Silencios que matan

Capítulo 23

Al llegar a la escuela buscó a Juana desesperada y se la llevó aún lugar alejado pues no quería que Rafael la encontrara en cuanto llegara. Le gustaría no volver a verlo en todo el día, pero volver a casa no era una opción así que solo se le ocurrió ir a la escuela. Ya se encargaría de evitarlo.  

-¿Qué pasa? ¿Por qué llegaste así? ¿De qué te escondes?

-De Rafael

-¿Rafael Rafael? ¿él que tú y yo conocemos? 

-Si, de ese Rafael -dijo con la respiración entrecortada.  

Había llegado corriendo hasta allí y su corazón reclamaba aire.  

-Pero ¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Te hizo algo? ¿Tan mala fue la cita?

Negó con la cabeza.  

-La cita estuvo increíble, pero no quiero hablar con él. El por qué es algo complicado de explicar así que, por favor, no preguntes.

Juana la miró con una ceja levantada como si estuviera pensando que estaba demente.  

-Esta bien, ya sabrás lo que haces. No es nada de lo que deba preocuparme ¿Verdad? 

-No.

Ni siquiera ella sabía si debía preocuparse de lo que había pasado. Dios, había comparado a Rafael con Gabriel y luego se había ido corriendo como una loca, si había algo de que preocuparse era de su salud mental.  

-Sabes, sigo alucinando con él beso que se dieron en tu casa. ¿Sentiste mariposas en el estómago?

Ambas se sentaron en el pequeño murito del pasillo.   

-Si, sentí eso y mucho más. Fue lo mejor.

Suspiró

-Te gusta mucho.

 Erika bajo la vista al suelo sin saber si lo que iba a decir era bueno o malo.  

-Estoy enamorada de él.

Juana sonrió.

-¡Lo sabía!, es evidente que lo estás. ¿Pero piensas darle una oportunidad si te la pide? 

-Lo hizo ayer

-¿Enserio? Es increí...-  

-y le dije que no.  

La emoción que había en el rostro de su amiga se fue de golpe.  

-Ohhh, ya entiendo porque te estás escondiendo, yo también lo haría si fuera tú.

Ella estuvo a punto de abrir la boca para decirle que no se estaba escondido de él por eso, pero no quiso derrumbar su teoría y tener que explicarle la verdadera razón.  

-¿Puedo preguntar por qué lo rechazaste?

-Técnicamente ya lo preguntaste.  

-Bueno, ¿Quieres responder?

-Todo es complicado con él. Lo quiero, pero… no creo que funcione,  así que prefiero no ilusionarme ni ilusionarlo.

-Nunca vas a saber si puede funcionar o no hasta que lo intentes, con Ángel me pasó y me arrepiento de no haber aceptado lo que sentía por él mucho antes. Si lo hubiera hecho, lo habría disfrutado más- se quedó pensativa por un momento. -Pero bueno no quiero entristecerte con eso, solo digo que pienses bien las cosas porque al final tú eres quien decide y también eres quien en un futuro va a mirar hacia atrás para arrepentirse o para pensar que fue la mejor decisión que pudo haber tomado. ahhh y recuerda que sin importar lo que decidas, aquí estoy.  

-Ya lo sé, gracias -se acercó y le dio un abrazo. 

Evitar a Rafael no le resultó porque en el curso él estuvo escribiendo papelitos y pasándoselos, y en cuanto tocaron el timbre para salir a recreo se le acercó.  

-Necesito hablar contigo.

Ella evitó su mirada. 

-No quiero hablar.

-Por favor, Erika. Mira siento mucho haberme alterado de esa manera, no debí haberlo hecho, y tienes toda la razón en no querer ni verme, pero enserio necesito hablar contigo. Después, si quieres te dejo en paz.  

-Bien, nos vemos en el pasillo del tercer piso a la hora del almuerzo.

Dicho esto se marchó.  

Las horas pasaron a paso de tortuga y cuando por fin, en medio de una operación matemática el timbre marcó la hora del almuerzo, Erika sintió que su corazón se agitó y miró a Rafael. Esa fue la primera vez que no entendió su mirada y es que en esta no había ninguna emoción en específico, más bien había mar de ellas mezcladas unas con otras y no sabía cómo interpretar aquello.  

... 

-Mi padre se quitó la vida hace unos años -dijo yendo al grano de una vez. Érika concentró toda su atención en Rafael y lo vió pasar saliva. 

Se notaba lo mucho que le costaba hablar del tema.   

-Y cuando nos conocimos, en realidad fui hasta debajo del puente porque quería irme con él… No contaba con que alguien que me había atropellado con su bicicleta momentos atrás estuviera allí. No contaba con que me salvaras la vida. 



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En el texto hay: tristeza, amigos y amor, seretos

Editado: 23.06.2023

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