Sin reina, no hay corona

Capítulo 2


 

 

Alexander estaba destrozado.

El dolor que sentía en ese momento su corazón era tan inmenso, todavía no podía creer que su padre hubiese muerto, que ya no estuviese con él.

Lanzó la lámpara contra la pared, sin bastarle aquello  cogió el escritorio y lo arrojó al suelo con un grito lleno de angustia y dolor.

<<Alexander, hijo, debes tomar el trono. >>

Las palabras de su padre llegaron a su mente llenándolo de miedo.

—- ¡No estoy preparado para esto! ¡Se supone que mi hermano mayor tomaría ese lugar! —gritó con todas sus fuerzas.

Alexander, jamás se preparó para ser rey, no fue hasta hace 5 años, cuando su hermano desapareció sin dejar rastro alguno, fue entonces que su preparación como heredero al trono comenzó. Su hermano mayor dejó a su prometida plantada en el altar. Henrry nunca llego. Todos creyeron que, simplemente, no quería casarse, pero después de un mes, él no volvió y la familia real comenzó a preocuparse.

Ahora Alexander era el siguiente. El único heredero a tomar la corona, nunca creyó que su padre moriría por estos tiempos. El príncipe, daría el trono que estaba por tomar con tal de que su familia este unida nuevamente. Solamente quedaba su madre y sus hermanas. La reina vivía encerrada en su dolor y la princesa Kattia, simplemente se la pasa en la fundación tratando de distraerse.

— ¡Alex! —una suave voz llamó detrás de la puerta— ¡Por favor, hermanito, abre!

Lucia, su pequeña.

En realidad ella no era hermana de Alexander. Ella fue una niña que el príncipe encontró muy mal herida cuando solo tenía 2 años. El rey Rolan y la madre de Alexander decidieron adoptarla, ahora ella tiene 8 años y era la niña de sus ojos.

El príncipe abrió la puerta y salió, no quería que ella viera el desastre que había hecho en su habitación.

—Princesa —se arrodilló delante de Lucia, los ojos de la pequeña estaban llenos de lágrimas. La niña lo abrazó con fuera y comenzó a llorar.

—Pa... —sorbió por la nariz— Papá murió... ¿Cierto? —no era una pregunta, era una afirmación. Esa niña era demasiado inteligente para su desgracia. —He visto a la gente correr y llorar… Mu...rio—sollozó.

—Sí... —susurró Alex muy dolido.

Lucia rompió más en llanto, el príncipe la tomo en sus brazos, se dirigió a su habitación y la acostó en su cama.

—Quédate conmigo, por favor —eso hizo Alexander, la abrazó con fuerza y lloró con ella.

Lloró, porque sabía que su familiar jamás estaría de vuelta, porque si construía la suya propia, no sería lo mismo, lloró porque iba a extrañar a su padre.

-*-

Cuando Selene llego al palacio, todo estaba revolucionado.

— ¿Qué pasa? —le preguntó a Alicia, la cual estaba llorando.

— ¡El rey ha muerto! —sollozó.

<< ¡Oh mierda! ¿Qué? ¡Dios! Él no puede estar muerto. Rolan era un hombre tan...Tan fuerte>> pensó Selene.

La abrazó buscando consolarla y consolarse a sí misma también. El rey era un hombre amable, era como un padre para todos. Claro que Selene lo lloró .Él fue quien le dio este trabajo, él siempre ha ayudado a su país, siempre sería el mejor rey que había tenido Inglaterra.

Hoy, era un día en que la chica venia decidida a decirle a Alexander sobre su embarazo. Él debía saber que será padre. Alexander se haría responsable a pesar de todo lo que decían de él. Para Selene, el príncipe, tenía un corazón hermoso. Aunque la chica pensaba que tal vez, no le gustaría la noticia, después de todo, acaba de morir su padre.

Al principio, cuando se enteró, Selene quiso abortar, más eso está prohibido, la meterían presa o peor aún, la ejecutarían. 
Al parecer, la noticia iba a esperar un poco más, esperó tres meses, podía esperar unos días más.

<<Al menos necesito verlo>> pensó.

—Alicia ahora vuelvo, iré a ver qué pasa.

El trabajo de Selene en el palacio consistía en ocuparse de la publicidad, las fundaciones y cualquier evento que realizará la familia real.

Subió las escaleras y se dirigió al cuarto de Alexander, normalmente tocaba la puerta, pero esta vez entro sin tocar. Al abrir puerta, la imagen que vio la hizo enternecer. Alexander estaba acostado con su hermana pequeña, de seguro sería un gran padre.

Decido salir pero, esa voz tan gruesa y dulce a la vez la llamó.

—Selene —el corazón de la chica se aceleró al escucharlo mencionar su nombre.

Se giró y vio levantarse a Alex de la cama, se acercó a él y lo abrazo.

—Lo siento —le susurró. En ese preciso momento le dieron ganas de contarle todo.

—Las noticias sí que viajan rápido —Alexander se apartó de Selene, no sin antes besar su mejilla.

Se sentó en una silla y sacó una botella de Whisky.

— ¿Crees que seré un buen Rey? —Su pregunta la cogió desprevenida —Se sincera Selene —tomó una bocanada de aire y respondió.

—Alex, tienes el corazón de tu padre. Puedes manejar esto, sé que es duro para ti, pero definitivamente sí, sí creo que serás un buen rey.

—No es lo que todos piensan de mi Selene, los periódicos dicen que será el fin de Inglaterra —ella se levantó, tomo la mano del príncipe y se arrodilló delante de él.

—Tu puedes Alex, confió en ti —él le dio una leve sonrisa.

—No creo poder ser como mi padre, Selene —suspira—. Yo me siento tan...

Un toque en la puerta hizo que Alexander se levantara de la silla y recuperara la compostura de príncipe y futuro rey.

—Su majestad, el primer ministro está aquí y solicita hablar con usted —Selene se levantó del suelo y se adentró en el baño.

Salió del baño después de 4 minutos, Alexander no estaba, así que se dirigió fuera de la habitación.




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