Leonardo
Anoche fue un buen día. Rosi casi dice que me gusta Andy, afortunadamente estaba muy tomada y se quedó dormida. ¿Cómo reaccionaría Andy cuando lo sepa? ¿Podríamos estar juntos? o ¿Me rechazara? Esa idea me provoca una fuerte presión en el pecho. Lo único que quiero es a ella.
Andy
No puedo sacarla de mi cabeza. Ella es lo primero que pienso al llegar la mañana y lo último al irme a dormir.
Me sentí tan mal cuando la encontré llorando en la playa ayer. Estaba tan frágil y triste.
Extraña mucho a su madre.
Yo no conocí a mi madre, y me duele. Lo único que se de ella es su nombre.
Esther
Me gusta su nombre. A veces me pregunto ¿Cómo sería mi vida si ella estuviera viva? Probablemente sería muy distinta a la vida que tengo ahora. Rara vez pienso en mi verdadero padre sin embargo me pregunto ¿El estará vivo? ¿Sabrá de mi existencia? ¿Por qué nunca me busco? ¿Acaso me quiso? ¿Qué habrá pasado con él? Son varias preguntas que vagan por mi mente.
Considero que mi vida no fue difícil pero tampoco fue fácil. Nada en esta vida lo es. Siempre tuvo un techo, comida. Educación y una familia. Pero nunca sentí ese amor que un padre y una madre pueden dar. Sin embargo agradezco a Sonia y Alejandro, mis tíos, que se hicieron cargo de mí, de lo contrario habría ido a un orfanato.
No los he visto desde que llegue a San Carlo. Para mi ellos siempre serán mis padre a pesar de todo.
Cuando me entere de todo no pude acostumbrarme a llamarlos tíos, era algo extraño para mí. Así que continúe viéndolos como mis padres, además Aarón no quería que lo llamara primo, él dijo que yo siempre seria su hermano.
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Llego la hora. Estaba bajando las escaleras cuando sonó el timbre.
Me dirigí hasta la entrada. Abrí la puerta.
Ahí estaba ella. La mujer que siempre vi como mi madre. Hay miles emociones que pasan por sus ojos.
Una lágrima resbala por su mejilla. Levanto mi mano y con el dedo pulgar limpio esa lagrima.
Su voz se rompe y comienza a llorar. Sin dudar la atraigo así mi para abrazarla y consolarla. Coloco un beso en su nuca y la aferro más a mí.
Nos mantenemos unos segundos más abrazados y después me separo de ella y le pido que entre. Cierro la puerta y la sigo hasta la cocina.
Reímos los tres al escuchar su respuesta.
[…]
Al terminar, Aarón recogió los platos. De regreso traía el pastel que horneo nuestra madre y lo repartió.
**Flashback**
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Editado: 09.05.2020