Capitulo 11
Kylie.
Caminar por los grandes pasillos de la casa es uno de mis pasatiempos preferidos, aunque no estoy del todo segura si debo llamarlo un pasatiempo o no. Quizá deba llamarlo “una de mis formas preferidas de perder el tiempo” pero eso da igual.
Observo como los empleados que han llegado, luego de tener la mayoría del día libre, ya comienzan a quitar la decoración de toda la casa. Recorro todo lo que más puedo, hasta que suena la alarma que he puesto en mi celular como recordatorio de que debo volver a mi cuarto y seguir estudiando para el examen de planeación de la enseñanza y aprendizaje que tengo mañana a primera hora.
Camino en hacia las escaleras, para subir al segundo piso y luego dirigirme hacia mi cuarto. Una vez en este, mi mirada se fija en el escritorio que se encuentra repleto de libros, apuntes, lápices y un montón de cosas más, todo gracias a haberme pasado gran parte de la mañana ahí sentada repasando el contenido.
Avanzo hacia el escritorio y me siento en la silla giratoria de color crema. Emito un suspiro dramático antes de colocarme mis lentes de lectura y abrir uno de los libros que me faltan por leer.
En general, me encanta la carrera que he escogido, pero esta materia en sí, es un suplicio para mí. Por más que trato de concentrarme en la clase, el martilleo de los tacones de la profesora me desconcentra y a eso sumémosle que ella no habla sino que grita.
Me adentro tanto en la lectura, que ni cuenta me doy cuando ya voy comenzando el último libro que me falta por repasar. Luego de leer todo sobre los contenidos de los que será el examen, me levanto de la silla y camino hacia mi mesita de noche donde saco un Kit Kat, dándome un break.
Aprovecho este mini descanso, para encender un mini estéreo que hay en mi cuarto y pongo música a un volumen moderado.
Una de las empleadas de la cocina, viene a mi cuarto a avisarme que servirán el almuerzo en unos minutos, razón por la cual debo bajar al comedor.
Tomo impulso para levantarme de la cama, me coloco mis zapatillas y salgo de la habitación para bajar al segundo piso. Llego al comedor y soy la primera en estar aquí.
Usualmente es muy difícil reunir a toda la familia de manera rápida, esto se debe a que somos muchos, además que la casa y sus alrededores son muy grandes.
Tomo asiento en mi lugar usual y espero a que los demás miembros de la familia lleguen. Los primeros en llegar son papá y el abuelo, quienes me saludan y luego cada uno se sienta en una de las dos esquinas de la larga mesa.
De a poco van llegando, hasta que estamos sentados todos en la mesa y al cabo de unos segundos entran algunos empleados a dejar los platos sobre esta.
Como siempre, desde que los abuelos están aquí, se nos dificulta un poco entablar una conversación pues el abuelo con la abuela están sentados en la otra punta de la mesa.
—Al parecer estamos todos ocupados, no los vi en toda la mañana—dice Isa con una pequeña risa.
Papá mira a mi hermana, mientras se limpia la comisura izquierda con una servilleta.
— ¿Mucho trabajo en la revista? —pregunta depositando su servilleta junto al plato.
—Claro, sobre todo en esta época del año, donde debemos preparar la colección de otoño—Isa hace un gesto de estar agotada, siéndole fiel a sus palabras.
—Yo por mi parte estaba estudiando para un examen que tengo el martes —dice Kyle luego de beber un sorbo de agua.
Como pequeños bocados de manera rápida, mientras escucho como papá le pregunta a Kyle que están viendo en clases, pero luego mamá nota que no he dicho nada y me pregunta:
— ¿Y tú Kylie, también tuviste una mañana ajetreada?
Asiento con la cabeza, terminando de tragar un bocado de comida.
—Sí, también estaba estudiando para un examen—es mi respuesta.
—Uh… ¿Y está muy difícil el tema? —pregunta papá viéndose realmente interesado.
El interés de mis padres al querer saber un poco más de mi carrera hace que mi humor aumente, desde el cumpleaños de Isa que nos hemos alejado un poco y no salía el tema de la universidad a flote.
—La verdad es que si— digo con una sonrisa en la cara.
Mamá está apunto de decir algo pero Isabella la interrumpe.
—Vamos ¿Qué tan difícil puede ser aprender a enseñarle a unos niños pequeños? —dice soltando una risa amarga.
—Isabella—la reprocha mamá.
—Digo, no debe tener mucha ciencia—se defiende con gesto inocente.
Se escucha un carraspeo desde la otra punta de la mesa, haciendo que todos volteemos a ver.
—Estoy de acuerdo con Isa—la apoya la abuela.
—Mamá— musita papá con tono bajo.
La abuela finge no escucharlo y sigue comiendo como si nada hubiese ocurrido. La sonrisa que tenía anteriormente desaparece por completo ante los comentarios de mi abuela y de mi hermana.
Esto no pasa desapercibido para mamá, quien me mira con gesto interrogante durante todo lo que queda de almuerzo. No quiero ser una maleducada por lo que me quedo en mi lugar, aunque no quiera seguir comiendo debido a que la conversación anterior me quitó el apetito.