagen donde estuve ahogándome
―Muy bien, todo es muy divertido― respiro profundamente―. necesitaba un chapuzón y un aire diferente
―Me alegra, ¿Cómo está Emily?
―Pues... ella está muy bien― respondo
―¿Podría hablar con ella un segundo?― pide mi madre
―Bueno... ella está durmiendo ahora pero cuando despierte le digo que te llame― mi madre sospecha un poco―. mamá, muero de hambre, me voy a cocinar algo... Adiós― cuelgo el teléfono
Volteo y veo a Luzbel con los brazos cruzados
―Creo que necesito una explicación― Luzbel se ve un poco serio
Me senté en una banca para poder explicarle todo a Luzbel, no lo voy a negar al, principio fue muy incómodo pero Luzbel no mostraba ninguna expresión de molestia en su rostro, escuchó pacientemente hasta que terminara de explicarle toda la situación y pedirle que todo lo que pasara entre nosotros sea un secreto hasta que sepa cómo decirle a mi madre.