caminaba con un corazón lleno de esperanza había llegado por fin el día para que él creía haber nacido, dos días antes estando en mi actual trabajo donde lo unico que hacía era contestar teléfonos de una sucia y polvorienta bodega de cemento
había recibido una llamada telefónica para que me hiciera presente en comandos de inteligencia ya que estaban reclutando gente interesada, miles de sueños recorrieron desenfrenada mente por mi cabeza era lo que más deseaba por eso había venido a dejar mi currículum pero no había tenido muchas esperanzas de que me tomaran en cuenta
pérdida en mis propios pensamientos no me dí ni cuenta de cómo había llegado pero ya estaba en el lugar indicado era un edificio grande y sin nada que se pudiera decir moderno su color gris envejecido y deteriorado no me hacía sentir ningún confort ni algo que se pareciera
sacudí mi cabeza respirando hondo y una decisión casi imperante se instalo en mi pecho mientras me dirigía a una joven que se veía cansada de lo mismo sentada en un pequeño escritorio se quedo mirándome sin el más mínimo entusiasmo pregunte
-puede ser tan amable decirme dónde debo dirigirme para el reclutamiento
- por la puerta de la derecha- contestó mecánica mente mientras señalaba con su dedo
al traspasar la puerta me di cuenta que no era la única que se quería ser admitida pues la cantidad de jóvenes entre hombres y mujeres era más de 20 personas me senté a esperar mi correspondiente turno con un papel en la mano con el número 25 después de mucho esperar escuche salir de una puerta el sonido de una voz masculina que decía
-numero 25 pase- me paré con los pies como plomo y me dirigí a la habitación de dónde provenía la voz, sentía que una fuerza extraña me sostenía, los nervios se habían apoderado de mi y no porque no me sintiera prepara sabía que para eso había nacido la pregunta era lo sabría la persona que estaba en la habitación
al entrar sentí dos pares de ojos que me miraban una forma que podría decir que no era nada profesional, eran mas bien labiosa eran dos hombres musculosos con unos bigotes bastantes gruesos para mi gusto uno me dirigió la palabra
- cómo te llamas-
- isabella- conteste
- porque quieres trabajar con nosotros- sin pensarlo contesté - me e preparado toda mi vida para esto es mi sueño servir a los mas necesitados y al mismo tiempo hacer mi trabajo
- cuántos años tienes- volvió a preguntar
-21 años- me me miraron de una manera que en lugar de intimidad empezó a molestarme
sentia como los ojos de ese par de hombres escudriñaba descaradamente cada centímetro de mi humanidad
desde mi cabello negro como una noche sin luna que había dejado crecer hasta la mitad de mi espalda donde se formaban unas ondas casi indomables mi piel blanca diría que demasiado con ojos café claro una nariz proporcionada que podría decir que tenía facciones agradables
mi estatura era de metro 70 como muchas hispanas mis caderas anchas piernas gruesas, unos glúteos macizos y bien formados con unos pechos mas pequeños que grandes pero ya todo eso ellos les había claro. ya que sus ojos habían paseado varias veces por todo mi ser
después de mirarme hasta el cansancio uno de ellos dijo
-esta si sirve-el otro hombre abrió su boca de y de una forma áspera dijo -tienes disponibilidad
- si - conteste inmediatamente
-pues te daremos tres meses de prueba y si no te vas para tu casa
Editado: 23.08.2019