Entonces regresé la llamada a Óscar.
— Qué pasó amor? Estuve algo ocupada.
— Nada Juli, es solo que confronté a Emilio y mi padre al darse cuenta lo obligó a irse. Solo quiero que tengas cuidado y no dudes en decirme cualquier cosa que te parezca sospechosa.
"Maldición", pensé. Seguramente Emilio estaría furioso. Por suerte mi madre aún estaba conmigo pero aquello me dejó preocupada. Últimamente la vida me traía en una montaña rusa de emociones y circunstancias que me hacían sentír como una marioneta, incapaz de retomar el rumbo y el ritmo por mi propia voluntad.
Le conté que todo había ido bien en la reserva y él me dijo que apresuraría las cosas para salir de su actual empleo y comenzar a trabajar en el corporativo. Aún no le comentaba nada a su padre sobre nosotros y eso estaba bien para mí así que seguimos con el plan de celebrar su cumpleaños. Nos encontraríamos el viernes por la noche en un bonito resort que para mí estaba a unas 3 horas de camino en auto y pasaríamos ahí todo el fin de semana.
Pero algo sucedió, la tarde el viernes, cuando el chofer me dejó frente a mi departamento dos hombres que estaban junto a una camioneta estacionada me acorralaron y uno de ello cubrió mi boca con un paño, después de eso no supe nada.
Cuando desperté me encontraba sentada y atada en el asiento trasero de auto, tuve un poco de vértigo y al escuchar que una de las puertas se abría me llené de miedo.
— Por fin despiertas Juliette — al instante reconocí la voz de Emilio y en vano intenté gritar y soltarme — Tranquila, no voy a lastimarte, solo quiero que disfrutes el show — se sentó junto a mí.
Un hombre se acercó a la ventanilla para entregarle una tablet y él me mostró lo que en ella se reproducía. Fue horrible la sensación que tuve al ver la transmisión donde se veía Óscar amordazado y encerrado en la cajuela de un auto. Él no podía gritar pero se notaba su desesperación.
Con mis puños atados comencé a golpetear a Emilio — Eres un estúpido — exclamé — ya suéltalo, sabes que tiene claustrofobia.
— Claro que lo sé, por eso ni siquiera hubo necesidad de golpearlo, es un cobarde.
— Eres despreciable — le dije mirándolo de frente. Qué es lo que quieres?
— Ahora si te interesa lo que quiero Juliette? Te pedí varias veces que dejaras de interponerte en mis cosas, ya bastante molesto es vivir bajo la sombra de tu hermano. Pero resulta que mis sobrinos solo hablan de lo asombrosa que eres, te quedaste con mi puesto y con lo más cercano a un amigo que he tenido y ahora quieren alejarme de la única cosa por la que siempre he luchado.
— Es tu culpa que las cosas hayan salido así, eres un idiota arrogante, dime lo que quieres de una vez.
— Que supliques piedad. Suplica que deje ir a Óscar, suplica que yo vuelva a ser el director de la extensión en éste país. — Se sentía como si mi sangre comenzara a hervir, no comprendía como es que una persona podía llegar a ser tan insensible, mi corazón latía con fuerza y mi boca no era capaz de dirigir súplicas a áquel hombre. — Sabes Juli, pensé que eras más lista, más fuerte, dabas esa impresión, pero te enamoraste de un idiota que habla bonito, yo solo dejé que Óscar se entretuviera como siempre lo hace, después de todo solo era una apuesta que hicimos aquel día que te conoció. Prometió dejarme libre el paso para tomar su lugar en las responsabilidades que tenía con su padre si yo no me interponía entre ustedes y él lograba conquistarte, además le agradaste a Miguel Armento así que cumplí mi palabra pero él cree que puede quedarse contigo y también con el puesto. Qué gano yo Juliette? Lo peor de todo es que aún me sigues pareciendo linda. — Al escuchar todo aquello la expresión de mi rostro cambió. Todo comezó a tener sentido y todo comenzó a parecer tan vanal a la vez. Lágrimas se deslizaron por mis mejillas y tenía que decidir pronto cómo actuar.
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Editado: 19.10.2023