Sin Escape

Capitulo 46- Decisión.

Cristóbal estuvo dos increíbles días en la finca con nosotros.

Estuvo encantado con todo el lugar y con su familia. Cuando mis tías supieron de su existencia no podían con la emoción y al verlo no contuvieron las lágrimas. Todos coincidimos en que si mi abuela y mi mamá estuviesen con vida, esto les hubiese generado mucha alegría.

Un hermoso nieto y bisnieto.

Puedo cerrar los ojos e imaginar la emoción que hubiesen sentido al ver a este precioso niño de cabello rojizo entre nosotros.

-Ojalá estuviesen aquí conmigo. Susurro en medio del bosque.

Son aproximadamente las 11 de la mañana y he decidido dar un paseo por los alrededores de la finca. En un momento me he topado con el río y he decidido estar un rato aquí.

Este lugar me trae muchos recuerdos, desde mi infancia y sobre todo de unos meses atrás con Caín.

Muevo mis pies entre el agua y mientras permanezco sentada en la orilla, recuerdo que este fue el mismo lugar donde Caín y yo nos dimos nuestro primer beso.

Caín.

Según lo que me ha dicho Vanesa, su viaje está pautado para el fin de este mes. Dos semanas para ser exactas y confieso que esto me deja en vela por las noches.

-Hola. Me sorprende la voz de Ruth.

-Hola. Contesto sin apartar la mirada del agua y siento como ocupa un lugar a mi lado.

-¿Que tal tu brazo?.

-Ya mejor. Contesto mientras lo levanto sin tanta dificultad. Confieso que en estos últimos días he estado rehabilitandolo por mí misma y sobre todo, gracias a la ayuda de mis tías.

-Te he visto un poco dispersa estos últimos días. No creo que se deba a lo de tu sobrino.

-No es eso. 

-¿Y que es lo que te sucede?.

-La existencia de Cristóbal me tiene feliz y hasta hemos planificado que venga en vacaciones.

-Pero. Agrega mientras se quita sus botas y sumerge los pies en el agua igual que yo.

-Es Caín. 

-Mi tío nos contó que las cosas entre ustedes no estaban bien.

-¿Eso les dijo?.

-Si y que evitaramos hablarte de el. ¿Es algo grave?.

-No lo sé.

-¿Y ahora qué te perturba?.

-El me mintió. Confieso mirándola a los ojos.

-...El dijo que era libre y nunca me amó. Canta y yo la codeo sin evitar reírme.

-Loca.

-Elisa. Paz y amor. Vamos, no le des tantas vueltas a las cosas. 

-No es tan fácil. Respondo.

-Claro que lo es. Tienes un hombre que te ama y tú lo amas a el. Además por lo que sé, se va de viaje con esa rubia de la que me has hablado y que según tú es muy bonita, y repito que según tú, ellos fueron pareja tiempo atrás.

-Si.

-Elisa Cristina Villasmil. Dios es testigo de lo que te voy a decir. Si no defiendes tu amor con ese hombre. Iré por el, sabes que Caín es el hombre que toda mujer desea.

-Lo sé. Pero no lo harás. Aseguro mirándola.

-No. Además, el te ama. Vamos nosotras no somos las que se rinden tan fácilmente.

-Cometí un error.

-¿Y eso qué?. Todos lo hacemos.

-Pero quizás...

-No, no, no. Cállate. Vamos.

Veo como se incorpora y una vez de pie me ayuda a levantar.

-Necesito que te vayas a Caracas y recuperes a ese hombre tan guapo que tienes por esposo. Elisa no lo dejes ir.

-Es q...

-Que te calles. Dice y yo sonrío.

-Okey. Ya. Musito cuando la tengo frente a mi.

-Prométeme que serás Feliz. Dice mirándome a los ojos.

-...Todos aquí te queremos ver feliz. No te atormentes más. Hazlo por... Eduardo, tu madre y mi abuela Elena. Si ellos estuviesen vivos estarían disgustados contigo.

-No es tan fácil.

-Claro que lo es. ¿Amas a Caín?. 

-Si. Confieso con una sonrisa tonta en mis labios.

-Se te ve. Así que ya no hay más que hablar. Vamos te llevo al terminal.

-¿Qué?. Digo sorprendida.

-Como lo oyes. Ninguna Villasmil ha dejado al hombre que ama y no serás la primera. Camina rápido. Agrega y es así como después de tomar nuestros zapatos nos dirigimos a la casa.

A la hora, estoy despidiéndome de todos y prometiéndo volver con Caín. La mayoría ya sabe lo que está pasando en mi relación y al igual que Ruth, mis tías coincidieron que no podía dejar que nuestro amor se terminara así por así.  Después de abrazar a cada uno y salir de la finca, llegó 15 minutos después al terminal.

Luego de comprar el pasaje hasta Caracas, cierro los ojos y cuento mentalmente las horas para estar con el.

Debemos hablar. 




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