Pasaron 2 semanas después de la boda, Adara evitaba compartir palabras con Jason, su forma de evitarlo era olímpica, en estas dos semanas solo hablaron 2 veces. Debido al matrimonio, Adara tuvo que mudarse junto a Jason, la casa era enorme y fría, lo cual era conveniente para Adara pues estaría más alejada de Jason. No la dejaban hacer nada, no la dejan salir, no la dejaban socializar, no la dejaban hacer nada. Lo único que Adara podía hacer en su tiempo libre era leer o caminar por la desolada casa. Para Jason, el que Adara no haga nada le conviene mucho, para él, ella solo es un trofeo, un trofeo que se niega perder.
Siempre que Adara intenta ayudar en algo, ya sea en la cocina o en la limpieza, Jason la encierra en su habitación. Adara odia cuando Jason hace eso, le dan ganas de romperle un florero en la cabeza. Ahora mismo, Adara está encerrada en su habitación.
―Te tengo una sorpresa ―Jason entra a la habitación.
―¿Te vas a morir? ―pregunta Adara, mirando por la ventana.
―NO ―responde Jason molesto―. Compré un televisor, sé que te aburres así que esto te distraerá todo el día.
―¿En serio? ―dice Adara con ironía y enojo―. ¿Piensas tenerme así siempre? Como un mueble, sin hacer nada, encerrada, secuestrada aquí, ni siquiera me dejas salir, no me dejas ayudar, no me dejas hacer nada. Soy tu esposa no tu puta mascota
―Cuida tus palabras Adara ―amenaza Jason―. no confío en ti, eso es todo. Y si yo quiero puedo mantenerte hasta atada.
―Inténtalo y la muerte nos separará más pronto de lo que esperas ―Adara lo encara.
―Que valiente te crees, nunca podrás enfrentarme, soy hombre, soy mucho más fuerte que tú ―se burla Jason.
Adara impacta su rodilla con la entrepierna de Jason, este cae al piso y se retuerce de dolor, acto seguido Adara patea su estomago
―¿No que no podía, imbécil? ―Adara sale corriendo de la habitación, jamás corrió tan rápido en su vida, la casa era enorme, conocía la salida trasera de la casa. Esperaba que hoy no hubiera nadie vigilando. ¡Bingo!
La puerta se encontraba sin seguro y nadie estaba cerca, salió y después de tiempo sintió la brisa y el sol, pero no era tiempo de disfrutarlo, era tiempo de correr. Corrió por los patios, sintiéndose feliz y libre, por fin, hasta que tropieza con un chico, Adara se para rápido y mira al desconocido.
―Ey ey ey, ¿Estas bien? ―pregunta el desconocido, Adara se aparta un poco―. Tranquila, soy el jardinero, Juan
―Soy Adara ―responde Adara con miedo y nerviosismo, debía irse antes que la encontraran.
―Eres la señora de la casa ―recuerda el chico―. ¿Estas huyendo del amo? ―Adara se queda en silencio―. Déjame ayudarte, sé exactamente por dónde ir, nadie te verá ―el chico le ofrece la mano.
―Grac... ―Adara le da la mano y Juan la jala y la aprisiona en su cuerpo―. Suéltame, suéltame.
―Aquí está amo ―grita el jardinero―. Tengo a su esposa
Jason aparece en el jardín trasero, está muy enojado.
―Gracias Juan, serás bien recompensado ―toma a Adara fuertemente por el brazo―. En cuanto a ti...
Jason arrastra a Adara por toda la casa, algunos empleados miran la escena con pena e impotencia. Adara sube las escaleras como puede, puesto que Jason la jala sin importarle que tan rápido o fuerte sea para Adara, al llegar al piso de arriba la empuja dentro de una habitación.
―Eres un im ―las palabras de Adara son callados por una bofetada proveniente de Jason, la habitación entera se encuentro en un silencio sepulcral―. me golpeaste.
―Cállate ―grita Jason, asustando a Adara―. ¿Crees que puedes hacer lo que me hiciste, crees que puedes escapar de mí, Adara?
Adara se encuentra en silencio, en shock, Jason la había golpeado. Si algo había aprendido estas dos semanas era quedarse en silencio cuando Jason explotaba así.
―Te enseñaré lo que es respetar a tu esposo ―amenaza, acercándose molesto a Adara.
Luzbel
Todo el lugar se encontraba tenso, no me dejaron hablar con el ¨papá de Adara¨, suelta la bomba y se va como si nada. Lo que más me llenó de curiosidad es por qué todos se tensaron cuando él entró, nadie se pone así ni con mi padre, se ve que es muy importante aquí. Debo averiguar todo sobre ese hombre y sé quién podrá ayudarme.
―Dan, necesito tu ayuda ―me acerco a él
―Hola ―saluda fastidiado, él y yo jamás nos llevamos muy bien―. supongamos que te ayudo, ¿Qué quieres hacer?
―Quiero saber quién es ese hombre, el de la otra vez ―le recuerdo―. ¿Por qué tiene tanta autoridad?
―Luzbel detective ―se burla―. Edward no es alguien que debas investigar, Edward es muy importante aquí y no es muy amable con todos aquí. Si hay algo que le molesta son los metiches.
―Quiero saber por qué abandonó a Adara, por qué es tan importante ―discuto.
―Me advirtieron que serías muy curioso ―su voz se escucha atrás mío, Dan se pone erguido mirando al frente―. Acompáñame Luzbel
Volteo y lo sigo, los primeros 10 minutos no dice nada, solo camina por los pasillos, yo armo mis preguntas.
―Te mandamos al pueblo con un solo objetivo ―habla―. y fallaste.
―No tenía idea que usted tenía tantos enemigos ―Edward se detiene.
―Melany no es una amenaza, no es capaz de hacer nada ―suspira.
―Pero sí pudo torturar a tu hija y la casó con un Mitchell ―contraataco, él se detiene nuevamente, sin creer lo que dije―. ¿Por qué abandonaste a tu hija? La dejaste sola, con esa mujer
―La dejé con su madre, ella iba a estar mejor sin mí ―responde con simpleza.
―Ella era una niña, una inocente niña ―subo la voz―. ¿Cómo iba a saber que era para su bien, desde cuando abandonar a tu hija es para su bien?
―No me hables así, muchacho ―amenaza―. yo amaba a mi hija, por eso la mandé a traer
―Que buen padre ―respondo irónico―. Toda hija quiere que su padre, quien no ve desde que era una pequeña niña, la mande a secuestrar y la arrastre de esa manera a un asqueroso mundo.