Les pido una disculpa por el retraso, tuve una emergencia familiar y prácticamente me olvidé de todo éste fin de semana. Y es que uno planea pero la vida tiene sus propios proyectos, algunos muy tristes por cierto. Aquí les dejo dos capítulos y mañana publicaré los restantes. Un abrazo.
Al día siguiente escuché que Miguel Armento estaba en el edificio, según logró averiguar mi secretaria, tenía una reunión con Estrada y algunos miembros para dar por terminada oficialmente su colaboración en el corporativo.
— Señorita Salazar, el ingeniero Miguel Armento quiere verla — antes de que yo pudiera decir algo él se coló en mi oficina.
— Gracias, yo lo atiendo — ella salió y cerró la puerta. — A que debo su visita ingeniero? — Le pregunté y él se sentó con una expresión seria.
— Contrario a todo lo que piensas, he venido a pedirte disculpas Juliette. — Aquello realmente me dejó sorprendida, tal vez sentir que perdía algo que amaba le había hecho reflexionar.
— No tiene que disculparse conmigo, usted simplemente actuaba como creyó que debía hacerlo. Las disculpas se las debe a su hijo, él es quien no supera el hecho de que nunca pudo complacer a su padre y las consecuencias son realmente desagradables — esquivó mi mirada y se hizo un pequeño silencio.
— Es demasiado tarde para eso, él no va a escucharme, Emilio dijo que tu intentarías hablar con él, lo hiciste? — noté que en medio de su orgullo amaba a su hijo y guardaba una última esperanza. Entonces negué con la cabeza y sentí mi corazón acongojarse al contemplar los ojos vidriosos de aquel hombre que jamás pensé que un día debería intentar contener sin éxito sus lágrimas.
— Lo lamento, voy a poner una denuncia y espero que por el bien de todos usted no interfiera — le pedí.
— Voy a ayudarte Juliette, creo que es lo menos que puedo hacer. De verdad me arrepiento de haber sido tan egoísta, ahora me doy cuenta de que Óscar estaba bien siendo como él era y yo estaba equivocado. Sin pensarlo daría todo por que él volviera a ser el mismo de antes pero ya no me queda nada. — Hizo una pequeña pausa para respirar hondo e intentar calmarse y después se levantó — Emilio te dará la información de lo que podemos hacer para que no corras tanto riesgo. No estás sola Juliette.
Cuando terminó de decir aquello salió de mi oficina, entonces me levanté con la intención de intentar contactar a Emilio para preguntarle si podía confiar en Armento pero Óscar se aproximaba y alcanzó a ver a su padre, entonces se acercó a mí frunciendo el entrecejo.
— Mi padre pasó a verte? — cuestionó.
— Si, él vino a reclamarme por lo que estás haciendo — mentí.
— Y qué le dijiste?
— Que tiene que aprender que no siempre se puede ganar — me di cuenta de que escuchar eso le causó satisfacción.
— Lo hiciste bien — me dijo — anoche por un momento llegué a pensar que me complicarías las cosas.
— Anoche no me sentía bien, pero ya sé lo que me conviene, no te preocupes — le dije y yo misma me sorprendí de que cada vez me resultaba más fácil fingir.
Más tarde la secretaria me entregó un paquete nuevo de folders que habían enviado de bodega — debería revisar bien ingeniera, parece que los de abajo vienen defectuosos — me dijo con una pequeña sonrisa y asumí que podían contener algún mensaje de Emilio.
Encontré un post it que decía "bodega 2:15, ves a quejarte por la papelería defectuosa". Ya casi era la hora indicada así que tomé el paquete de folders y fui hacia aya, por un momento pensé que Emilio estaría ahí pero al llegar el encargado me pidió que pasara y me prestó su móvil, el cual sonó puntual a las 2:15 mientras el hombre se quedó vigilando en la puerta.
— Se me están acabando las ideas para poder comunicarme contigo — me confortó escuchar la voz de de mi arrogante favorito — Óscar ha estado inquieto toda la mañana — seguramente lo notó porque sus oficinas estaban cerca una de la otra.
— Lo sé, es desesperante, yo necesitaba hablar contigo.
— Aquí estoy pendiente aunque no podamos acercarnos Juli y sé que Miguel pasó a verte, ideamos un plan para el día que tu me digas que estás lista.
— De qué se trata? — cuestioné.
— Yo marcaré a emergencias para reportar actividad sospechosa en la casa donde viven, pero tiene que estar ahí el hombre que sigue a Óscar a todas partes. Miguel conoce a alguien que puede ayudarnos a mantenerte a salvo durante el cateo para llevarte al ministerio público a hacer una declaración, nosotros estaremos cerca en todo momento.
— No estoy segura de que sea buena idea aceptar su ayuda — confesé.
Puedes confiar en él, lo conozco de toda la vida y tengo motivos para creer que está siendo sincero. Vas a estar bien Juli, vamos a arreglar ésto juntos y cuando menos lo pienses estaremos tomando un café y contemplando el amanecer en medio de la selva. — Prometió.
— No confío en él de todas formas pero confío en ti. — Solté con sinceridad
— Eso significa mucho para mi — me dijo — porque voy a hacer hasta lo imposible para remediar todo ésto y estar contigo.
— Yo estoy lista para declarar pero primero quiero verte, necesito un abrazo tuyo. Sabes que hay un riesgo de que el plan no salga bien y tal vez sea nuestra última oportunidad de encontrarnos.
— No quisiera pensar en eso pero lo sé y también me hace falta sentirte cerca mi hermosa Juli, pero ahora regresa a tu oficina porque acabo de ver pasar a Óscar y seguro va a buscarte.
— Nos vemos en el mismo lugar del otro día? — lo imaginé haciendo un tierno gesto de desagrado al escuchar eso y sonreí — le pediré a que te avise tan pronto vaya para ayá.
— Está bien, ahí estaré, ten cuidado — me respondió y después de devolver el móvil me apresuré a regresar.
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Editado: 19.10.2023