Escuche los pájaros cantar con mucha energía esa mañana, era como si anunciaran que algo bueno estaba por venir. Y la primera llamada del día llegó a mi celular.
- Buenos días Helena! – la voz de Ethan resonó a través de la bocina casi reventando mi tímpano. – anoche encontré información muy importante. Te mande una fotografía por mensaje, dime si alguno de esos sujetos se te hace familiar.
- Está bien – respondí todavía dormida. De pronto, recordé que no sabía cómo había llegado a mi habitación! – un segundo! Como fue que llegue a aquí?! – grité
- Ajajaja! Eres muy lenta! Pregúntale a Miroslav.
- Miroslav? A ver, ayer recuerdo que...OH POR DIOS!!!! ETHAN MULLER ESTAS MUERTO! – respire hondo y después seguí recordando – también Mir golpeó a Ethan después me sentí algo mareada y ya no recuerdo nada.
- Buu, te perdiste la mejor parte.
- A que te refieres?
- Ya te dije, pregúntale a Miroslav. o mejor aún, a Alexander, ya que él fue el más afectado. – una risita burlona se alcanzó a oír por el teléfono.
- Otra vez con tus juegos? – pregunte molesta.
- Helena. Estas despierta? – entró Alexander a mi cuarto sin tocar la puerta. Tal vez escuchó que estaba hablando.
- Ohoho. – volvió a reír Ethan y después cortó la llamada.
- Hola?, hola? Ethan?
No entendía porque pero el rostro de Alexander súbitamente se deformo en una expresión de rabia.
- Era Muller? – exclamó con una voz muy profunda, completamente diferente a su tono natural lo que me hizo recordar la primera vez que lo vi. Me quede pensando unos segundos. – respóndeme Helena. Que quería?
Mi cerebro comenzó a volverse loco recordando lo que me había dicho Ethan y tratando de visualizar lo que había pasado la noche anterior, combinado eso con la mirada casi asesina que tenía el dulce y amable Xander en ese momento me hacia querer desaparecer.
- Y bien? – cruzó los brazos levantando una ceja.
- Este...Xander....es que Ethan dijo que anoche...
- Te dijo lo que paso anoche?. – abrió con sorpresa sus ojos.
- No exactamente, mejor dicho... - en ese momento comprendí que yo era la victima ahí y no tenía por qué estar siendo intimidada. Quien debía hacer las preguntas era YO. – porque no me dices tú lo que sucedió? – ahora los papeles se invirtieron, pero Xander no bajaba la guardia.
- En verdad quieres saberlo?
- Esto ya me está cansando! por que tanto misterio?! – reclamé
La puerta se abrió obligándonos a ambos a voltear aceleradamente.
- Que está pasando aquí? - irrumpió Miroslav. Igualmente, sin llamar a la puerta.
- Mir! – dijimos los dos.
- Porque tanto grito, Helena?. – cuestionó con una mirada firme sobre mí.
- Dime que paso anoche después de que golpeaste a Muller?
- Eh? – desconcertado. Obviamente, esperaba que yo no lo recordara.
- Si, Ethan me besó y luego? – inquirí. Ambos fruncieron el ceño casi notablemente.
- Te mareaste... - respondió Mir.
- Recuerdo el sonido de un vidrio quebrándose.
- ... Xander fue por un vaso de agua, después sucedió algo que ni tú misma lo creerías, y la verdad no te lo quería decir porque es muy vergonzoso para mí.
- Hermano – se anticipó Alexander pero Mir solo levanto la mano en señal de que lo dejara continuar así que este solo retrocedió.
- La verdad es que Ethan dijo que él se sentía atraído hacia mí desde hace algún tiempo.
- Qué?! – me quede boquiabierta. – e...entonces por qué dijo que Alexander iba a ser el más afectado?.
- Mmmm no lo sé, ya sabes cómo es él. No deberías de darle mucha importancia. – sonrió levemente. – ah! Eso me recuerda, Helena mis padres han venido a verte, están esperando en la sa ...
- HELENITAAAAAAAAAAA!!!! – entró casi corriendo un señor rubio de ojos cafés, de aproximadamente 50 años con los brazos abiertos ampliamente para abrazarme fuerte y sorpresivamente sin darme el menor tiempo de reaccionar. Después me sujetó de los hombros y me miro de arriba hacia abajo – pero mírate que grande estas! La última vez que te vi no podías ni hablar bien! eres la viva imagen de tu padre con la elegancia de tu madre. Gracias a dios – después se puso algo serio – amm, lo siento debes estar muy triste, discúlpanos por no haber venido antes, es que estábamos en el extranjero.