LIII Audiciones y sueños

Hoy empezarán las audiciones para la obra. A la profesora le ha encantado el guión y dijo no haberle hecho ningún cambio. Luego de consultar quiénes están interesados en actuar, ha repartido fragmentos del texto para que preparen los personajes.    

También fueron designados los grupos encargados de escenografía, vestuario y maquillaje. Para mi sorpresa, Jason y yo fuimos designados directores.

Las audiciones serán después de clases, y durante el recreo, Brenda repasa las líneas, preparándose.

—No termina de gustarme esta cenicienta —se queja—. No me queda claro su leitmotiv*.

No puedo evitar sonreír cuando usa términos que probablemente ni ella entiende.

—Ella no está conforme con ser parte del montón, pero tampoco quiere que se la juzgue por su belleza, sino por quien es realmente, sin máscaras, ni calabazas que se convierten en carruajes. Ella es valiosa por lo que hay en su mente, por sus buenos sentimientos.

—¿Sacaste la parte de la calabaza? ¡Esa era una de las escenas más divertidas!

Suspiro, siguiendo con mi estudio.

—Sigue sin gustarme mucho. Antes era simple y lo volviste algo complejo.

～🦇～

Las audiciones comienzan. Jason está sentado a mi lado, en primera fila. Junto con la profesora escogeremos a los actores.

—¡Dios! ¿Qué hice para merecer esto? —se queja.

—¡En serio lo preguntas!

Debe tener amnesia. El mal karma, que se empecina en acumular, lo perseguirá por dos vidas más.

—¡Soy una víctima de las circunstancias! Y un idiota por dejar que me arrastraras a esto.

—¡Qué dramático! Deberías estar en el escenario y no aquí.

Bufa y no vuelve a hablar.

Por fin llega el turno de Brenda. Ella tiene un don para estas cosas. Su voz fuerte y clara llega hasta el último rincón del auditorio y su rostro, tan expresivo, refleja claramente la emoción que representa.

—¡Es magnífica! —Me emociono hasta las lágrimas.

—¿Bromeas? Sólo sobreactúa, y lo hace horrible. Ni en una película de clase B he visto actuaciones tan malas.

—No es cierto. Además, ella debe ser cenicienta y Kyle el príncipe.

—¿Cuál es el sentido de hacer audiciones si ya tenías decidido quiénes actuarían? —La indignación se desborda en su mirada.

—Brenda es mi mejor amiga y está muy ilusionada —me encojo de hombros.

—¡Eso es tráfico de influencias! ¿Dónde está tu profesionalismo? —interpela con cinismo. No tiene vergüenza.

—¡Ni siquiera te importa la obra! ¿Por qué te quejas?

Sólo se desquita porque está aburrido.

—Entiendo lo de tu amiguita, pero ¿Por qué Kyle debe ser el príncipe?

—Porque Brenda quiere que sea él.

—Brenda, Brenda, Brenda. ¡Ya me harté de ella! Cree que puede hacer lo que quiera...

Sigue reclamando y suena mi alarma. Debo irme al trabajo.

—¡¿Y ahora me dejas solo?! Genial, después no te quejes.

Intento no pensar en sus amenazas y concentrarme en lo que se viene por delante, una larga tarde.

～🦇～

Llego a casa agotada. Mi tía ha llegado antes y tiene la cena lista.

Como a gusto, pensando en que cuando acabe, podré por fin ir a dormir. Casi lo hago durante la cena varias veces. Mi tía me sonríe con algo de pena, pero no tenemos opción, necesitamos el dinero.

—¡Esperé todo el día para este momento!

Me lanzo sobre la cama, sintiendo la añorada suavidad de mi almohada. Abrazo mi cojín y lo beso.

—¡Te extrañé tanto! No volvamos a separarnos...

De un respingo me sobresalto cuando ya me estaba durmiendo. Ha llegado un mensaje a mi teléfono.

Dick: Hola. Espero no haberte despertado 😉

—¡Dick!... No puedo enojarme contigo... —beso la pantalla y empiezo a dormirme hasta que llega otro mensaje.

Dick: Quería decirte que mañana volveré a clases.

—Que bueno...

Otro mensaje y otro sobresalto. Había empezado a soñar que me encontraba con él en el patio.

Dick: ¿Estas ahí? Si es un mal momento, sólo dilo.

—Aquí estoy. Nunca es un mal momento si se trata de ti...

Me encuentro con Dick en el patio. Él me saluda de un beso en la mejilla y toma mi mano. Caminamos juntos hasta el cuarto piso y vemos el hermoso atardecer, al son de la canción de la cenicienta.

Dick: ¿Isabel? 

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*Leitmotiv: expresión o idea que se repite en una obra. También puede ser una melodía característica y recurrente en la misma. Brenda se refería a la motivación del personaje, que no es lo mismo.